El Malecón es el espacio más democrático de La Habana. Ha sido testigo de alegrías y tristezas, despedidas y decepciones; a él se va a disfrutar, a refrescar, a llorar las penas… Así lo concebía el curador y promotor cultural Juanito Delgado, fallecido el pasado año. De esa estrecha relación entre mar, muro y ciudad surgió la idea que terminaría transformándose en Detrás del muro (Dedelmu), uno de los proyectos de la Bienal de La Habana más visitados y disfrutados por los espectadores, debido a la transformación de una vital arteria de la capital cubana en una galería al aire libre.
“Dedelmu constituye, hoy en día, el rostro más visible de la Bienal habanera; la propuesta que más espectadores atrae y que más comentarios genera”.
Concebir zonas de interacción cultural que promuevan el amor por la ciudad; revitalizar espacios en desuso; sacar el arte de los centros expositivos; socializar propuestas contemporáneas de carácter monumental producidas dentro y fuera de la Isla; tender puentes entre los de aquí y los de allá, los de dentro y los de afuera… Con sus altas y bajas, mejores o peores entregas, Dedelmu constituye, hoy en día, el rostro más visible de la Bienal habanera; la propuesta que más espectadores atrae y que más comentarios genera.
En esta ocasión el proyecto somete a nuestra consideración dos propuestas expositivas. En primer lugar, Detrás del muro está el amor; muestra colectiva exhibida en el Centro Hispanoamericano de Cultura. Organizada por el equipo Dedelmu en colaboración con la panameña NG Art Gallery, rinde tributo al sostenido trabajo que Juanito desarrolló durante casi diez años al frente de su mayor sueño. La inauguración estuvo precedida por el estreno de El hombre detrás del muro, documental dirigido por Claudio Peláez que recoge testimonios del curador sobre la concepción y desarrollo del proyecto.
Detrás del muro está el amor ofrece un recorrido por las poéticas de varios de los creadores cubanos invitados a formar parte de las entregas efectuadas en 2012, 2015 y 2019. La mayoría de las piezas fueron seleccionadas en virtud de su representatividad estética con respecto a las trayectorias desarrolladas por los creadores. A ellas se suman documentaciones fotográficas y maquetas de algunas de las intervenciones públicas más significativas de la primera edición. En conjunto, la muestra evidencia uno de los principales méritos de Dedelmu: la coexistencia y el diálogo, en el entorno citadino, de artistas extranjeros o del patio pertenecientes a diversas generaciones (núbiles, consagrados o con carreras en ascenso; Premios Nacionales de Artes Plásticas y recién egresados de centros artístico-pedagógicos cubanos) y gestores de poéticas personales, actuales y diversas. No en vano el proyecto ha representado un espacio heterogéneo, interactivo y polémico, plural tanto en lo técnico como en lo conceptual, que ha incorporado esculturas, intervenciones, performances, instalaciones y grafitis.
La segunda propuesta consiste en la nueva edición de Dedelmu. Una primera etapa, titulada Un día, había sido inaugurada en la explanada de La Cabaña el pasado diciembre con ocho obras de siete artistas: Manuel Mendive, Ictiandro Rodríguez, Pedro Luis Cuéllar, Osley Ponce, Pedro Escobar, Ernesto Rancaño y Luis Ramón Silva. Ahora se suman otros quince creadores procedentes de México, Panamá, España y Cuba, con propuestas que transitan desde el más delicado lirismo al tratamiento de problemáticas inherentes a las sociedades contemporáneas, con especial participación de lo pictórico abstracto y óptico-cinético.
La inauguración contó con la presencia de Alpidio Alonso, ministro de Cultura; Norma Rodríguez Derivet, presidenta del Consejo Nacional de las Artes Plásticas; Nelson Ramírez de Arellano, director de la XIV Bienal de La Habana; el staff curatorial del Centro de Arte Contemporáneo Wifredo Lam e interpretaciones de las compañías JJ y de Rosario Cárdenas. Con respecto a las piezas, destacan la instalación Obra en proceso, del grupo Medialuna; las instalaciones fotográficas de Adrián Irsula y José María Mellado; la poética escultura Pulso, de Yaily Martínez; la intervención colaborativa de la trinitaria Yudith Vidal Faife al mando del proyecto Entre hilos, alas y pinceles, y la escultura Madre coraje, de la dupla Paréntesis (Leandro Mompié y Antonio López Vega).