Tras 35 años de ininterrumpido esfuerzo por preservar, fomentar y promover el desarrollo de las diferentes manifestaciones artísticas que ampara, el Consejo Nacional de las Artes Escénicas (CNAE) puede mostrar con satisfacción la auténtica huella que sus creadores dejan cada día en disímiles escenarios de la sociedad cubana.

Más de 4798 artistas asentados en la geografía de la Isla, de ellos 1318 miembros de su vanguardia artística, pueden dar fe de la existencia de un movimiento escénico vital, preocupado y ocupado por los destinos de la nación, y aportando a una gestión institucional coherente que los convoca y escucha.

En la antesala del X Congreso de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, La Jiribilla dialoga con Rachel García Heredia, presidenta del CNAE, acerca de tópicos tan medulares como el itinerario de la institución y su relación con creadores y públicos en estos tiempos marcados por la batalla contra la colonización cultural y la desmemoria.

¿Cómo caracterizaría el accionar del Consejo Nacional de las Artes Escénicas en el lustro que nos separa de la clausura del IX Congreso de la Uneac? ¿Qué temas identifica como sus principales retos y realizaciones?

Grandes desafíos han acompañado al Consejo Nacional de las Artes Escénicas (CNAE) en estos cinco años transcurridos desde la celebración del IX Congreso de la Uneac. Mantener por encima de cualquier circunstancia la programación cultural, los estrenos, los eventos y la búsqueda de alternativas para lograrlo, ha sido un camino que hemos transitado con seguridad, acompañamiento institucional y de la vanguardia artística. La atención y participación activa en la formación de los jóvenes creadores, la capacitación de los ya iniciados, la atención a las personalidades, las publicaciones de libros y revistas, la promoción articulada entre los medios tradicionales y digitales, y las inversiones y el mantenimiento constructivo, son algunas cuestiones que caracterizan el devenir de la institución en este periodo.

La atención y participación activa en la formación de los jóvenes creadores ha caracterizado este periodo, asevera Rachel García Heredia, presidenta del CNAE. Imagen: Juan Carlos Borjas

Hay tres líneas en la organización del trabajo del Consejo que se han consolidado: la programación, los estrenos y los eventos. El proceso se inicia con la discusión de proyectos artísticos, de donde sale una proyección anual. Es decir, que cuando comience el año próximo, usted ya sabe qué va a programar durante esos meses en los teatros y salas, cuáles son los eventos en todo el país. Esto es provechoso además para dar un seguimiento artístico a la creación.

“Hay tres líneas en la organización del trabajo del Consejo que se han consolidado: la programación, los estrenos y los eventos”.

Ha sido una etapa difícil, atravesada por la COVID-19 y el recrudecimiento del injusto bloqueo económico y financiero a que está sometido nuestro país desde hace más de seis décadas y que impacta sin lugar a dudas en la creación, sobre todo en los aseguramientos para la producción escénica. Yo creo que una de las enseñanzas más grandes que nos dejó la pandemia —periodo en el que sufrimos dolorosas pérdidas de figuras notables de las artes escénicas—, fue el buscar alternativas para la producción y socialización de las artes escénicas. Durante el aislamiento que nos impuso la epidemia surgieron iniciativas como contar cuentos a través de un teléfono, los narradores orales recibían llamadas telefónicas en sus sedes y decían un cuento a niños o a adultos. Eso fue una experiencia muy linda. Grabamos más de siete teleteatros, que fue una de las peticiones que se hizo en el congreso pasado. Se grabaron diez miniseries que tienen que ver con los grupos de teatro para niños, que se programaron en la televisión y fueron compartidas en las redes sociales. Entre ellas: Los minutos con Pelusín, ¡Qué no cierre el telón!, La casa de Papote, Titirivida Te Ve y Los títeres del mundo. Estos son proyectos que seguimos promoviendo y queremos seguir haciendo en convenio con el Instituto de Información y Comunicación. La radio también se incorporó a esa campaña. El Festival de Teatro de La Habana se hizo online y con transmisión de obras en la televisión cubana.

