Miradas de añoranza

Víctor Fowler
3/11/2020

Revisando papeles viejos encontré un CD cargado con documentos de aquel Departamento de Publicaciones que dirigí en la Escuela Internacional de Cine y Televisión, en San Antonio de los Baños. Mi primer director fue el realizador colombiano Lisandro Duque; más tarde, el español Alberto García Ferrer, y a continuación, el realizador y teórico cubano Julio García Espinosa. Dejé el lugar poco después de que fuese nombrada la dominicana Tanya Valette.

Con García Espinosa viví la experiencia única de poder hacer, siempre en formato digital, la revista de la escuela. Titulada escuetamente Miradas, tomaba su nombre de aquella publicación que —con igual título y en el mismo sitio— había dirigido el crítico cubano Ambrosio Fornet hacia fines de los 80. Ahora, cuando 16 años más tarde reviso los textos que allí publicábamos, me asombran la fe y la enorme ambición con la que trabajó ese pequeño equipo que integrábamos los críticos Dean Luis Reyes, Joel del Río y yo. Además de lo que escribíamos para cada edición, traducíamos del inglés, francés, portugués e italiano una considerable cantidad de textos. ¡Toda una locura!

“Concebíamos el séptimo arte como una suerte de inmensa sinfonía del mundo”. Fotos: Internet
 

Según puedo avizorar desde hoy, los puntos fuertes de la publicación eran los siguientes:

Colocar todas estas premisas en una docena de ediciones me parece hoy un caso de dedicación amorosa y un ejemplo de cómo dar vida a una realidad futura. Al encontrar aquellos textos siento la nostalgia y la alegría (perdonen que escriba aquí “juvenil”) de quien comparte un bien que aún hoy puede ser útil. Puesto que la revista Miradas es ahora prácticamente inencontrable, y dado que considero imperioso rescatar y sentir orgullo por cuanto de valioso hacemos, aquí va un artículo del año 2004. Creo que merece la pena republicar varios.

 

“Las 50 películas más importantes del cine negro estadounidense”

Steve Torriano

Steve Torriano, profesor de Howard University, nos autorizó a utilizar lo que nos pareciera conveniente de The 50 most influential black films of history, libro del cual es coautor y que está dedicado a este particular sector de la producción cinematográfica en los Estados Unidos. El volumen posee una estructura repetida, según la cual se nos presenta primero una breve introducción sobre la película seleccionada; a continuación, el relato de su trama y comentarios sobre las condiciones de producción u otros aspectos significativos, para terminar con un resumen acerca de la manera en la que fue atendida por la crítica en su estreno o la valoración que hoy merece entre los estudiosos del cine. En los casos en los que ha sido posible, los autores agregan jugosas y divertidas entrevistas con los realizadores o actores de las películas.

Con casi medio siglo de historia del cine, este volumen explora la influencia de actores, escritores y directores del cine negro realizado en Estados Unidos.
 

Otra característica editorial a destacar es el hecho de que las películas han sido agrupadas mediante una división convencional en décadas, y cada grupo viene precedido por un breve texto introductorio donde se trata de precisar los principales avances que —en los aspectos económico, social, cultural y político— experimentó la raza negra en su conjunto. Además de ser un material de suma utilidad para la conformación de cursos y de su cómodo uso como material de referencia por profesores, investigadores y estudiantes, el libro —para desmentir su aparente simpleza— resulta una poderosa contribución a las diversas contra-historias en las que desde los ángulos de clase, raza, género y sexualidad está siendo reescrita la historia de la producción cinematográfica estadounidense y, en especial, la de su lugar emblemático: Hollywood. Es aquí donde adquiere relevancia mayor la selección de las 50 películas, que es el basamento del libro, y donde sorprende descubrir obras como The birth of a race: Lincoln's dream (la contra-respuesta a la célebre The birth of a nation, de Griffith); la serie de películas de cowboys negros realizadas en los años 30; los filmes de Oscar Micheaux (quien realizó una larga cantidad de filmes), o títulos como The spook who sat by the door (1973) y Countdown at Kusini (1976), todavía hoy consideradas malditas. En esta ocasión, además de ofrecer el listado completo de las películas consideradas las 50 más influyentes en la historia del cine negro, no hemos resistido la tentación de traducir lo concerniente a The birth of a race; es un punto de vista revisionista demasiado importante como para dejarlo pasar, y apenas conocemos información en idioma español que nos lo recuerde. Sea un homenaje a todos los que soñaron y sueñan con un cine en el que prime el respeto a la dignidad humana.

The birth of a race: Lincoln´s Dream (1918)

“La película de Griffith (The birth of a nation), aparte de su estatura como pilar del cine artístico, y síntesis de la retórica técnica en el cine de su época, fue ofrecida a su público como propaganda racista”. Thomas Cripps, The making of a race.

