“Martí significa el hombre que pensó a Cuba, que fue referente de toda la intelectualidad cubana del siglo XIX, que estuvo en las bases del movimiento patriótico y en el movimiento revolucionario”, así expresó el director de la Oficina del Programa Martiano, doctor Eduardo Torres Cuevas, al reflexionar acerca de los actos vandálicos que ultrajaron, en los primeros días de enero, varios bustos del Apóstol en la capital cubana.

La Oficina del Programa Martiano (sita en Calzada entre 2 y 4, en El Vedado), sirvió de espacio para denunciar estas acciones que, al decir del eminente intelectual, “no solo atacan a la Revolución cubana, atacan a Cuba”.

Al dirigirse a los presentes comentó: “Porque José Martí  no es un nombre solo, no es la sonoridad de un nombre que la historia consagró. Nadie como él nos describió, nos ofreció un camino, nos permitió la dignidad plena de nuestro pueblo”.

Al referirse a los lamentables hechos que intentaron mancillar los bustos de Martí explicó que “un acto de barbarie como este que se cometió refleja precisamente, no una posición contra la Revolución, es una posición contra Cuba, piénsese lo que se piense, se esté donde se esté, a quien han agredido es a Cuba, es a la nación cubana”.

Torres Cuevas, en otro momento, dijo que “cuando inició la Guerra de Independencia, no era una simple independencia. Era también la creación de una nación, que tenía en sus bases fundamentales los valores que encarna nuestro país”.

El historiador cubano destacó más adelante que Martí es un modo de sentir y de pensar, y él lo identifica como el sueño de construcción de un mundo mejor y una Cuba mejor; “no se ha atacado un busto, se ha atacado una imagen, se ha atacado el alma de Cuba”.

Al decir de Torres Cuevas, “él (José Martí) tiene una definición de Patria que, solo desde la historia y la experiencia cubana, se podría llegar a una idea tan maravillosa como esa de que Patria es Humanidad”.  Pero detrás de esta expresión hay otra ampliación de concepto “Patria es unión dulcísima y consoladora de amores y esperanzas”.

“Martí sembró amor y combatió el odio”, concluyó el eminente historiador y Premio Nacional de Ciencias Sociales y Humanísticas 2005.