En 1914 la música cubana de moda en la isla era el danzón, mientras que el son se “cocinaba” bajo árboles, en cabaretuchos, en las playas de Marianao, frente a los clubes de la aristocracia habanera. Algunos músicos llegaban a tocar en recintos de gente humilde o en algunas “academias de baile”. Los sextetos de sones no habían sido creados. Es en 1920 cuando aparece el Sexteto Habanero.
Hagamos un retroceso en la historia para no olvidar a importantes figuras musicales de nuestro país, algunas fallecidas en Cuba; otras defendiendo nuestra música por el mundo.
Aniceto Díaz (Creador del danzonete)
Del género danzonero debemos mencionar a Aniceto Díaz, creador del danzonete con la obra “Rompiendo la rutina”, de 1929. El músico nació en Matanzas, el 17 abril de 1887 y murió en La Habana, el 10 de julio de 1964. Fue pianista y flautista; integró la orquesta de Miguel Faílde, y otras. En 1914 funda su orquesta y presenta su tema “El teléfono de larga distancia”.
El catálogo de Aniceto es enorme: danzones, sones, canciones, chachachá, one step y pasodobles. Otras de sus composiciones son “Rompiendo la rutina”, “La alegría del baile”, “El trigémino”, “Zona Franca”, “El diablo tun tun”.
Pablo Cairo Semanat
En 1914, hace cien años, nacen cantantes y músicos que dejarían una obra de interés, como el compositor Pablo Cairo Semanat (26 junio de 1914 – La Habana, 3 abril de 1978), de Corralillo, Las Villas.
Fue guitarrista y compositor. Vivió un tiempo en Cienfuegos y después se radicó en La Habana donde tocó con la orquesta Hermanos Dihigo. Dejó obras de diversos géneros. Guarachas: “Pa´fricasé los pollos” y “El tibiri-tabara” (popularizada por Daniel Santos con La Sonora Matancera), “Que va viejo” y “Como me da la gana”. Es inolvidable su bolero con atmósfera de bares y cantinas, de humo y espuma, “Amor en trago”, grabado por José Tejedor y Domingo Lugo.
Virgilio González
La orquesta Aragón grabó al compositor Virgilio González (San Luis, Santiago de Cuba, 27 de noviembre de 1907- 14 de octubre de 1895) el bolero “Le dije a una rosa”. En 1914 comenzó con el tema “Se fue la paloma”, aunque era un amante de los sones. Estudió en la Academia Municipal de La Habana, ciudad donde en 1928 fundó el conjunto Rojo.
Entre sus obras están “Mora linda”, “Soy de Camagüey”, “La ola marina”, “Por eso te recordé”, “Murumba”, “Clara”, “No me persigas”, “La reina del son”, “Muñeca de bacarat”, “Por eso recordé”, “Le dije a una rosa”, “Rompe saraguey”, “Aguanta firme”, “El brillante”. Intérpretes: La Aragón, Caney, Culebra, Faz, Willie Colón, Cascarita, Cuní, Miguelito Valdés, Machín, Panchito Riset, Laíto, Conjunto Caney y La Sonora Matancera.
Rogelio A. Letusé, le dedicó a Virgilio un artículo titulado Virgilio González, en la revista Tropicana Internacional.[1]
Pedro Hernández
Pedrito (1 de enero de 1914-1 de enero del 2006) fue violinista, orquestador y profesor. Estudió en el Conservatorio Municipal de La Habana (1938). Un año antes ya tocaba con la orquesta Polar y de Eduardo García, de Guanabacoa. Desde 1939, y durante dos años, se presenta con Antonio María Romeu, después pasa a la orquesta Ideal, de Joseíto Valdés. También estuvo un tiempo con Frank Emilio Flyn, Rodrigo Prats, Fajardo y sus Estrellas, la orquesta CMQ e hizo una gira con Jorrín y con el espectáculo Ritmos de Cuba por los Estados Unidos.
