La Jiribilla ha publicado en su Dossier No. 792 un grupo de trabajos sobre arquitectura y urbanismo que constituyen un excelente insumo para la discusión sobre problemas esenciales y urgentes de nuestra realidad.
Me ha llamado la atención el documento “Las ciudades, la arquitectura y el patrimonio” generado al calor de los debates del congreso de la UNEAC y que aparece como una especie de balance de la Comisión encargada del tema. Por el contexto de la publicación no comprendo si se trata de un documento del año 2014 o de una especie de actualización de lo que se ha hecho hasta la actualidad. Agradecería que se aclarara este punto.
Es importante conocer sobre las acciones y proyectos concretos que se han generado a partir de su aprobación para frenar y cambiar la precarización a la que se enfrentan nuestras ciudades de forma tan acelerada. Es decir, de alguna forma saber sobre avances que traduzcan la visión e intenciones en proyectos concretos hacia la transformación deseada.
Me llama la atención según el texto del documento la siguiente información :
“Hemos obtenido algunos logros, sobresaliendo nuestra participación y aportes en la confección del Plan de Ordenamiento Territorial y Urbano de La Habana (La Habana Siglo XXI), los debates relacionados con el impacto del sector no estatal en las ciudades cubanas y la formulación de una nueva política sobre la vivienda en Cuba, entre otros.”
En qué consisten esos logros, ¿hay manera de tener acceso a esos documentos mencionados para verificar cómo se han incorporado los principios de este documento en aquellos? Sería importante tener una idea del impacto logrado por esta comisión en tal sentido pues sería un excelente insumo para poder participar en diferentes niveles e instancias y contribuir al objetivo general que solo podrá lograrse con una amplia participación ciudadana y claro está con el concurso de especialistas y expertos las disciplinas más directamente involucradas en estos problemas.
¿Cual sería el espacio social de rendición de cuentas de las intenciones plasmadas en este y otros documentos relacionados y qué se podría hacer para lograr un mayor compromiso y apoyo a todos los niveles?
Hay evidencias de acciones e intervenciones en el espacio urbano que no están alineadas con los principios y lineamientos generales que aquí se plantean. Tal es el caso de maquillajes de mal gusto como lo que se hizo en la calle Reina donde edificios de alto valor patrimonial e histórico están amenazados de desaparecer y pintados a como dió lugar y otras intervenciones de mala calidad caracterizadas por su mala ejecución, mala calidad de los materiales empleados y la evidente falta de control de calidad de los inversionistas, fenómenos que son comunes en las intervenciones constructivas y urbanisticas que se realizan en la ciudad.
Las intervenciones de maquillaje de baja calidad tienen el efecto contraproducente de esconder temporalmente la real situación de deterioro de zonas de alto valor y aplazar un tratamiento efectivo. En el peor de los casos esos maratones de resana lo que puedas y pinta se acompañan de acciones comunicativas y mediáticas complacientes y que dejan muy poco espacio a la crítica constructiva y rectificadora. Posiblemente el túnel que une Línea y la Avenida 31 permanece como uno de los ejemplos más grotescos de mal uso de los recursos públicos y de impunidad permitida por parte de quienes deben jugar el papel de contrapartida y velar por el uso correcto de la inversión pública.
El problema es que esto se está verificando de manera generalizada e incluso en zonas con buenos desempeños anteriores como es el caso de la Habana Vieja. La ejecución y terminación del paseo proyectado en la avenida del puerto y especialmente el paseo entre la Plaza de San Francisco y la Alameda de Paula, a pesar de ser un buen proyecto se ha hecho con mala calidad y ya se observan los deterioros propios del uso adulterado de los materiales y la inadecuada terminación. Esa es una señal de alarma pues la Habana Vieja ha sido un referente de esperanza en este sentido. Es como si se generalizaran los problemas de mala ejecución y baja calidad del control de ejecución evidentes por toda la ciudad. Al final se siente que se van haciendo concesiones a pesar de que se conoce su costo a mediano y largo plazo. Esto viene sucediendo en fechas posteriores al Congreso mencionado y se observa un dinámico incremento nuevas acciones que afectan y deterioran el entorno urbano de manera muy acelerada sin que se hagan evidentes acciones correctivas claras.
