La fe. Lo que entendemos como tal y lo que justificamos por ella. Lo que nos inspira, lo que nos fortalece, lo que nos salva. La que nos ampara, la que nos insta a ser mejores, la que nos llena de esperanza. ¿Dioses? A veces uno, con varios nombres; a veces más de uno, con imágenes a adorar o sin ellas… Altares, libros sagrados, mandamientos, caracoles, collares, túnicas o todo a la vez… La fe. ¡Qué difícil definirla e incluso asirla!
Vivir con fe, vivir para la fe. Dilemas. Rechazos. Paz. Cada cual traza su camino en la fe o no, porque es un derecho inherente a la humanidad. Respeto. Urge respetar, tolerar, aceptar.
Justamente para presentar esa diversidad religiosa que puede coexistir en una misma nación y hacerlo desde las mujeres, pilares indiscutibles de toda religión existente, la única Casa Productora de Audiovisuales para el Activismo Social en Cuba, conocida como el Proyecto Palomas —en el año de su aniversario 22 de creada— presentó ante la prensa e invitados el documental Mujeres de fe… señales de lealtad.
Con el auspicio del Instituto Cubano de Arte e Industria Cinematográficos (Icaic), la Embajada del Reino de los Países Bajos y el Fondo de Población de las Naciones Unidas (Unfpa), y con el guion y la dirección de Lizette Vila, Sergio Cabrera e Ingrid León, la pantalla del cine Yara se convirtió en sí misma en un puente hacia la empatía, la tolerancia, el entendimiento mutuo.
Una budista, una musulmana, una Hija de la Acacia, una católica, una santera, una ortodoxa rusa, una espiritista, una judía, una presbiteriana, una ortodoxa griega… Diez mujeres valientes, leales por principios a la decisión que tomaron en sus vidas. En ocasiones invisibilizadas en medio de una multitud que, liderada por hombres, no cesa de andar y tender la mano.
El aplauso al concluir la proyección fue unánime. Los rostros reflejaban abrazos, ganas de entrelazar gestos y fundar juntos. La gente salía de la sala y fue más fuerte en sus convicciones, cualesquiera que fuesen, conscientes de que la pluralidad puede convivir y luchar, incluso, por un mismo objetivo.
La periodista y Dra. en Ciencias Ana Teresa Badía Valdés, profesora titular de la Facultad de Comunicación de la Universidad de La Habana, abrió el intercambio suscitado luego de la exhibición del documental. Apeló a su vivencia personal y recordó que “siempre nos acordamos de un Dios cuando algún mal nos aqueja”. Aportó sus criterios en torno a la obra que, en coherencia con las técnicas de la estética audiovisual contemporánea, deja que los protagonistas cuenten sus historias desde la humildad.
“El documental muestra el respeto a la diversidad religiosa y la invitación a la libertad ideológica, y evidencia que lo cotidiano es trascendente. Nos fortalece como nación y nos hace comprender que creer es tan definitorio en nuestras vidas como lo es elegir permanecer en nuestro país. La salvación de nuestra nación no puede hacerse sin la fe, porque solo la esperanza invicta nos puede sostener como nación”.
La socióloga, investigadora y también Dra. en Ciencias Geydis Fundora Nevot, de la Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales (Flacso), convidó a deconstruir la propuesta audiovisual desde los discursos inclusivos, desde encontrar en lo diferente el valor que nos une y desde la necesaria mirada descentralizada de nuestra realidad.
“No hay encasillamientos en las imágenes mostradas y además se defiende la urgencia de pensar en los sujetos de cambio desde otra perspectiva. Se revaloriza el rol de las mujeres y se las asume desde posiciones de liderazgo porque existen muchas formas de ser mujer. Sin dudas, el documental reivindica a la espiritualidad como eslabón fundamental para desarrollar el país”.
El jurista y Dr. en Ciencias Yuri Pérez Martínez, profesor titular de la Facultad de Derecho de la Universidad de La Habana, instó a repensar los derechos humanos desde la acción cuya base es, en primera instancia, el respeto.
“Es provocador el audiovisual porque recoloca, en su justa medida, la dinámica entre poder político y sociedad civil, y los aportes de las personas creyentes al sistema social. Se deja bien claro que la dignidad es primordial y que la comunidad religiosa cubana tiene que ser escuchada y valorada porque tiene mucho que aportar a esta nación”.
A la espera del estreno para el gran público el próximo 31 de agosto en el cine Yara, todos los presentes, asumo, damos pasos más cercanos a una teología de la armonía, como expresara Sergio Cabrera.