Tuvo el privilegio de participar en los cinco discos de Areíto. Era diestro en las orquestaciones de obras sinfónicas llevadas a lo popular. Tuvo la suerte de hacerle a Barbarito Diez el arreglo de la canción “Caballo viejo”, de Simón Díaz, entre lo más apreciado en la voz de Barbarito; estuvo al frente de la agrupación Violines Orishas. Cuando descargaba con su violín sus seguidores le gritaban: “¡Pártele Pedrito!”.
Sus obras: “A Gladys”, “Un aria”, “Ay, que risa”, “Aquí está el detalle”, “Príncipe Niño”. La investigadora Ada Oviedo le hizo un estudio muy reconocido.
Estanislao Sureda “Laíto”: El Rey de los cañonazos
Cantante (Cienfuegos, 7 mayo 1914- La Habana 7 septiembre 1999). Estanislao tiene un espacio en la historia de La Sonora Matancera, una voz que recorrió a puro cañonazo todo el continente. El poeta Félix Contreras, describe así al cantante: “Flaco, alto con 1.80, desorbitado en el giro de sus palabras, con porte de galán del cine mexicano de la década del 40. Fanático del béisbol. Hay que adicionarle su carácter duro, variable, impredecible, de bromas muy pesadas, un artista que no era comida fácil”.
Llega a La Habana en 1944 como cantante profesional, sin pasar por ninguno de los muchos concursos de aficionados. Comienza por la reconocida orquesta Hermanos Castro, de ahí pasa al Kubavana (con esta agrupación se pone el nombre de Miguel Ulloa), estuvo con la orquesta América donde participa en el coro de la canción “La engañadora” y los primeros éxitos del chachachá con Ninón Mondéjar y Enrique Jorrín.
En 1948, buscando estabilidad, se coloca junto a Orlando Vallejo en el conjunto de Ernesto Grenet en el cabaret Tropicana, lo máximo de Cuba. En marzo de 1954, el cantante de plantilla de La Sonora Matancera, Bienvenido Granda, abandona el conjunto y llega para Laíto la gran oportunidad de la vida.
“Rogelio Martínez fue a buscar afanosamente un cantante, me encontró en Tropicana, donde me había visto muchas veces. Me contrata, primero me hizo un ensayito Severino Ramos, que era un caballo como arreglista. Mi primera presentación fue en Radio Progreso, al lado de dos bárbaros: Celia Cruz y Nelson Pinedo. Abrí con la canción ‘Cañonazos’ y le siguió la guaracha ‘Cualquiera resbala y cae’. Así fue mi debut en La Sonora; me mantuve una etapa corta; me fui —como casi siempre sucede— por diferencias económicas y hoy día lamento muchísimo que haya sido por ese motivo. Yo en 1953 ganaba buen dinero con la América, una orquesta que estaba en su apogeo”.
Laíto se retira de La Sonora en mayo de 1955, después de cantar junto a Celia, Nelson Pinedo, Orlando Vallejo y viaja por el Caribe y América Latina. Entre sus grabaciones más conocidas: “Cualquiera resbala y cae”, “Yambú pa´gozar”, “Nocturnando”, “Mi redención”, “Qué linda”, “Cañonazos” y “La Chambelona”. Con Celia dejó para la historia el bolero “En el bajío”. Lo grabaron, en forma de controversia, y el cierre a cuatro voces, fue todo un éxito en Colombia en 1954.
En 1955 Laíto vuelve con el conjunto de Tropicana, donde estaba su máximo apoyo: Senén Suárez quien sustituye a Ernesto Grenet en la dirección del conjunto. Junto a Vallejo canta sabrosas guarachas. A veces comparte con la emperatriz Paulina Álvarez, Carlos Querol y otros. En febrero de 1956 Laíto aparece con brevedad en la plantilla de Roberto Faz. Junto a Senén, Laíto se mantuvo hasta 1988, después de 20 años de lucha:
Viajamos muchos países —argumenta Senén— a la URSS, dos veces a África, dos a Nicaragua y en 1967, estuvimos varios meses en la Expo 67 de Montreal, donde puso a gozar al público con la “Guajira Guantanamera” que estaba en su apogeo.