The birth of a race es un collage de excepcionales momentos históricos y bíblicos que comienzan en el Jardín del Edén y gradualmente avanzan en el tiempo. Editada en dos partes, en su amplio tapiz se incluyen escenas del ejército faraónico en Nubia mientras marcha en busca de los israelitas fugitivos; un segmento del primer viaje de Colón al Nuevo Mundo; del presidente Lincoln liberando a los esclavos; planos multitudinarios de soldados que van al campo de batalla, y una secuencia que describe a una familia alemana dividida por la cruenta guerra. La segunda parte del filme consiste fundamentalmente en una versión de los evangelios. Muestra a un Jesús blanco predicando a una muchedumbre multirracial acosada por “dudas y prejuicios”. La única persona de color a la cual se le confiere identidad específica es a Simón el Cireneo, un hombre negro que ayudó a Jesús a cargar la cruz hasta el calvario. Después, el filme salta al montaje de una serie de tarjetas con texto en las cuales se muestran positivos mensajes como “Igualdad en vez de esclavitud” y “Paz y humanidad”. Entonces la historia retrocede al viaje de Colón, se adelanta hasta la cabalgata de Paul Revere y la Convención de Filadelfia con una tarjeta que dice: “Al fin, la familia humana ha formado un gobierno basado en la igualdad”. En un momento del filme, dos campesinos están parados en un campo; uno es negro y el otro es blanco, y sus imágenes se disuelven en la masa de soldados uniformados. Al final, vemos al presidente Lincoln en su lecho de muerte, mientras desea la paz para todos.

Filmación en Tampa, Florida, del filme El nacimiento de una raza.
 

La realización de la película demoró un par de años y costó más de un millón de dólares. Después de investigar la historia de su producción, dudamos en dejarla en la lista, pues hacia el final de la producción no solo les había sido usurpado el poder y la integridad creativa a los negros envueltos en el proyecto, sino que la historia escasamente se refería a las aspiraciones, batallas y logros de la raza negra en su conjunto. Sin embargo, después de leer acerca del masivo esfuerzo gestado por Emmett J. Scott, Booker T. Washington, W. E. B. Du Bois, la National Association for the Advancement of Colored People (NAACP), y la incontable cantidad de otras personas implicadas, decidimos que tanto la visión original que tuvieron, como el enorme esfuerzo que desarrollaron, no debían quedar sin reconocimiento.

La película fue concebida como respuesta directa a la propaganda racista que hiciera D. W. Griffith en El nacimiento de una nación, y también recibió un gran impulso en el estreno de la obra teatral The Nigger, de Edward Sheldon. Este uno-dos racista en la primavera de 1915 sacudió a la NAACP, que se lanzó a la acción; primero, para protestar e intentar que fuese prohibida la exhibición de ambas películas en los teatros y, en segundo lugar, para apoderarse de los medios de producción y hacer su propia declaración fílmica rectificadora. Para ello contrataron a la escritora Elaine Sterne, quien concibió una historia que iluminara las aspiraciones y logros de la raza negra, y a la que dio por título El sueño de Lincoln.

De manera independiente, y al mismo tiempo, Broker T. Washington y su círculo en el Instituto Tuskegee habían comenzado su búsqueda para planificar una película basada en Up from slavery, la célebre autobiografía del primero. Ambos grupos se acercaron a Carl Leammle y a su recién establecida Universal Pictures para solicitar ayuda financiera. Leammle aseguró que suministraría 50 000 de los 200 000 estimados como presupuesto para la película. Sin embargo, a causa de que los de la NAACP fueron incapaces de encontrar el resto del dinero necesario, y debido a la presión de los socios sureños de la Universal, preocupados por el retrato positivo de los negros que aseguraba el proyecto, Leammle se desdijo.

Por un instante, la NAACP unió fuerzas con el grupo de Tuskegee, pero Mary White Ovington, un miembro del comité organizado para la película, todavía no pudo reunir suficiente financiamiento. Sin desanimarse por los anteriores intentos fallidos, Emmett J. Scott, secretario privado de Booker T. Washington, se acercó a Amy Vorhaus, un escritor con conexiones con la Vitagraph, para una posible colaboración. Además de ello, Scott trató de alcanzar un acuerdo que uniera el grupo de Tuskegee con el estudio del realizador Thomas Ince. Ambos acuerdos se hundieron y desapareció la esperanza de llevar a la pantalla un contrapeso cinematográfico a El nacimiento de una nación.

Pese a ello, los de Tuskegee decidieron continuar. Su plan era formar su propia compañía, producir su versión de Up from slavery justamente en Tuskegee y, si lo necesitaban, comprar un equipo de proyección portátil para exhibir la película en iglesias y salones de reunión. Hicieron un acuerdo con Edwin L. Barker, de la Advance Motion Picture Company de Chicago, para que hiciese el trabajo de producción, pero Booker T. Washington falleció antes de que pudiesen ser firmados los contratos. La película, verdadera combinación de El sueño de Lincoln con Up from slavery fue más tarde resucitada como El nacimiento de una raza, y se prometió que sería un inspirado pronunciamiento negro con su alegato por el respeto mutuo entre las razas. En septiembre de 1917, después de que fuera anunciada la fecha de inicio varias veces, comenzó la producción en Tampa, Florida. Para la primavera siguiente, sin embargo, la inversión inicial de 140 000 había sido consumida. Con la película a medio terminar, muchos de los inversionistas y participantes se retiraron, incluyendo a William Sellig, cuya compañía había sido contratada para realizar el trabajo de producción.

