Música desde Casa de las Américas para la Nueva Trova
La Nueva Trova fue el momento en el que la poesía se encontró con la canción y los artistas. Principalmente los músicos hallaron un vehículo para expresar lo que ocurría en la época. Un grupo de jóvenes, con una mochila cargada de sueños y esperanzas —como definió recientemente el músico Jorge Gómez—, llegó en 1967 hasta Casa de las Américas, con motivo del Primer Festival de la Canción Protesta, para transformar su entorno con arte. Así se sentaron las bases para el surgimiento del Movimiento de la Nueva Trova (MNT) hace 50 años.
Precisamente a ese lugar, donde confluyen el arte, la historia y el pensamiento, llegaron este jueves jóvenes exponentes de la trova para cantarle a una generación que transformó para bien la música cubana. Con guitarra en mano interpretaron parte del repertorio que se cantaba entre amigos durante la segunda mitad de la década del 60; luego las letras empezaron a repetirse en miles de voces y trascendieron hasta hoy.
Con el video de archivo del tema “Locuras”, interpretado por Silvio Rodríguez y Pablo Milanés en el programa Proposiciones, y las palabras del autor de “El unicornio” dedicadas a Haydée Santamaría y a los fundadores del MNT en la Casa de las Américas, inició el recital. El evento contó también con el talento de Nelson Valdés, Ariel Díaz, Leonardo García, Silvio Alejandro, Mauricio Figueiral, Yamira Díaz, Ariel Barreiro y el Dúo Nueve.
Acompañados por los acordes de la guitarra, interpretaron canciones icónicas de la Nueva Trova como “No ha sido fácil” y “El primer amor”, de Pablo Milanés; “Testamento” y “Mariko-San”, de Silvio Rodríguez; “Es más, te perdono” y “Son oculto”, de Noel Nicola; “Lo feo”, de Teresita Fernández, y “Créeme” de Vicente Feliú. Las voces del público entonaban los coros de esas canciones que son parte de la banda sonora de la Revolución Cubana.
La cita fue propicia para que Indira Fajardo, presidenta del Instituto Cubano de la Música, entregara la Moneda 50 Aniversario de la Nueva Trova a la Casa de las Américas; a María Elena Vinuesa, directora de Música de esa institución; a Aurora Hernández, esposa de Vicente Feliú, y a los trovadores Mauricio Figueiral y Lién Rodríguez, por sus aportes a la trova cubana.
El MNT demostró que existe la posibilidad de hacer música que invite a pensar y reflexionar sobre la vida. Ahora, con muchos de sus elementos estéticos llevados a la contemporaneidad, una nueva generación defiende esta expresión cultural que es parte de la cultura e idiosincrasia de Cuba. Precisamente por esa esencia fundadora de impregnar el alma del pueblo cubano de valores humanistas, la trova cubana fue declarada Patrimonio Cultural de la Nación.