Laíto era un cantante efectivo, una voz fuerte, pocas veces se ponía afónico. Mantenía un repertorio bien pensado, muy estable, seguro y buen improvisador. No olvidaba las canciones, tenía oficio de cantante. No sé por qué duramos tantos años, tú sabes que yo soy muy diplomático. La personalidad de Laíto es como te la cuento, de niño pasó vicisitudes, no conoció a su padre, tampoco lo inscribieron, aprendió a vivir solo. Era cuidadoso al vestir, planchadito, limpio, arreglado, con su bigote pintado; así fue hasta el final.
Después del retiro en 1988, Laíto hacía algunas presentaciones con el conjunto Caney, de Benitico Llanes. El conjunto Gloria Matancera lo lleva en 1994 a Cartagena y Bogotá; comienza la resurrección del cantante. El 28 de diciembre en la discoteca Baracoa, en Juancito, se aparece Oscar D´León, saludó a Laíto y le dijo al público: “Estoy emocionado al ver una gloria de la música cubana”. Los soneros comenzaron a improvisar, se abrazaron, tiraron fotos de ese encuentro memorable.
El cantante viaja a Barranquilla, vuelve a su querida Colombia con el conjunto Caney. El empresario Nelson Farit mandó a buscar a Venezuela al Almirante Napoleón Pinedo (Nelson Pinedo) para disfrutar el choque de trenes, con el barranquillero que ya contaba con 66 años. Se presentaron en el teatro Amira de la Rosa: “Hicimos llorar al público barranquillero, fue la apoteosis —me contó Laíto—, se formó la gozadera. Nelson cantó ‘Me voy pa´ La Habana’, ‘Bésame morenita’. La Sonora es en Colombia lo más grande, todavía guardan mis discos”.
En 1996 comenzaba a gestarse el fenómeno de Buena Vista Social Club, Laíto arma su propia sonora con su hijo José, su nieto y el cantante Rolando Montero (El Muso); volvieron a Colombia a disfrutar del banquete del renacimiento del son tradicional.
En 1998, en pleno boom del son tradicional, un video de Laíto con la canción “Idilio” (Titi Amadeo, de Puerto Rico), fue el Premio Lucas, en música bailable. En la entrega del premio, cuando lo anunciaron en el teatro Carlos Marx, automáticamente el público se puso de pie. Pocas veces he visto una ovación tan resonante, ante un cantante de 84 años, aquello fue un verdadero cañonazo de Laíto: “Que la Sonora Matancera, ni un carajo, ahora es cuando he tenido más popularidad en mi vida”, así me dijo en el camerino del teatro Karl Marx.
René Márquez
Guitarrista, cantante, compositor (Remedios, Las Villas, 9 septiembre 1914-La Habana, 23 de diciembre de 1986).
En 1937 llega a La Habana, para incorporarse a la orquesta de Paulin. Posteriormente trabaja en distintas bandas como la Bouffartique, Neno González, Cheo Belén Puig, Anckerman, Dihigo, Siglo XX y la Orquesta Arcaño y sus Maravillas. En la orquesta de René Touzet, en 1939, estrenó el bolero “No te importe saber”, que fue un verdadero éxito por el novedoso trabajo melódico-armónico.
La consagración definitiva de René llega al ingresar en la orquesta de Julio Cueva, donde permaneció por espacio de diez años. Con esta agrupación actuó en radio, bailes, grabaciones y giras. Al cabo de diez años de permanencia en la orquesta de Julio Cuevas, la abandona y se dedica a la carrera en solitario hasta que en 1970 ingresa en la agrupación Tanda de Guaracheros del Consejo Nacional de Cultura, agrupación que posteriormente dirige. René es el padre de la cantante Beatriz Márquez.
Como compositor hizo: “Espontáneamente”, “Ven junto a mí”, “En el cielo de mi vida”, “Es la ilusión”, “La vida es un momento”, “Puede una flor”, todas realizadas en tiempo de boleros. En el género de guaracha, creó “Jícara”, “El grano de maíz” y la más popular “Soltando chispa”. Otros temas fueron los boleros “Colegiala”, “Chagara”, “Cuchillo”, “Te deseo felicidades”, “Se formó”, “Para que mueras de amor”, “El granito de maíz”, “San Lázaro”.