Pareciera que no queda otro remedio y la gente se conforma con lo que salga en un entorno tan deprimido en cuanto a la ejecución de obras. Es mejor algo que nada y ponerse a criticar en tal marasmo muchas veces es visto de manera defensiva por los responsables de los proyectos e incluso a veces por los propios beneficiarios que se conforman cada vez con obras de menor calidad. Esto además se confunde con los problemas de falta de cuidado y maltrato de la población, que aunque reales, no son la causa principal de la degradación de muchas de las inversiones e intervenciones urbanas. Todo lo que se ha construido con calidad en esta ciudad ha dado muestras de su capacidad de resistencia a pesar de tantos años de maltrato y falta de mantenimiento. Se ligan problemas de diverso tipo y niveles de análisis lo que es un mal común de entornos en que la discusión pública y el papel de los medios están tan debilitados. Es muy evidente la flaqueza del papel de contrapartida de los inversionistas que pareciera que terminan vencidos ante las dificultades y se conforman con hacer algo al costo que suponga y dejando de lado los detalles que hacen a una intervención urbana o aquitectónica en un efectivo proceso de mejoramiento del espacio público y comunitario.
No queda clara la continuidad histórica de los esfuerzos e iniciativas en pos de un urbanismo y una arquitectura sostenibles y se pierden referentes como el papel del grupo de desarrollo de la capital, el instituto de la vivienda, planificación física y otras iniciativas que garanticen un liderazgo responsable y profesional que se traduzca en políticas y mecanismos de acción y correctivos. Se conoce que el infeliz resultado urbanistico y arquitectónico que ha terminado siendo lo ejecutado en las áreas del Monto Barreto por ejemplo, no se debe a una falta de visión y capacidad técnica nacional sino más bien el resultado de dinámicas complejas en la que han primado intereses y compromisos de corto plazo desconectados de una visión de conjunto, que pueden prevalecer aprovechando la debilidad coyuntural de las instituciones con encargo social para evitar que esto suceda y las presiones financieras de corto plazo, entre otros factores. Estas decisiones de corto plazo tiene significativos impactos a largo plazo y en el peligro de fenómenos descritos en otros de los artículos publicados por la Jiribilla en el dossier mencionado.
En este documento se defiende la importancia de un instituto de la vivienda e incluso su no subordinación al Ministerio de la Contrucción y sin embargo en la práctica parece haber prevalecido en enfoque en el que el instituto de planificación física cubriría dichas funciones. Sería importante tener elementos para comprender mejor los fundamentos de estas decisiones.
Creo que en el escenario cubano la defensa y mejoramiento del espacio público, y particularmente el espacio urbano es de las medidas con más impacto social inmediato, en las dimensiones espiritual y material que pueden beneficiar a todos los cubanos.
Los excelentes desempeños de las intervenciones en La Habana Vieja liderados por la Oficina del Historiador de la ciudad por muchos años son nuestro mejor referente, son nuestra esperanza. El adecentamiento y el enriquecimiento de lo urbano como bien común nos beneficia a todos, nos permite relacionarnos mejor entre nosotros y con nuestro entorno y complementa las carencias de nuestro hábitat individual que dificilmente se podrán mejorar a corto plazo para todos, aunque sea un sueño al que no podemos renunciar. Mejorar el espacio común eleva el espíritu, compensa carencias individuales y familiares heredadas y abre nuevas oportunidades y perspectivas para todos, pero especialmente para aquellos que viven en situaciones precarias o limitadas. Un parque, una plaza, un paseo peatonal, una biblioteca pública, un museo, son todos espacios necesarios y complementarios de la vida urbana. Las aulas extendidas a los museos son algunas de las tanta experiencias hermosas que ilustran lo afirmado anteriormente. Es una forma de inclusión y también de construcción de la unidad y de la identidad colectiva. No se trata claro está, de abandonar otras acciones fundamentales como la construcción y el mejoramiento de la vivienda familiar, que es parte esencial del compromiso de una sociedad inclusiva y de justicia social pero se trata de reconocer la sinergia que supone la dinámica de ambos procesos. La relación dialéctica y complementaria entre vivienda y espacio urbano ofrece más grados de libertad a ls intentos de construir un habitat inclusivo y sostenible. Con todos y para el bien de todos.
No dejar caer esta propuesta, hacerla de dominio público, incorporarla de manera seria en las politicas públicas, y leyes y transformarla en planes y proyectos que necesariamente incluyan decisiones de asignación de recursos y esquemas de sostenibilidad es algo que nos merecemos y con lo que estamos comprometidos. Que esta intención se extienda a todas nuestras ciudades y barrios y que sea patrimonio de la comunidad es la mejor forma de hacerla sostenible.