Durante todo el año en el país hay un sistema de eventos y jornadas, más de sesenta; en este 2024 no se ha suspendido ninguno. Estamos evaluando sistemáticamente la viabilidad del transporte, el hospedaje, la alimentación; pero el país, a pesar de esa situación, ha protegido que los eventos de la cultura se mantengan. Muestra de ello es ahora mismo el desarrollo del 28 Festival Internacional de Ballet de La Habana “Alicia Alonso”. Incluso en los años de la pandemia muchos de estos eventos buscaron alternativas para no dejar de hacerse, a través de las redes sociales, los videos, la radio, la televisión.

Festival Internacional de Ballet de La Habana “Alicia Alonso”, emblemático evento organizado por el CNAE. Imagen: Cartel del FIBH

Hablemos de estrategias y procesos hacia el interior del CNAE que tributen al fortalecimiento de su gestión, al cumplimiento del encargo social. ¿Qué respuestas han recibido los planteamientos de los creadores?

Tenemos un Consejo Asesor de más de quince miembros donde todos pertenecen a la vanguardia artística; en provincias sucede lo mismo.Esta instancia consultiva acompaña a la institución en el abordaje de aspectos medulares de la política cultural, como el análisis e implementación de nuevas resoluciones, los temas de la creación escénica y los principales procesos que desarrolla nuestra entidad.

Recuerdo, por ejemplo, el diagnóstico de la creación en todas las manifestaciones: el ballet, la danza, el teatro, el circo, la pantomima, la narración oral. Se hizo un trabajo muy serio con ese análisis junto a los temas cardinales que forman parte de los programas de gobierno, de los programas nacionales: el Programa Nacional para el Adelanto de las Mujeres, el Programa Nacional contra el Racismo y la Discriminación, contra el acoso y la violencia, el trabajo con la comunidad y para los distintos grupos etarios. Esa consulta y acompañamiento forma parte de nuestra dinámica de gestión; dialogamos mucho con ellos y escuchamos sus sugerencias, porque en realidad es un grupo asesor para la presidencia.

En el 2019 comenzamos a hacer una depuración del catálogo de las artes escénicas que tuvo continuidad en el 2022. Todos los proyectos artísticos fueron examinados por un consejo de evaluación. Este proceso trajo como resultado que la institución depurara su catálogo artístico. Se revisaron incluso los que estaban asociados a la comercialización, amparados en una resolución que permitía a ciertas y determinadas agrupaciones artísticas lograr algún tipo de entrada al sector; esto también se examinó, incluso las unidades que no pertenecían a las artes escénicas y estaban en los catálogos de Turarte. Junto al Instituto Cubano de la Música hicimos también una depuración de esos catálogos. Se ha hecho un trabajo serio que hay que continuar perfeccionando y que revisaremos el próximo año.

Entre las estrategias más acertadas del CNAE se encuentra la realización de los talleres de programación, espacios donde se analiza lo que va a suceder el próximo año y es una manera de organizar con anticipación la actividad de las salas teatrales que hoy están funcionando. Eso da la posibilidad de mantener un flujo estable de programación.

Luz, de Nave Oficio de Isla Comunidad Creativa. Imagen: Tomada de Internet

Hemos tenido estrenos importantes en estos cinco años. Recuerdo El gran disparo del Arte de La Franja Teatral; La excepción y la regla de Impulso Teatro; Aventuras del soldado desconocido de Retablos; Clowncierto de Teatro Tuyo; Luz de Nave Oficio de Isla Comunidad Creativa; Todo está cantando en la vida de Teatro de las Estaciones; La zapatera prodigiosa de Teatro El Público. Recientemente el estreno de Comunidad, espectáculo del Conjunto Folclórico Nacional, que fue un éxito rotundo. Vamos a tener ahora Fénix, un estreno del Circo Nacional en la Carpa Trompoloco. No hemos parado de hacer programación en todo el país. Donde quiera que tengamos un grupo de las artes escénicas se está creando o se están reponiendo los estrenos que hemos tenido en años anteriores, pero no se ha dejado de trabajar, de programar, de hacer actividades con todo el mundo, para todos los grupos etarios.