Desde 1970 se celebra en Remedios el Festival del Creador Musical René Márquez In Memoriam, un homenaje de recordación que le realiza dicho pueblo junto al gobierno.
Ninón Mondéjar
Anacario Cipriano Mondéjar Soto (Calimete, Matanzas, 25 de septiembre de 1914-La Habana, 25 de septiembre del 2006) fue cantante, compositor y director de la Orquesta América, donde se creó el chachachá.
El chachachá tiene un largo camino que comienza con el danzón, le sigue con el danzón-mambo, producido en la Orquesta de Arcaño y sus Maravillas con el “Nuevo Ritmo”; donde tocaba Jorrín. Se concreta con la orquesta América, dirigida por Ninón Mondéjar, y en lo musical por Enrique Jorrín, un genio de la música que fue el artífice de ese fenómeno que inundó los salones de los Estados Unidos y de casi todo el mundo.
Pablo Cairo Semanat
Guitarrista y compositor (Corralillo, Las Villas, 26 junio, 1914 – La Habana, 3 abril, 1978). Vivió un tiempo en Cienfuegos y después se radicó en La Habana. Tocó con la orquesta Hermanos Dihigo.
Sus obras: las guarachas “Pa´fricasé los pollos” y “El tibiri-tabara” (popularizada por Daniel Santos con La Sonora Matancera), “Que va viejo”, “Como me da la gana”. Y, como algo especial, el bolero “Amor en trago”, grabado por José Tejedor y Domingo Lugo con esa atmósfera de los conjuntos llenos de sabor a victrola, en bares y cantinas rodeados de humo y espuma.
Pucho El Pollero y su guitarra voladora
Ignacio Bombú Leguén, guitarrista, trovador y compositor (Yateras, Oriente, 31 julio 1914-Santiago de Cuba, 29 noviembre 1973). Muy carismático, de potente voz, gran imaginación para la improvisación, un verdadero espectáculo, alumno de Miguel Matamoros. Es considerado el mejor seguidor del compositor de “Lágrimas negras”. Residió desde 1920 en Santiago de Cuba, donde pregonaba los pollos que vendía. En 1940 funda el Cuarteto Siboney y el Conjunto Hatuey, representando a la firma de esa cerveza tan popular. Tocó en el Quinteto de Trovadores Santiagueros. Murió ciego y paralítico.
Compuso “Adiós a la vida”, dedicada a su amigo Renato Guitart, mártir del ataque al cuartel Moncada. El investigador Lino Betancourt le dedicó varias reseñas.
Severino Ramos Betancourt (Refresquito)
De familia musical. Pianista, arreglista estrella, creador del sonido, timbre y ritmo inconfundible del conjunto de La Sonora Matancera (Calle Contreras 171, Matanzas, 1903-La Habana 2 noviembre 1969[2]). Estudió música con Evelio Pérez y armonía con Manuel Jiménez. También hizo dos años de la carrera de Derecho. Comenzó en 1929 con la orquesta Rialto, fue para La Habana con la orquesta de Paulín. Cuando abandonó La Sonora tocó en programas de “La Guantanamera”, que simultanea con la prolífera e importantísima labor al frente de los muchos sellos discográficos que creó. Fue fundador de Radio Progreso y llegó a ser su director musical desde 1957. En esta emisora se enrola con La Sonora Matancera desde 1940. Después de 1960, La Sonora Matancera cumple contratos en México y Severino crea La Sonora Cubana y más adelante el Conjunto Caney, que luego retoma Benitico Llanes. El hermano de Severino también era compositor.