Este tipo de documentos debe haber generado acciones específicas en la Asamblea Nacional por ejemplo que deberán ser de dominio público y sobre las que se rinda cuenta a partir de indicadores y compromisos concretos. No tengo detalles pero sería bienvenida la articulación de acciones en este sentido. Las recientes intervenciones en la televisión nacional sobre estos temas son parte de esas acciones y en la medida que tengan más retroalimentación de terreno y debate público, mejor impacto podrán tener. Empoderar a los ciudadanos y fortalecer los mecanismos de participación para que estas ideas se transformen en realidad es parte también del esfuerzo por que las ciudades, la arquitectura y el patrimonio sean objetos de lucha colectiva y del mejoramiento impostergable de nuestra sociedad.
Artículo interesante y hace un llamado a la reflexión. Sin embargo considero que se debe tener cuidado con ciertos planteamientos, por ejemplo en el artículo aparece los siguiente y cito: “Deberán buscarse soluciones para el hábitat construido y las ciudades cubanas, articulando intenciones con acciones. Vale recordar que “el hombre piensa como vive y vive como piensa” (…) Ciertamente desde el punto de vista filosófico el hombre piensa como vive, pero NO VIVE COMO PIENSA. Resulta necesario revisar aseveraciones que constituyen un error, pues le resta seriedad al documento.
La Jiribilla ha publicado en su Dossier No. 792 un grupo de trabajos sobre arquitectura y urbanismo que constituyen un excelente insumo para la discusión sobre problemas esenciales y urgentes de nuestra realidad.
Me ha llamado la atención el documento “Las ciudades, la arquitectura y el patrimonio” generado al calor de los debates del congreso de la UNEAC y que aparece como una especie de balance de la Comisión encargada del tema. Por el contexto de la publicación no comprendo si se trata de un documento del año 2014 o de una especie de actualización de lo que se ha hecho hasta la actualidad. Agradecería que se aclarara este punto.
Es importante conocer sobre las acciones y proyectos concretos que se han generado a partir de su aprobación para frenar y cambiar la precarización a la que se enfrentan nuestras ciudades de forma tan acelerada. Es decir, de alguna forma saber sobre avances que traduzcan la visión e intenciones en proyectos concretos hacia la transformación deseada.
Me llama la atención según el texto del documento la siguiente información :
“Hemos obtenido algunos logros, sobresaliendo nuestra participación y aportes en la confección del Plan de Ordenamiento Territorial y Urbano de La Habana (La Habana Siglo XXI), los debates relacionados con el impacto del sector no estatal en las ciudades cubanas y la formulación de una nueva política sobre la vivienda en Cuba, entre otros.”
En qué consisten esos logros, ¿hay manera de tener acceso a esos documentos mencionados para verificar cómo se han incorporado los principios de este documento en aquellos? Sería importante tener una idea del impacto logrado por esta comisión en tal sentido pues sería un excelente insumo para poder participar en diferentes niveles e instancias y contribuir al objetivo general que solo podrá lograrse con una amplia participación ciudadana y claro está con el concurso de especialistas y expertos las disciplinas más directamente involucradas en estos problemas.
¿Cual sería el espacio social de rendición de cuentas de las intenciones plasmadas en este y otros documentos relacionados y qué se podría hacer para lograr un mayor compromiso y apoyo a todos los niveles?
Hay evidencias de acciones e intervenciones en el espacio urbano que no están alineadas con los principios y lineamientos generales que aquí se plantean. Tal es el caso de maquillajes de mal gusto como lo que se hizo en la calle Reina donde edificios de alto valor patrimonial e histórico están amenazados de desaparecer y pintados a como dió lugar y otras intervenciones de mala calidad caracterizadas por su mala ejecución, mala calidad de los materiales empleados y la evidente falta de control de calidad de los inversionistas, fenómenos que son comunes en las intervenciones constructivas y urbanisticas que se realizan en la ciudad.
Las intervenciones de maquillaje de baja calidad tienen el efecto contraproducente de esconder temporalmente la real situación de deterioro de zonas de alto valor y aplazar un tratamiento efectivo. En el peor de los casos esos maratones de resana lo que puedas y pinta se acompañan de acciones comunicativas y mediáticas complacientes y que dejan muy poco espacio a la crítica constructiva y rectificadora. Posiblemente el túnel que une Línea y la Avenida 31 permanece como uno de los ejemplos más grotescos de mal uso de los recursos públicos y de impunidad permitida por parte de quienes deben jugar el papel de contrapartida y velar por el uso correcto de la inversión pública.