El financiamiento a proyectos artísticos es otro de los beneficios palpables. Este año ya vamos por ocho proyectos financiados. Ahí está Comunidad, de Leiván García; Holden, de José Antonio García Caballero, ambos premios de creación y Beca Milanés de la Asociación Hermanos Saíz (AHS); Réquiem por Yarini, de Carlos Díaz con su Teatro El Público; Cartas cruzadas a Raquel Carrió para Teatro Buendía, un texto que tenemos que estrenar, que se aviene muy bien con el Programa para el Adelanto de la Mujer. Recuerdo otros como Voces de 1912 para Ritual Teatro y Oficio de Isla para la Comunidad Creativa Nave Oficio de Isla.

No podemos dejar de hablar de la Casa Editorial Tablas-Alarcos, que no ha dejado de publicar durante todo este periodo. Aproximadamente de doce a trece títulos ha hecho por año. Así tenemos títulos como Retablo Vivo de Rubén Darío Salazar, Ágora. Escenas de Argos Teatro de Omar Valiño, El árbol de las palabras de Jesús Lozada, Entretejer una tradición. Premio Nacional de Teatro 1999-2021 de Marilyn Garbey y Norge Espinosa y Repiques para diez obras de Fátima Patterson.

La Casa Editorial Tablas-Alarcos publica más de diez títulos por año. Imagen: Tomada de La Jiribilla

Ha sido una tarea constante de montar y publicar, no solamente a los investigadores de las artes escénicas, sino también a teatrólogos, a actores que han necesitado escribir historias de vida o investigaciones que han hecho sobre el trabajo que han desempeñado. Tablas-Alarcos ha logrado no parar de producir libros. Lo otro admirable es su comercialización digital. Los libros y ebooks que ellos crean, con obras de nuestro interés y que responden a los perfiles de las artes escénicas, se venden a través de Ediciones Cubanas y Citmatel.

El año pasado premió su Concurso de Dramaturgia “Virgilio Piñera”; también convocan al Premio “Abelardo Estorino” para los jóvenes hasta 35 años, el de crítica, el de gráfica, el “Rine Leal”. Además, su participación en la Feria Internacional del Libro de La Habana ha ido desarrollándose, consolidándose. Lo que pasa durante la Feria del Libro en la Casona de Línea es sorprendente, con la realización de paneles de alto valor artístico, con personalidades de la cultura que están ahí haciendo presentaciones, debatiendo temas neurálgicos de la creación.

También es justo mencionar el trabajo que desarrolla el Centro de Documentación “María Lastayo” para la conservación y difusión del patrimonio documental. Loable trabajo en la publicación de los boletines Prometeo y Todaladanza; el trabajo en la construcción del archivo “Martí teatral”, en colaboración con el Centro de Estudios Martianos y del archivo “Lorca teatral en Cuba”; la organización de ciclos de conferencias, como las realizadas en la Casa del Festival de Cine con la Dra. Graziella Pogolotti sobre la fundación del Ministerio de Cultura; la Dra. Isabel Monal sobre los años fundacionales del Teatro Nacional de Cuba y con Marcia Leiseca sobre la Dirección de Teatro y Danza del Ministerio de Cultura.

Es notable el sentido de pertenencia al Consejo que tienen tanto los artistas en su mayoría como los trabajadores. Ese yo creo que ha sido el motor impulsor de los resultados que ha tenido el trabajo, a pesar de que todavía nos quedan muchas cosas por hacer, por resolver, teniendo muy presentes esa sapiencia, esa sabiduría colectiva y las ideas de nuestros artistas.

Hemos trabajado en el diseño de los Programas de Desarrollo por manifestaciones, identificando temas por área, por dimensiones; es un programa que responde al diagnóstico de los problemas, donde están plasmados desde el excesivo catálogo hasta los principales obstáculos que hay para el desarrollo de la creación. Está también la dimensión del patrimonio, todo lo que hacemos, y todo el trabajo cultural de programación, lo que hemos avanzado en la comunicación con una estrategia amplia implementada a partir del uso de los móviles corporativos también como respuesta a hacernos presente en las redes y contrarrestar la propaganda enemiga; y luego la proyección internacional de la cultura, que es tan importante, un sistema de investigaciones que responda a los problemas que tenemos identificados, como la capacitación de los recursos humanos.

¿Cómo se ha establecido la relación de la institución con la vanguardia artística? ¿Cuáles son sus principales espacios de intercambio?

Hemos mantenido el diálogo permanente con los creadores, sobre todas las cosas, para debatir los temas de política cultural referidos no solamente a la creación sino también a la formación.