Compuso algunos temas para La Sonora donde se mantuvo como arreglista desde 1940 hasta 1957. En esta agrupación arreglaba el trombonista José Claro Fumero, Lino Frías y Severino. Pero, el mago fue Severino que se adaptaba a todas las voces y estilos. Preparó a Laíto en 1953 para su ingreso en La Sonora, era como un hombre orquesta y le organizaba conjuntos o piquetes “ven tú” a muchas disqueras. Trabajó para Ñico Membiela, Blanca Rosa Gil, Orlando Contreras, astros del bolero de victrola. En algunas composiciones hizo dúo con Luis Reyes, creador del bolero “Yo estoy desengañado”, que pinta muy bien a los boleros de humo y espuma.
El misterio de los arreglos de Severino Ramos:
Mis arreglos buscaban la sencillez para el cantante, los oyentes y los bailadores. Los cantantes debían estar en primer plano, las trompetas melódicas y armónicas con pasajes al unísono, según el caso. Busqué el ajuste más apropiado, el acople exacto, algo difícil de lograr. El piano tocado por Lino Frías, siempre con acordes simples, fraseos melódicos y tumbaos muy ricos. Aunque debo decir que fui de los primeros en tocar el piano con La Sonora, acompañé a Nelson Pinedo, cuando Lino no podía trabajar lo sustituía y, en determinados momentos lo hice a dúo con Lino Frías. El contrabajo era aprovechado en los guajeos de los sones. No abundaba la guitarra en los conjuntos soneros. Las dos trompetas fue un estilo creado por José Claro Fumero y yo. La Sonora Matancera tocaba más adelantada que el conjunto de Arsenio.
Mario Recio
Compositor y cantante (Camagüey, 22 febrero 1914-La Habana, 21 octubre 1969). Residió en La Habana desde 1939, cantó en el Kubavana, de Albero Ruiz, el conjunto Casino y el Trío Servando Díaz hasta asumir el trío con su propio nombre.
Sus obras: “Las trompetas del chachachá”, “Vive corazón”, “Kilimanjaro” (pachanga grabada por la Aragón en el disco de 1961 Charanga, chachachá y boleros, RCA Victor LPD 555). En este disco ya la Aragón evoluciona con un estilo “charanga”, más pegado a la guaracha, distinto a la cancionística amable de los 50.
Candito Ruiz
Fue uno de los pianistas repertoristas (La Habana, 29 agosto 1914-La Habana, 25 enero 1983) de la década de los ‘50 que ayudó a muchos cantantes, especialmente a Gina León.
María De Los Ángeles Santana Soravilla
Actriz, cantante y vedette cubana, de extensa y reconocida trayectoria artística (La Habana, 2 agosto 1914-La Habana, 7 febrero 2011). Figura representativa del teatro, el cine, la radio y la televisión. Estudió canto con Juan Elósegui y José Ojeda.
Fue una de las figuras estelares del programa humorístico San Nicolas del Peladero. En su etapa final se dedicó a la actuación en telenovelas y el cine. Es muy meritorio el libro que le escribió Fajardo Estrada, de más de 600 páginas.
Jorge Bolet Tremolada
Pianista. Niño prodigio, considerado como uno de los mejores intérpretes de los compositores románticos (La Habana, 15 de noviembre de 1914- California, Estados Unidos, 15 octubre de 1990). Aunque es poco conocido en Cuba, fue un músico de alto nivel, de los más importantes intérpretes del compositor húngaro Franz Liszt. Inició sus estudios de música con su hermana María Josefa Bolet, después los continuó con Atilio M. de Vitalis, y los concluyó en el Conservatorio Nacional con Hubert de Blanck. A los 12 años su familia le envió al Curtis Institute de Filadelfia, donde estudió música (piano) con David Saperton. Ofreció un concierto en el Auditórium Pro-Arte Musical (julio y agosto de 1929). En 1934 se graduó en el Stony Brook, de Nueva York. Fue discípulo de Leopold Godowsky, Moriz Rosental, Emil von Saner. En 1935 viajó a Europa, donde actuó en Amsterdam. En 1937 ganó el premio Naumberg y ese mismo año debutó, el 26 de octubre, en Nueva York. En 1938 recibió el premio Naumberg. Entre 1939 y 1942 fue profesor (como ayudante de Rudolf Serkin) del Curtis Musical Institute, de Filadelfia; de 1968 a 1977, de la Escuela de Música de la Universidad de Indiana en Bloomington; en 1977, ocupó la jefatura de la cátedra de piano del Curtis Musical Institute. Bolet actuó por última vez en abril de 1989 en el Carnegie Hall de Nueva York y dos meses más tarde con la Filarmónica de Berlín.[3]
