Los valientes, tan cerca y decididos
El 31 de diciembre del 2019 comimos en Las Tunas un puerquito chico que asamos. Ese día mi princesa armó un muñeco para quemarlo en la noche. Mi niña no se cansaba de alabar la limpieza de aquella zona oriental. Hubo su bailaíto, cerveza fría, tragos de ron, y los vecinos y amistades probaban un bocadito de carne, casabe, lechuga, tomates… Conversamos de diversos temas y cerca estaba el televisor. Allí escuché a Bertha Aguilera, la madre de Dalgis Román, conversar sobre la COVID. Era el 31 de diciembre de 2019, cuando en el municipio de Wuhan, en la provincia de Hubei, China, se informó de un grupo de casos de neumonía con etiología desconocida.
Aunque todos decíamos que estábamos muy lejos de China, hubo cierta alarma entre los que celebramos ese fin de año. Pronto se dieron a conocer varias evidencias: el patógeno de esta enfermedad fue confirmado por métodos de biología molecular como un nuevo coronavirus, el 7 de enero de 2020. Inicialmente, este patógeno fue llamado nuevo coronavirus 2019 (2019-nCoV) por la Organización Mundial de la Salud, y luego el Comité Internacional de Taxonomía de Virus cambió su nombre por el de síndrome respiratorio agudo grave por coronavirus-2 (SARS-CoV-2), basado en su filogenia, taxonomía y práctica. La enfermedad que ocasiona fue nombrada coronavirus disease 2019 (COVID-19).
Hoy todo el mundo sabe qué es la COVID, con efectos indeseables en todas las latitudes. Cuba no fue una excepción, aunque debido a las vacunas logramos obtener mejores resultados en cuanto al número de muertes. Aún no se conocen todas las secuelas del “bicharraco”, ni existe una vacuna totalmente eficaz para eliminarlo.
Muerte, enfermedad y guerras han propiciado situaciones de crisis reflejadas en obras de diversos géneros, como ha sucedido en los últimos tiempos.
Tan lejos y tan cerca sorprendió
El anuncio de una telenovela sobre la COVID resultó una sorpresa para una gran cantidad de televidentes. Se escribió en solo cinco meses: 45 capítulos de 42 páginas cada uno; casi 2000 páginas escritas por los dos guionistas en ese tiempo. Y aunque la COVID constituyó su tema central, no resultó el único; pues fue una propuesta esencialmente sobre el amor, tema que generalmente atrae a los públicos televisivos.
Maité Galbán y Alberto Corona en los roles protagónicos fueron convincentes; así como otros actores y actrices entre los que están Denis Ramos, quien interpretó a un joven con problemas psiquiátricos; Lilian Santiesteban, la delegada; Ray Cruz, el joven que ayuda a su familia; Enrique Bueno, involucrado en una trama de amores contrariados y Delvys Fernández, con complejidades en su relación amorosa.
Con el guion de Alberto Luberta y Lil Romero, y la codirección de Loysis Inclán, Tan lejos y tan cerca es una telenovela con los ingredientes del género. Teniendo en cuenta el tiempo en que se escribió, creo que el resultado de esta pieza fue digno. Sé que Albertico puede presentar obras de ficción con una calidad mayor, como Lucha contra bandidos, que se trabajó con mucho más tiempo y recursos.
Valientes: la vida, pese al miedo, no se detiene
“Tocan a mi puerta. Preguntan si hay fiebre, catarro, contactos con extranjeros. Son las 10 de la mañana. Les brindo agua, café, refresco. No aceptan aunque les enseño el hipoclorito en la esquina de la puerta. Aceptan que les tire una foto. Ya se iban y les pregunto: están en tercer año de medicina, él se nombra Alex Marcos y ella Vida. ‘¡Lindo nombre!’, le digo. Es lo que reparten cuando realizan la pesquisa. Vida tocó a mi puerta, a la de muchos. Es un buen augurio. Digámosle la verdad para que Vida, la estudiante y vida, la que disfrutamos, continúen en pie”.
Este fue el post que puse en Facebook el 1ro. de abril de 2021. Sucedió ese día. Hoy tiene más de 600 likes y cerca de 90 comentarios, además de que fue compartido varias veces. Es el respeto que todos sentimos por esos muchachos, casi niños, responsabilizados con las pesquisas. Les toca: son estudiantes de medicina y cuando sean especialistas, algunos renombrados, recordarán el 2020 como el año de su gran prueba.