Las artes escénicas cuentan en sus filas con reconocidas personalidades, premios nacionales de danza, teatro, diseño escenográfico, humor, y con ellos mantenemos siempre relaciones directas y, en lo posible, tratamos de atender sus necesidades artísticas.

La recién aprobada Política de atención a las personalidades, refrenda la voluntad que siempre ha mantenido nuestra institución para acompañar a nuestros artistas y figuras más emblemáticas.

No podemos dejar de mencionar el espacio creado por la Sección de Crítica para debatir el quehacer escénico, los recorridos por todo el país y el encuentro con nuestros artistas, aprovechando su participación en los eventos. Así como otros espacios generados junto a la Uneac para debatir y atender sus problemáticas.

¿Qué objetivos y demandas derivadas del IX Congreso de la Uneac aun no encuentran respuesta o están en proceso de solución?

En el pasado IX Congreso se tomaron ocho acuerdos que tenían que ver directamente con las artes escénicas. De ellos nos queda pendiente uno, la creación del Museo del Teatro, un lugar donde resguardar toda la historia, donde conservar todo lo que tiene que ver con el teatro en Cuba. Está seleccionado el lugar para el museo, la Casona de Línea, pero la situación económica que hoy presenta el país, imposibilita invertir en la construcción del espacio. Allí también radica la Sala Llauradó, que se mantiene prestando servicios culturales. Ahí también se emplaza el departamento de Investigaciones de las artes escénicas, que se suma a otras actividades y funciones proyectadas para tener sede en esta edificación, inmueble de un significado importantísimo para la historia del teatro cubano.

Fundamentalmente las solicitudes que nos hacían nuestros artistas tienen que ver con que el CNAE, dígase su instancia nacional o provincial, trabaje mancomunadamente con las asociaciones de las artes escénicas de la Uneac en todo el país. Nosotros estamos todo el tiempo en vínculo directo con los miembros de la vanguardia artística.

Estos artistas están debatiendo los temas fundamentales que les preocupan, sobre todo en la creación: la danza, el teatro, los temas de investigación sociocultural.

Dentro de estas demandas estuvo la necesidad de contar con el perfil de Títeres y el de Teatro para Niños, que se abrió en la Escuela Nacional de Teatro. Ya hoy existe esa formación en La Habana y en Granma, porque allí está Teatro Andante, con Fife, que tiene esa formación.

La otra deuda era el Clown. Tenemos a Teatro Tuyo, un grupo muy conocido en el país. Ernesto Parra y los miembros de su compañía han hecho un trabajo muy meritorio aquí en la Escuela Nacional de Teatro. Se hace una evaluación de la demanda por provincias y se realiza la selección en correspondencia con los programas de desarrollo territoriales.

También estructuramos, a solicitud de los miembros de la Uneac en los distintos encuentros con los artistas del Circo y la Magia, un Grupo Artístico Docente, que radica en el Circo Nacional de Cuba. Tenemos una Escuela Nacional que solo puede formar treinta alumnos en cada curso y la demanda nacional e internacional de los artistas circenses es muy alta, por tanto concebimos este plan de estudios. Hasta ahora hay unos treinta alumnos graduados que han hecho tres cursos y se está trabajando con muy buenos resultados.

Otra petición de los miembros de la Uneac fue la capacitación en especialidades técnico-artísticas para nuestro sector, y ahí optamos por hacerle una demanda a la Universidad de las Artes para que se abriera la educación superior de ciclo corto, y por vez primera en el ISA y el propio sistema de la cultura existe un curso de estas características. Comenzó en el 2023 y ahora tiene una tercera formación. En el primero optamos por alumnos de La Habana, con salida en el perfil Procesos, que incluye el productor, el jefe de escena, el asistente de dirección; la Realización Escénica es el otro perfil de salida, con el sonido, las luces, vestuario, maquillaje, peluquería, atrezo, utilería, tramoya. Es bien amplio. Captamos 45 alumnos. De ellos ya el mes próximo se gradúan 42 y en el segundo curso logramos abrirlo no solo en La Habana, sino en las filiales de la Universidad de las Artes en Santiago de Cuba y Camagüey. Es decir, ya estamos formando técnicos superiores en especialidades artísticas también en esas dos provincias.