René Cabel
José de Jesús Cabezas Rodríguez (Alquizar, La Habana, 9 marzo de 1914-Bogotá, Colombia, 3 abril de 1998). Cantante tenor. Nació en el mismo pueblo de Luis Marquetti. Estudió con el profesor italiano Arturo Bovi. En 1934 canta con la orquesta Los Hermanos Castro, conoce a Ernesto Lecuona. Viaja a México durante casi un año y allá graba su primer disco. Procura contratos a su amiga Olga Guillot. Más tarde, en Bogotá recomienda al gerente de la Voz de Antioquia contratar al Benny Moré para que la Banda Gigante viajara en 1955. Se dice que René fue el primero en difundir en América Latina el bolero “Nosotros”, de Pedro Junco. Regresa a Cuba y firma con la empresa Crusellas. Graba en La Habana con Rafael Hernández y la orquesta de Alfredo Brito.
Como artista exclusivo de la RCA Victor canta con varias orquestas de primera: Habana Casino, Casino de la Playa, Riverside, Gonzalo Roig, Siboney de Ernesto Lecuona. También grabó con el trío Taicuba para la firma Gema. Trabajó en varios cabarets, entre ellos el Ali Bar. Fueron muy apreciadas las interpretaciones de canciones como “Óyeme” (M. F. Porta), “Aprenderé a olvidarte” (Tony Fergo), “Déjame querer, corazón” (Osvaldo Farrés). Realizó grabaciones en la NBC. En Cuba le otorgaron un programa de televisión Cita con René Cabell, por el cual pasaron entre otros: Cantinflas, Arturo de Córdoba, María Félix, Pedro Vargas y Agustín Lara. Fue responsable artístico del cabaret Karachi, donde se daban cita, entre otros, Bola de Nieve y Elena Burke. Radicado en Colombia a partir de 1964, cantaba ocasionalmente; fue empresario artístico y comercializador internacional de café colombiano. En ocasiones regresó a Cuba como una especie de embajador cultural, a contratar artistas del Cabaret Tropicana, como Tata Güines y Bobby Carcassés.
Descubre a la cantante colombiana Haydée Barros, a la que contrata y se convierte en su manager. En 1961 se radica en Puerto Rico y en 1968 pasa a Bogotá, Colombia, donde llega a ser gerente productor del cabaret del hotel Tequendama. En este lugar, en 1978, contrató a su coterráneo Miguelito Valdés, en lo que fuera su última presentación, al fallecer en la pista del propio cabaret.
Filmes: Participó en 1941 en la película Romance musical, dirigido por Ernesto Caparrós, donde además actuaron Rita Montaner y Otto Sirgo. En 1942 hace el documental Ritmos de Cuba, en el que interpreta “La canción del guajiro”, también bajo la dirección de Caparrós, y las actuaciones de Orlando Guerra, Estelita Rodríguez y la Orquesta Casino de la Playa, la comparsa Las Sultanas y el Trío Cubano.
En el 2005, en Estados Unidos, se le realizó un documental de 50 minutos de duración titulado René Cabel, El tenor de las Antillas, dirigido por Oscar E. Alcalde, donde testimonian, entre otros, Olga Guillot, René Touzet y Roberto Ledesma.
Estos son los músicos del centenario en este 2024, para no olvidar y, por el aquello de que para ir al futuro hay que conocer el pasado y la rica historia de nuestro país.
Notas:
[1] La Habana, no. 25. 2007, La Habana, p. 42.
[2] Félix Contreras ofrece la fecha de 1914-1965.
[3] Cristóbal Díaz Ayala. Cuando salí de La Habana 1898- 1997: cien años de música cubana por el mundo. Puerto Rico, Fundación Musicalia, 1998.