“¡Atención bailadores: comienza Al Son del Caballero!” En un estilo que recuerda aquellos programas clásicos de la radio y televisión cubanas irrumpe la música de este álbum. Un merecido homenaje al maestro Adalberto Álvarez —Premio Nacional de Música—, por sus amplias contribuciones al ámbito músico-bailable y a la cultura cubana en general; así como a su Orquesta Adalberto Álvarez y su Son, que celebra este año su trigésimo quinto aniversario.

Adalberto Álvarez, el Caballero del Son. Foto: Cortesía de la autora

El sello cubano Bis Music se prestigia con esta realización fonográfica, que reúne a reconocidas agrupaciones de música cubana popular bailable, bajo la acertada producción de Manolito Simonet. Por sus valores históricos y artísticos, Al Son del Caballero resultó laureado en la presente edición de los Premios Cubadisco 2021 en las categorías de Música Popular Bailable y Producción, reconocimientos que le garantizaron el Gran Premio Cubadisco, máxima condecoración del evento.

“Notable resulta en el álbum la concomitancia entre múltiples estilos de arreglo, que no solo responden a las distintas naturalezas del repertorio seleccionado sino que se hallan marcados por las experiencias interpretativas y culturales de cada compositor y arreglista”.

El propósito de aclamar al maestro Adalberto se declara desde el primer sencillo, cuyo título es homónimo al del fonograma. Con arreglo de Manolito Simonet e interpretado por su orquesta Trabuco, el tema proclama retóricamente que es tiempo de celebración y dedica al Caballero del Son la popular melodía de “Cumpleaños Feliz”.

Notable resulta en el álbum la concomitancia entre múltiples estilos de arreglo, que no solo responden a las distintas naturalezas del repertorio seleccionado, sino que se hallan marcados por las experiencias interpretativas y culturales de cada compositor y arreglista. Así se construye una sinergia entre directores de agrupaciones soneras y timberas que comparten la concepción de los temas junto a algunos de sus instrumentistas. Este trabajo conjunto se manifiesta, por ejemplo, en “Lluvia” —uno de los temas más sensibles del álbum—, interpretado por Pupy y los que Son Son. Precisamente, el arreglo estuvo a cargo de Maykel García y Roelbi Reyes (Bombón), este último baterista de la orquesta y uno de los más sólidos percusionistas de Cuba.

Al Son del Caballero propone un diálogo interactuante entre varios estilos y formas de abordar el son. Mediante una atinada selección del repertorio, los intérpretes halagan al maestro Adalberto con versiones de sus canciones más populares. Las orquestas invitadas se acoplan a las exigencias interpretativas y al propósito al que va destinado el álbum; pero a su vez, algunas de estas agrupaciones mantienen sus respectivos caracteres estilísticos y autenticidad.

En este sentido, la Orquesta Aragón da vida al sencillo “Con un besito”, arreglado por su director Rafael Lay, conservando su inconfundible sonido charanguero. Asimismo, Emilio Frías (El Niño) en su interpretación de “A Bayamo en coche”, acompañado por su orquesta La Verdad, preserva su estilo sonero que evoca a Ignacio Piñeiro, conjugado con inflexiones rumberas en la voz y una sólida orquestación timbera. Por su parte, Alain Pérez en “Tu fiel trovador” entrega un exquisito bolero-son en el que la voz manifiesta su moderno estilo sonero, con un timbre nasal y metálico que también se asemeja al de los exponentes del guaguancó o de los cantos afrocubanos.

Al Son del Caballero propone un diálogo interactuante entre varios estilos y formas de abordar el son. Mediante una atinada selección del repertorio, los intérpretes halagan al maestro Adalberto con versiones de sus canciones más populares”.