Una de las personas que dio like a mi texto fue Vida Cervantes Domínguez, la busqué y sí, es la misma muchacha que tocó a mi puerta. Le envié una solicitud de amistad y aceptó. Este fue nuestro primer diálogo:
P: Hola, y que pronto no tengas que andar en las pesquisas.
V: Muchas gracias.
P: Gracias a ti y cuídate.
V: Fue un detalle muy bonito la publicación de ayer. Gracias a personas como usted, que valoran lo que hacemos, los estudiantes y todo el personal de salud nos despertamos cada día con más ánimo y más fuerza. Dios la bendiga.
La respuesta me motivó y le escribí: “Bueno, cuando tengas tiempo hazme una notica por aquí mismo. Dime por qué estudias medicina. Qué especialidad quieres hacer. Y si has sentido miedo haciendo este trabajo. Un abrazo”.
V: Sí, sí con mucho gusto, le voy contando. Y me escribe si necesita más información.
Tres días después llegaron las respuestas:
“Estudio medicina porque siento mucha pasión por ayudar a la gente. Desde pequeña me encantaba hacer felices a las personas que me rodeaban y descubrí que siendo médico lograría no solo sacarle una sonrisa a alguien, sino que salvaría vidas. Deseo llegar a ser una excelente profesional, no para que digan que los médicos somos dioses, porque en realidad no lo somos, sino para poder cumplir con mi propósito en esta tierra.
“Aún no se qué especialidad deseo, porque no hemos rotado por todas; pero me gustó la rotación de cardiología.
“Sí, por momentos claro que he sentido miedo haciendo este trabajo, de cualquier modo estamos corriendo riesgo por pequeño que sea. Pero esto también pasará, y sé que durante mi carrera y en mi día a día como doctora enfrentaré mayores peligros. Así que aunque en ciertos momentos tenga miedo, no nos puede paralizar. Como le decía, creo que todo esto es una misión para mí. Una misión dada por Dios para servir a los demás y así lo haré, así que largo camino me resta”.
Como Vida me había dicho: “Y me escribe si necesita más información”, le quise realizar otra pregunta: “¿En qué escuela estás?”. Su respuesta fue rápida: “Estoy en el Manuel Fajardo”.
Escribo más o menos a la misma hora del día que Vida tocó a mi puerta. Ese nombre es un símbolo que anda de casa en casa para acabar con el “bicharraco” (me niego a decirle el calificativo tan lindo que tiene). Si cada uno les decimos la verdad a esos valientes, entonces la vida nuestra de cada día volverá a la normalidad. Vida siente miedo, pero lo domina. Ayudémosla, es nuestro deber.
Valientes: ¿La ficción?
“Bitácora del alma”, serie de crónicas de la autoría del periodista Mario Ernesto Almeida, fue publicada en las redes sociales de Alma Mater, revista que ha tenido momentos brillantes con una gran popularidad no solo entre los jóvenes.
La historia: “Un grupo de estudiantes universitarios trabajan como voluntarios en un centro de aislamiento para contactos y sospechosos de COVID-19. Durante sus dos semanas de estancia luchan para mantenerse a flote en un océano de peligros e incertidumbre. Los jóvenes salen ilesos, pero ya ninguno es el mismo de antes”.
Fueron 14 capítulos, de 27 minutos cada uno, y el elenco está integrado por Ángel Luis Montaner (Sergio), Franklyn López (Carlos), Ernesto Codner (Jonás), Daliana González (Adriana); Lorena Gispert (Marian), Roberto Romero (Greg), Arnaldo Galbán (Víctor); Cecé Monteagudo (Olivia), Tomás Cao (Ernesto), Bárbaro Marín (Dr. Héctor David), Mariana Valdés (Neiris), Martha Rodríguez (Xiomara), Yanier Palmero (Yosvany) y Flora Borrego (Tatiana).
La directora es Heiking Hernández y la guionista, Lil Romero; con las asesoras para la televisión Dely Fernández y Katia Buliés, y la producción general de Ricardo Blanco.
Espero que sea una serie repetida. Lo merecen su calidad y las historias tan intensas y verdaderas como las que vivimos todos, poco tiempo atrás.