Estas acciones pedagógicas dan respuesta a una de las demandas fundamentales de nuestros artistas, tomando en cuenta el déficit que tenemos hoy en los teatros de ese personal capacitado, sobre todo sonidistas y luminotécnicos.

¿Qué importancia le ha concedido el CNAE al vínculo con las comunidades? ¿Qué acciones concretas ha promovido a favor de esta interacción?

El trabajo comunitario en las artes escénicas es una práctica, aunque ahora es mucho más intencionado. Es una necesidad mayor también por las limitaciones que se han dado en las propias comunidades para llegar a los teatros. Nosotros tenemos la responsabilidad de que nuestros niños, jóvenes y adultos vean en la comunidad lo que hacen las artes escénicas en todas sus manifestaciones. No se ha dejado de trabajar, de crear.

Ha sido importante conocer la disposición de nuestros artistas para actuar en las comunidades, en las plazas públicas. Fue notable el trabajo que desarrollamos en los vacunatorios durante la COVID-19.

Ha sido un ejercicio de búsqueda constante por parte de los creadores, de propuestas e iniciativas, de no quedarse inactivos, de seguir haciendo, y esa ha sido la salida fundamental que se le ha dado a la programación.

Hoy consultas la cartelera del CNAE y vas a la plataforma Cubaescena, o la de cualquier provincia, y es asombroso cómo se ve (y eso ha sido una transformación) que el cincuenta por ciento de esa cartelera está en varios espacios comunitarios: casas de cultura, galerías, librerías, museos, parques, plazas… Tenemos a Adalett allá en la Lisa con su Jardín Internacional del Títere, por ejemplo. Nuestros artistas han ido creando esos espacios. Hacemos programación en el Acuario, en el Memorial “José Martí”, en el Centro Fidel Castro, es decir, atendiendo al catálogo que tenemos, a que las instalaciones teatrales equipadas con todos sus dispositivos no son suficientes, y también por una necesidad, porque hay que llevar el arte a esos espacios. No todo el mundo llega hasta un circuito principal de programación y no por eso van a quedarse sin disfrutar de las opciones principales de las artes escénicas.

La Cruzada Teatral Guantánamo-Baracoa es referencia en el trabajo con la comunidad. Imagen: Tomada de Cubaescena

En el pasado verano fue un paso de avance también lo que hizo el Espacio Teatral Aldaba en Marianao, donde tienen su teatro. Ahí existe una dirección municipal que ha encontrado una comunicación excelente con el grupo, y lograron pasar por todos los barrios y comunidades de ese municipio. Fue intenso el trabajo, porque implicó a estudiantes de arte, instructores, no sólo al profesional; es él como punto de referencia, quizá hasta como paradigma de un estudiante que se está formando, de un instructor que se formó pero está moldeando la apreciación artística de esos muchachos que tiene en su casa de cultura. Y eso es para el bien, para la superación profesional de todos ellos, aún de los profesionales, porque Irene Borges —su directora— me cuenta cómo también aprende de esos muchachos. Es una retroalimentación constante de los artistas con el público, con los aficionados a las artes escénicas o a cualquier manifestación.

Tenemos otros ejemplos que hoy son referencia del trabajo con la comunidad, la Cruzada Teatral Guantánamo-Baracoa que recorre 152 comunidades rurales de Guantánamo, la Guerrilla de Teatreros por los municipios de Granma, el evento TEASUR por la zona más al sur de la Isla de la Juventud, la Cruzada Teatral “Por la Ruta del Ché y Camilo” por 8 municipios y 157 comunidades rurales de Sancti Spíritus y Teatro en la Montaña por el lomerío de Cumanayagua en Cienfuegos.

Vale la pena destacar las funciones que anualmente el catálogo subvencionado realiza para el Plan Turquino, el Programa Martiano, Centros penitenciarios, Programa Fecundidad Maternidad, VIH Sida, Atención a personas con alguna discapacidad, el adulto mayor y las Universidades.

¿Cuál es el escenario actual del CNAE en el ámbito comunicacional?

