El santiaguero Carlos Sanabia es un hombre de luces largas e ideas acertadas. La mayor prueba —y existen otras— es que decidió crear y dirigir el proyecto Soneros Dorados, también llamado The Cuban Golden Club.
Y es de oro, realmente. Porque reunir a grandes estrellas del canto y la música para defender la cubanía, a través de los géneros que nos identifican en el mundo como el son, la rumba, el mambo, el changüí, el danzón y otros es la garantía segura del éxito.
Tiene, además, el valor agregado de haber sabido crear una mezcla perfecta entre las figuras clásicas y los contemporáneos, entre los que se incluyen como invitados especiales Félix Valoy, Mayito Rivera, Haila María Mompié, El Nene, Yurumí, Tiburón Morales, Carlos Calunga, entre otros.
Poco tiempo de existencia para Cuba y el mundo, y ya son cuatro producciones discográficas las que avalan su trabajo: Historias Soneras (2018), Pregones Dorados (2018), Soneros (DVD, 2019), Maestros del Sabor (2021) y la más reciente, La Ganga, junto al cantante y compositor boricua Bobby Cruz.
Bajo el sello discográfico Bis Music, de Artex, y con un depurado trabajo musical, he disfrutado este disco en casa, conformado por los temas: “La Ganga”, “La preocupación”, “La guerra en la paz”, “La caridad”, “Quítame la vista”, “Cambia de padrino”, “Mi protección” y “Cubano, q’ bola”.
Jesse Ramírez, a cargo de las notas discográficas, precisó que a este sentimiento creador de incansable sabor de los cubanos, conocido en el ambiente rumbero como Manana, al que el compositor Carlos Sanabia llamó La Ganga, se dedica este álbum.
Es, entonces, el extraordinario poder creativo de los cubanos, el que resulta homenajeado en este fonograma, a partir de la combinación de tradiciones populares, costumbres, creencias y religiones.
“Lograr que la real música cubana no muera es la clave del proyecto”.
Sanabia, graduado de Dietista-nutricionista, se atrevió a incursionar en la música de manera empírica y lidera la orquesta con el ánimo de que la esencia de nuestra cultura permanezca viva.
De aquel primer poema “La Salsa”, aun no musicalizado, hasta la actualidad, surgieron otros, convertidos en canciones que, todas las estrellas a las que llamó para sumar al proyecto deseaban cantar. Recuerda, emocionado, todo el apoyo recibido a nivel global, a través de la red social Facebook, cuando decidió sacar a la luz el Club de los Soneros Dorados y ello le dio mucha más fuerza para continuar con el sueño que había decidido materializar.
“Lograr que la real música cubana no muera”, ya lo ha dicho Sanabia, es la clave del proyecto, al que continúan sumándose estrellas.