Lectura para crecer. Lectura para sanar

Instituto Cubano del Libro
17/4/2020

El libro es fuerza, es valor, / es poder, y es alimento, / antorcha del pensamiento / y manantial del amor.

Rubén Darío

 

Con el loable propósito de que la lectura sea una opción cultural en tiempos de quedarse en casa, en la lucha contra la COVID-19, el Instituto Cubano del Libro, sus editoriales y centros culturales, han realizado en las últimas semanas diversas acciones para facilitar el acceso a los libros y la lectura.

El principio es defender la lectura como una opción vital para las personas, de crecimiento, mejor empleo de su tiempo libre y generar por esta vía las suficientes motivaciones para que, de una forma creativa, inclusiva y eficaz, se enfrenten contingencias como la que hoy vive el mundo. Un enamorado de la lectura como el escritor argentino Alberto Manguel ha dicho que Leer, casi como respirar, es nuestra función esencial.

Tomando en cuenta que en estos momentos las librerías permanecen cerradas para evitar aglomeraciones, y pensando en quienes se encuentran en hospitales o centros de aislamiento o rehabilitación, se han encontrado alternativas para fomentar el sano ejercicio de leer.

Con este propósito, se han realizado diversas donaciones de libros para niños y adultos a los hospitales capitalinos Instituto de Medicina Tropical Pedro Kourí (IPK), Clínico Quirúrgico Docente Dr. Salvador Allende, y Militar Central Dr. Luis Díaz Soto (Naval). También se han entregado ejemplares a la Universidad de Ciencias Informáticas, a la Escuela de Trabajadores Sociales y el Centro de Convenciones, ambos en Cojímar, y la sala infantil del Hospital Oncológico y la Residencia Estudiantil Guiteras.

Foto: Internet
 

Las personas que se encuentran en los centros de recuperación también podrán disfrutar de la lectura, pues el sistema editorial continúa propiciando que diversos y atractivos títulos lleguen a instalaciones sanitarias, como vía para que pacientes y personal de la salud puedan encontrar una sana distracción.

En este sentido, la Editorial Arte y Literatura es una de las que ha dado un paso al frente y aportó un considerable grupo de conocidas obras clásicas y contemporáneas de la literatura universal al Centro de Rehabilitación de F y 3ra., sito en El Vedado.

Creada en 1967, la Editorial Arte y Literatura lleva más de medio siglo publicando lo mejor de las letras universales. Sus colecciones Huracán y Dragón, entre las más populares y demandadas por la población, continúan teniendo gran vigencia, según declaran lectores de cualquier edad. También se ha encargado de dar a conocer en Cuba autores extranjeros contemporáneos, publicando obras como El tábano, Therese Raquin, Aventuras de Sherlock Holmes, Los policíacos involuntarios, El rojo y el negro, Senderos de Argel, Tierra de mujeres, El viento del sur, Antología poética de Reiner María Rilke, Antología de Mario Benedetti, María Antonieta, Papá Goriot, El asno de oro, Las amistades peligrosas, In nomine Dei, El fantasma de la ópera, Drácula y El caballo de la palabras, entre muchas otras que por estos días contribuyen al mejor aprovechamiento del tiempo libre de personas que, con disciplina y valor, enfrentan la covid-19 en condiciones de aislamiento social.

Del mismo modo, la Editorial Nuevo Milenio entregó donativos al Centro de Aislamiento de Cojímar. Según Hermes Moreno Rodríguez, director de la reconocida casa editorial, que incluye los sellos Ciencias Sociales y Científico-Técnico, se ha escogido un surtido de libros que resulten instructivos y ayuden a ocupar este inevitable tiempo de distanciamiento necesario.

El donativo comprende títulos tan diversos como Manipulación de la conciencia. Tomos 1 y 2, Compendio insular, Diario del Che en Bolivia, Maceo en el tiempo, Donde las palmas son más altas, Magnetismo cotidiano, Béisbol y nación en Cuba, Las siete maravillas de la ingeniería civil cubana, Medicina para curiosos; Legado de un revolucionario. Schafik Hándal, La Habana 500. Medio milenio de una ciudad; Pinceladas meteorológicas, Aventura tecnológica, El fuego de Prometeo, Diario de Dang Thuy Tram, Un paseo por la ciencia y la tecnología china en Cuba. Herederos del celeste imperio; Entre palabras, gestos y emociones; Competencia y elección entre sexos en animales, Diez días que estremecieron al mundo, Madre adolescente, Fidel y la religión y La cueva de Bellamar, entre otras obras.