De igual forma, en “El son de la madrugada” Manolito Simonet y su Trabuco preservan aquella sonoridad salsera que identifica a la orquesta, mientras Enrique Álvarez y su Charanga Latina defienden con vehemencia la timba en el tema “La novia de un amigo mío”, arreglado por Lázaro Álvarez. Por una línea similar, en el sencillo “Mala Noche” se evidencia la fidelidad de José Luis Cortés y su agrupación NG La Banda a su sonido timbero y extremadamente influido por el jazz en los riffs de viento metal, una combinación característica que marcó pautas en el perfilamiento estilístico de la timba cubana desde 1990. Consecuentemente, Havana D’ Primera mantiene su triangular concepto jazzístico, timbero y caribeño en la canción “Pura Imagen”, cuyo arreglo incluye saxofón barítono en la sección de vientos, además del timbre sui generis de Alexander Abreu, los coros típicos de la orquesta y la solidez en la orquestación, donde se destaca, particularmente, la percusión.

El sello Bis Music se prestigia con esta realización fonográfica, que reúne a reconocidas agrupaciones de música popular bailable cubana. Imagen: Tomada de solarlatinclub.com

De forma contrastante, otras orquestas se permean de la influencia sonera del maestro Adalberto Álvarez mediante un proceso de asimilación. A esta estética se ajustan Pupy y los que Son Son en la pieza “Lluvia”; Maykel Blanco y su Salsa Mayor en la canción “Fin de semana”, con arreglo del director de la agrupación; y Van Van en el tema “Tal vez vuelvas a llamarme”, con arreglo de Jorge Leliebre, que convierte el clásico songo de la orquesta en una inesperada amalgama entre son montuno y salsa. Estas canciones coinciden en el tratamiento de tópicos como el amor y la nostalgia, muy recurrentes en el repertorio sonero.

Con especial maestría e identidad, en el sencillo “Dale como es”, Elito Revé junto al Charangón asimila su estilo timbero a la estética sonera del álbum; pero conserva su sonoridad compacta, con grandes bloques percusivos y el interesante timbre de los trombones, entre otras singularidades estilísticas y sonoras. Un gesto sensible deviene el coral final que, con estilo rumbero, expresa a capella el tributo al maestro Adalberto.

“El fonograma, en su totalidad, es un festejo hacia nuestra herencia músico-patrimonial que ha traspasado las fronteras de los siglos, gracias a la dedicación y el talento de personas como el maestro Adalberto”.

Si bien la mayoría de los diálogos intergenérico-musicales del álbum versan alrededor del son y sus variantes, como matrices generadoras de estilos interactuantes, resulta peculiar la participación de la agrupación camagüeyana Rumbatá. En esta ocasión, el músico Wilmer Ferrán versiona el tema “El mal de la hipocresía” para conjunto de percusión y sobre el ritmo de guaguancó. Produce, en este sentido, un elogio simbólico al Caballero del Son.

Entre las colaboraciones musicales materializadas en el fonograma Al Son del Caballero, la más singular es la asociación de la orquesta Bamboleo con el cantante de salsa puertorriqueño Gilberto Santa Rosa. Arreglado por Lázaro Valdés, el tema “Hacer una canción” acerca la sonoridad de Bamboleo a la estética sonera y salsera, mientras que finaliza el álbum con un sentido respeto hacia el Caballero del Son, manifestado por Santa Rosa mediante frases como eres el sonero mayor; nos quitamos el sombrero.

No podía pasarse por alto en un fonograma dedicado a Adalberto Álvarez, su gestión incansable por el nombramiento del 8 de mayo como Día Nacional del Son. En este sentido, el fonograma, en su totalidad, es un festejo hacia nuestra herencia músico-patrimonial que ha traspasado las fronteras de los siglos, gracias a la dedicación y el talento de personas como el maestro Adalberto.

Por la multiplicidad de formas de abordar el son, la variedad estilística en los arreglos, el excelente trabajo de producción-dirección musical y de masterización sonora, y, sobre todo, por su noble propósito de encomiar al maestro Adalberto Álvarez, el álbum Al Son del Caballero de la Alianza Musical de Cuba se suma a esas joyas discográficas que ensalzan y difunden la música cubana.

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