Recién llegado de Ereván, donde impartió clases junto al maestro ruso Vasili Petrenko en la Primavera Foundation Armenia, el maestro mexicano Jorge Vázquez dirigió la Orquesta Sinfónica de Holguín en una presentación de lujo que reafirma —desde la selección del repertorio hasta su brillante ejecución— la selección de su título: Magistral, concierto realizado el sábado 13 de julio en la Sala Raúl Camayd del holguinero Complejo Cultural Teatro Eddy Suñol.

Es una práctica común en las orquestas sinfónicas del mundo recibir a directores invitados que aporten, en nuevas presentaciones, la huella de sus estilos de dirección y sus métodos de trabajo. Es una manera de dinamizar el repertorio, de estrechar vínculos, generar sinergia y ofrecer al público nuevas propuestas. Así sucedió con Magistral, un concierto que reafirmó a la Sinfónica holguinera, dirigida por el maestro Oreste Saavedra Sánchez y acostumbrada a afrontar disímiles retos y empeños que la mantienen en ebullición creativa, como uno de los mejores colectivos de su tipo y un verdadero baluarte de la cultura en la provincia y en nuestro país.

El maestro mexicano Jorge Vázquez brindó sus maneras de hacer a la orquesta holguinera.

La obertura de la ópera La italiana en Argel, de Gioachino Rossini; la Sinfonía No. 36 Linz, de Wolfgang Amadeus Mozart y el Concierto para violín, del alemán Max Bruch, protagonizado por la violinista neozelandesa Amalia Hall como solista invitada, en la que fue una de las agradables sorpresas de la noche, componen una selección de altura que nos remontan a melodías que, escritas en los siglos XVIII y XIX, constituyen clásicos de la música, no solo de concierto, y asimismo, son piezas medulares en los principales programas sinfónicos del mundo.

La ópera cómica La italiana en Argel es una pieza ampliamente interpretada y grabada, que le permitió a Rossini, gracias a su dominio de la orquestación, con un profundo conocimiento de Mozart y Joseph Hayden, crear una variedad de timbres, matices y ritmos con un papel importante en el desarrollo de la trama romántica y que evidencian los crescendos característicos del estilo rossiniano. Su obertura, que fue lo que escuchamos en Magistral, es conocida por su distintivo inicio de bajos pizzicato; tranquilos y lentos, antes del repentino estallido de sonido de toda la orquesta, influencia de Hayden y su Sinfonía No. 4 en Sol Mayor en la obra del italiano.

La violinista neozelandesa Amalia Hall regaló al púbico varias interpretaciones cortas que estaban fuera del programa.

Por su parte, la Sinfonía No. 36 Linz, de Mozart —escrita por el entonces joven austriaco en la ciudad de Linz en 1783, de ahí el nombre— posee también influencia de Hayden y adopta un esquema clásico que se compone de cuatro movimientos: Adagio, Andante, Menuetto y Presto. Aquí —como lo demostró la Sinfónica holguinera en su ejecución en Magistral— es importante la sección de cuerdas, con dos violines (primero y segundo), dos violas, violonchelo y contrabajo; además de otros instrumentos como oboes, fagotes, trompas, trompetas, timbales y teclado. Esta sinfonía continúa siendo una de las más interpretadas y populares de W. A. Mozart.

El programa concluyó con el Concierto para violín No. 1 en Sol menor de Bruch, una obra que permitió el lucimiento interpretativo de la neozelandesaAmalia Hall y que, además de ser la obra más conocida del también director de orquesta alemán, constituye una de las piezas más importantes del repertorio romántico alemán, junto a las de Johannes Brahms y Ludwing van Beethoven. Está compuesta por tres movimientos: los dos primeros unidos (Vospie-Allegro moderato y Adagio) y un Finale (Allegro enérgico). Amalia Hall —quien obsequió al público varias interpretaciones breves fuera de programa— es la concertino de la Orquesta de Wellington, en su natal Nueva Zelanda, desde 2016; convirtiéndose en la concertino más joven del país. Es solista habitual de varias orquestas en Europa y ha trabajado en México con la Sinfónica Nacional, la Filarmónica de Acapulco, la Sinfónica de Michoacán y la Filarmónica de México. Alemania, Escocia, Inglaterra, Francia, Austria, Sudáfrica, Vietnam, Honduras, Argentina, Estados Unidos y Australia, entre otros países, han sido países frecuentes en la carrera de quien ha sido reconocida por el periódico The Strad por su “resplandeciente visión y deslumbrante virtuosismo”, como pudo comprobar el público holguinero asistente al Suñol.

Jorge Vázquez, por su parte, se desempeña como fundador y director artístico de la Orquesta Filarmónica de Xalapa, en México. Ha sido aclamado por la crítica como un “director de orquesta sobresaliente” y “virtuoso”, capaz de realizar “interpretaciones dinámicas” y “reclamar las fervientes intenciones musicales de los compositores”. Fue director asistente en el Teatro Wielki-Opera Narodowa, en Varsovia, Polonia. Es uno de los principales directores de su generación y posee compromisos regulares en México, Estados Unidos y países de Europa.

El público del Teatro Eddy Suñol agradeció profusamente el trabajo de la Orquesta Sinfónica de Holguín y sus invitados de lujo.

Ambos se presentarán en la ciudad de Camagüey con otro repertorio, que incluye la música de Tchaikovsky y Beethoven, como parte del periplo cubano auspiciado por el Instituto Cubano de la Música, el Centro Nacional de Música de Concierto y el Programa de Desarrollo Sinfónico. Continuarán en México y luego junto a la Orquesta Sinfónica de Tegucigalpa, en Honduras.

“Siempre es muy bonito conocer un país hermano a través de sus artistas, eso es fantástico, y para mí dirigir la Orquesta Sinfónica de Holguín es un honor”, comentó Jorge Vázquez. Esta presentación estuvo acompañada por ensayos abiertos, clases magistrales y clínicas musicales, acciones destinadas fundamentalmente a estudiantes de varios niveles de la Enseñanza Artística, como parte de los proyectos educativos que organiza la Orquesta Sinfónica de Holguín; un colectivo compuesto —vale recordarlo— en su mayoría por jóvenes, que brillaron en el Teatro Eddy Suñol con las complejidades y el virtuosismo de un concierto, sin dudas, magistral.