Un escenario donde se incrementan las acciones comunicacionales. Tenemos una estrategia de comunicación tan amplia que al año contamos con más de cuatro mil acciones. En el periodo se realizaron 26 mil acciones en la radio, televisión, prensa plana y digital nacionales, provinciales y territoriales. El canal institucional de YouTube (Consejo Nacional de Artes Escénicas) cuenta con 930 suscriptores y más de 167 mil visualizaciones. En Facebook tenemos 8560 seguidores y se han posteado 10.145 publicaciones. En X alcanzamos los 6343 seguidores con más de 28 mil post. En Instagram ya llegamos a los 454 seguidores con 709 publicaciones.

Hemos logrado posicionar 822 espacios fijos de artistas escénicos en la cartelera cultural cubana La Papeleta.

Es muy importante la realización de documentales para la preservación y difusión del patrimonio material e inmaterial de las artes escénicas. Vale mencionar Ramiro… siempre la danza y Súlkary, de Yuris Nórido y Adolfo Izquierdo; Cuba hecha circo, Un río de aguas siempre renovadas, Teatralización de las danzas folklóricas y Santiago la gloria eres tú, realizados por Pedro Maytín y 30 años de Teatro Las Estaciones, de Jorge Ricardo Ramírez.

Dotar a los teatros y espacios de representación de las condiciones idóneas es un propósito altamente especializado y costoso, aún más en medio de las presiones impuestas por el injusto bloqueo que sufre la Isla. ¿Cómo ha enfrentado el CNAE este difícil periodo en el rubro de las inversiones y el mantenimiento constructivo?

El CNAE tiene 119 instituciones que tributan a la programación cultural; son salas de teatro. De esas instalaciones tenemos 34 que están cerradas por diversas situaciones, constructivas fundamentalmente. Ahora mismo 85 prestan servicio a la programación. Además, en la capital existen cuatro instalaciones que no son propiamente del Mincult (en el resto del país también ocurre), que también se suman a la cartelera, como el Teatro Martí, que pertenece a la Oficina del Historiador y brinda servicios de programación no solo a las artes escénicas, sino también a todas las manifestaciones de la cultura, como el Carlos Marx, el Lázaro Peña y la Sala Teatro del Museo Nacional de Bellas Artes.

Muchos de los teatros cerrados están inmersos en un importante proceso de inversiones. Así tenemos al Teatro Mella, y también al Gran Teatro de La Habana “Alicia Alonso”, que por sus valores patrimoniales enfrenta una reparación e inversión muy costosa.

Esperamos que el año próximo tengamos al Mella en la programación, en tanto se está importando a Cuba el sistema de clima que es la causa fundamental de su cierre. Es un teatro que muchas personas anhelan no solo por la cercanía, sino por lo que significa para el público capitalino.

En los otros teatros se sigue trabajando. Se acomete la reparación del clima del Café Teatro Brecht y El Sótano se está recuperando también. Estas acciones de rehabilitación tienen fechas límites, pero dependen de múltiples factores que pasan por la adquisición de materiales, el proceso de importación y otros. La reparación capital del Teatro Guiñol está paralizada porque ha presentado importantes filtraciones procedentes del edificio FOCSA donde está enclavado. Todos los recursos hidráulicos del inmueble están afectando la salida de la sala, por tanto no podemos continuar esas importantes reparaciones que se han estado haciendo. La inmobiliaria a cargo del FOCSA ha destinado inversión para en el 2025 acometer las acciones requeridas.

El Teatro Principal de Sancti Spíritus ha tenido su reapertura con una recuperación importante en la que el CNAE y el MINCULT apoyaron con financiamiento y recursos. Se trabaja duro también en el Comandante Suñol, de Holguín, que sufrió una afectación en sus tres salas y se lucha para volver a tenerlo abierto.

En todo el país se están haciendo acciones de reparación y mantenimiento, pero en este momento hay veinte instalaciones que no están brindando servicios porque ya necesitan una inversión capital, que ahora no estamos en condiciones de sostener por la cantidad de financiamiento que requieren. A pesar de eso la cultura ha recibido apoyo del Estado, del Partido, para seguir teniendo y abriendo espacios para la programación cultural.

Las 85 instalaciones en las que prestamos servicios cumplen esa función, pero no tienen todas las necesidades cubiertas para poder hacer una programación de calidad porque hay déficit de luces, hay dificultades con el sonido, y estamos hablando de recursos costosos y que requieren de divisas para su importación, pero no se ha parado la creación, no se ha parado la programación. Eso es lo más importante.