Daniel Frohman, un productor neoyorkino de vaudevilles, se encargó de rodar la segunda mitad en su estudio de Tampa, Florida. Frohman también aseguró el presupuesto, pero con la pérdida de control financiero se perdió lo que Emmett J. Scott llamaba “el punto de vista del hombre de color”. Sin atender el material hasta entonces rodado, el nuevo productor cambió el énfasis que ponía la historia en el avance social de los negros a un más universal y abstracto sentido del progreso. Mucho del metraje filmado quedó en el piso del cuarto de edición. En noviembre de 1918 tuvo lugar el estreno en Blackstone Theater, en Chicago. Fue un desastre.

Si la visión inicial de Scott hubiese permanecido, entonces quizás El nacimiento de una raza habría devenido un “bálsamo curativo” en lugar del “desastre en las taquillas” en que se convirtió. Sin embargo, este infortunado contratiempo no desalentó a los realizadores negros. Ellos continuaron hacia adelante, peleando y ocasionalmente consiguiendo lo que nunca se pensó que podían alcanzar.

Resumen de las reseñas

Las reseñas contemporáneas de la película son relativamente críticas. Larry Richards, en African-american films through 1959: a comprehensive illustrated filmography, en esencia argumenta que la película justamente no funciona como respuesta a El nacimiento de una nación, de Griffith. Richards demuestra que al final el producto ni siquiera atañe a los negros. Variety la llamó “la más grotesca quimera cinematográfica en la historia del negocio del cine”. Thomas Cripp afirma que fue la mezcolanza de dos películas combinadas dentro de una, y que ello ignora sus premisas raciales iniciales al punto de que el espíritu de la película fue enturbiado. La película presenta el combate racial en el retrato de los judíos como víctimas del ejército del Faraón formado por negros, y la mayoría de los segmentos que permanecieron y trataban del negro en modo alguno dieron una visión positiva de este.

Anuncio de la película en un periódico de la época.
 

Otras dos reseñas de algún valor aparecieron también en Variety, aunque presentando puntos de vista diferentes. El primer artículo, con fecha del 6 de diciembre de 1918, discute el papel que jugó la guerra en la realización de la película y los subsecuentes cambios que sufriera en cuanto a temática, así como sus inexactitudes. El segundo de los artículos, fechado el 25 de abril de 1919, es para expresar de modo directo su desacuerdo con el primero; para ello elogia los aspectos técnicos de la película, así como algunas de las cuestiones de contenido. Claramente, las reseñas de El nacimiento de una raza demuestran la complejidad histórica de esta película; tanto antes como ahora, el diluido producto final recibió un punzante crítica.

Créditos de la película

Director: John William Selig

Reparto: Marie Russell, Jane Gray and W. Noble.

Productores: Edwin Baker, George Le Guere and Daniel Frohman

Escritor: Emmett J. Scott.

12 rollos/3 horas. B&N. Silente.

NAACP

 

Los listados de The 50 most influential black films of history

1900-1928

Johnson vs. Jeffries fight film (1910)

The railroad porter (1912)

The realization of a negro's ambition (1916)

The birth of a race (1918)

Body and soul (1925)

The scar of shame (1927)

 

1929-1939

Hearts in Dixie (1929)

Hallelujah (1929)

The Emperor Jones (1933)

Imitation of life (1934)

Harlem on the Prairie (1938)

 

1940-1949

The blood of Jesus (1941)

Cabin in the sky (1943)

Stormy weather (1943)

Home of the Brave (1949)

 

1950-1959

The Jackie Robinson story (1950)

Carmen Jones (1954)

St. Louis Blues (1958)

 

1960-1969

Sergeant Rutledge (1960)

A Raisin in the sun (1961)

Black like me (1964)

Nothing but a man (1964)

Guess who's coming to dinner (1967)

The learning tree (1969)

 

1970-1979

Sweet Sweetback's Baadasssss song (1971)

Shaft (1971)

Buck and the Preacher (1972)

Blacula (1972)

The spook who sat by the door (1973)

Coffy (1973)

Claudine (1974)

Cooley high (1975)

Countdown at Kusini (1976)

 

1980-1989

Krush Groove (1985)

The color purple (1985)

She's gotta have it (1986)

Hollywood Shuffle (1987)

A dry white season (1989)

Lean on me (1989)

Glory (1989)

 

1990 hasta el presente

Daughters of the dust (1991)

Boyz 'N the hood (1991)

To sleep with anger (1991)

Bebe's kids (1992)

Malcolm X (1992)

Waiting to exhale (1995)

The nutty professor (1996)

Get on the bus (1996)

Amistad (1997)

Eve's bayou (1997)

The best man (1999)

 

Esfuerzos Independientes

Hellhound train (1930)

The white girl (1988)

Sankofa (1994)

Naked acts (1996)