Asimismo, la editorial electrónica Cubaliteraria ha publicado en su web varios libros digitales libres de derecho, para su descarga gratuita a través del sitio web www.cubaliteraria.cu, mientras que el Centro Cultural Dulce María Loynaz comparte a diario en su página de Facebook obras de los principales poetas cubanos. También, como parte de esta apuesta por el libro digital, la Editorial Gente Nueva, desde su perfil de Facebook, estimula a la lectura de los grandes clásicos de la literatura para niños y jóvenes, al permitir las descargas gratuitas de obras que integran su catálogo y se vincula con el espacio Infancia al derecho y al revés, que coordina en redes sociales el escritor Enrique Pérez Díaz, recomendando a los niños lectores quedarse en casa y continuar leyendo obras de los principales autores cubanos o extranjeros que escriben para la infancia. Como parte de este empeño, el citado autor cubano entregó al ICL un donativo de 80 volúmenes físicos para ser distribuidos por las salas infantiles de los hospitales y los centros de aislamiento.

También en otras provincias del país, entidades y autores respaldan estas acciones en favor de la lectura con iniciativas que contribuyen a estimularla desde las primeras edades. En Holguín, por ejemplo, la editora Liset Prego ha creado una colección de cuentos, leídos por sus propios autores, que se pueden descargar desde Youtube, y en Matanzas, el poeta José Manuel Espino, presidente de la Uneac en esa provincia, favorece la promoción lectora desde su página online Maíz regado, propiciando la publicación de cuentos inéditos de autores de todo el país. Desde Guantánamo el narrador Eldys Baratute Benavides publica diariamente un cuento en su perfil de Facebook, en tanto los niños de La Colmenita guantanamera, como verdaderos booktubers, recomiendan la lectura de un buen libro. En Villa Clara, numerosos autores se suman a estas acciones con publicaciones en la web, y en el extremo occidental, los pinareños, además del trabajo en las redes sociales, utilizan la radio para entrevistar a sus principales autores y fomentar la narración oral de cuentos para la infancia.

Desde los centros provinciales del Libro y la Literatura, además de donaciones a las instalaciones sanitarias, se propicia que muchos creadores graben sus textos para su publicación online, y, desde su perfil de Facebook, el Observatorio Cubano del Libro y la Lectura, además de recomendar obras trascendentes, convoca a concursos literarios de participación sobre los libros más leídos, las adaptaciones de la literatura al séptimo arte y las principales colecciones del país.

En esta iniciativa de rescatar la lectura como vía de crecimiento en un momento de crisis planetaria, Cuba se suma, además, al espíritu de organizaciones mundiales como el Centro Regional para el Fomento del Libro y la Lectura en América Latina y el Caribe (CERLALC), según expresa en carta a Andrés Ossa, director de esa organización, el presidente del Instituto Cubano del Libro, Juan Rodríguez Cabrera.

“Hemos recibido con agrado su mensaje de apoyo y esperanza ante esta nueva situación que vive la mayoría de los países del planeta, afectados por la COVID-19. Esta pandemia nos ha obligado a tomar severas medidas de control para evitar una propagación mayor entre nuestra población y, a su vez, replantearnos nuevos retos de trabajo para mantener vivos los procesos editoriales y actividades de promoción del libro y la lectura. Muchas son las acciones que con este fin hemos desplegado casi desde el inicio de la campaña.

“Desde ya aceptamos sumarnos a la promoción de la campaña #QuédateEnCasaYLee, por su innovadora propuesta y porque estamos seguros de que es una vía más de aprovechar el tiempo de una forma útil e instructiva”.

Inspirados en aquella frase de Jorge Luis Borges, según la cual “hay quienes no pueden imaginar un mundo sin pájaros, hay quienes no pueden imaginar un mundo sin agua; en lo que a mí se refiere, soy incapaz de imaginar un mundo sin libros”, los escritores, editores y demás trabajadores del libro en Cuba hemos optado por reforzar el optimismo y la esperanza, abrazados a la idea de que el mundo debe redimirse de esta pandemia global y crecer.