El problema es que esto se está verificando de manera generalizada e incluso en zonas con buenos desempeños anteriores como es el caso de la Habana Vieja. La ejecución y terminación del paseo proyectado en la avenida del puerto y especialmente el paseo entre la Plaza de San Francisco y la Alameda de Paula, a pesar de ser un buen proyecto se ha hecho con mala calidad y ya se observan los deterioros propios del uso adulterado de los materiales y la inadecuada terminación. Esa es una señal de alarma pues la Habana Vieja ha sido un referente de esperanza en este sentido. Es como si se generalizaran los problemas de mala ejecución y baja calidad del control de ejecución evidentes por toda la ciudad. Al final se siente que se van haciendo concesiones a pesar de que se conoce su costo a mediano y largo plazo. Esto viene sucediendo en fechas posteriores al Congreso mencionado y se observa un dinámico incremento nuevas acciones que afectan y deterioran el entorno urbano de manera muy acelerada sin que se hagan evidentes acciones correctivas claras.
Pareciera que no queda otro remedio y la gente se conforma con lo que salga en un entorno tan deprimido en cuanto a la ejecución de obras. Es mejor algo que nada y ponerse a criticar en tal marasmo muchas veces es visto de manera defensiva por los responsables de los proyectos e incluso a veces por los propios beneficiarios que se conforman cada vez con obras de menor calidad. Esto además se confunde con los problemas de falta de cuidado y maltrato de la población, que aunque reales, no son la causa principal de la degradación de muchas de las inversiones e intervenciones urbanas. Todo lo que se ha construido con calidad en esta ciudad ha dado muestras de su capacidad de resistencia a pesar de tantos años de maltrato y falta de mantenimiento. Se ligan problemas de diverso tipo y niveles de análisis lo que es un mal común de entornos en que la discusión pública y el papel de los medios están tan debilitados. Es muy evidente la flaqueza del papel de contrapartida de los inversionistas que pareciera que terminan vencidos ante las dificultades y se conforman con hacer algo al costo que suponga y dejando de lado los detalles que hacen a una intervención urbana o aquitectónica en un efectivo proceso de mejoramiento del espacio público y comunitario.
No queda clara la continuidad histórica de los esfuerzos e iniciativas en pos de un urbanismo y una arquitectura sostenibles y se pierden referentes como el papel del grupo de desarrollo de la capital, el instituto de la vivienda, planificación física y otras iniciativas que garanticen un liderazgo responsable y profesional que se traduzca en políticas y mecanismos de acción y correctivos. Se conoce que el infeliz resultado urbanistico y arquitectónico que ha terminado siendo lo ejecutado en las áreas del Monto Barreto por ejemplo, no se debe a una falta de visión y capacidad técnica nacional sino más bien el resultado de dinámicas complejas en la que han primado intereses y compromisos de corto plazo desconectados de una visión de conjunto, que pueden prevalecer aprovechando la debilidad coyuntural de las instituciones con encargo social para evitar que esto suceda y las presiones financieras de corto plazo, entre otros factores. Estas decisiones de corto plazo tiene significativos impactos a largo plazo y en el peligro de fenómenos descritos en otros de los artículos publicados por la Jiribilla en el dossier mencionado.
En este documento se defiende la importancia de un instituto de la vivienda e incluso su no subordinación al Ministerio de la Contrucción y sin embargo en la práctica parece haber prevalecido en enfoque en el que el instituto de planificación física cubriría dichas funciones. Sería importante tener elementos para comprender mejor los fundamentos de estas decisiones.
Creo que en el escenario cubano la defensa y mejoramiento del espacio público, y particularmente el espacio urbano es de las medidas con más impacto social inmediato, en las dimensiones espiritual y material que pueden beneficiar a todos los cubanos.
Los excelentes desempeños de las intervenciones en La Habana Vieja liderados por la Oficina del Historiador de la ciudad por muchos años son nuestro mejor referente, son nuestra esperanza. El adecentamiento y el enriquecimiento de lo urbano como bien común nos beneficia a todos, nos permite relacionarnos mejor entre nosotros y con nuestro entorno y complementa las carencias de nuestro hábitat individual que dificilmente se podrán mejorar a corto plazo para todos, aunque sea un sueño al que no podemos renunciar. Mejorar el espacio común eleva el espíritu, compensa carencias individuales y familiares heredadas y abre nuevas oportunidades y perspectivas para todos, pero especialmente para aquellos que viven en situaciones precarias o limitadas. Un parque, una plaza, un paseo peatonal, una biblioteca pública, un museo, son todos espacios necesarios y complementarios de la vida urbana. Las aulas extendidas a los museos son algunas de las tanta experiencias hermosas que ilustran lo afirmado anteriormente. Es una forma de inclusión y también de construcción de la unidad y de la identidad colectiva. No se trata claro está, de abandonar otras acciones fundamentales como la construcción y el mejoramiento de la vivienda familiar, que es parte esencial del compromiso de una sociedad inclusiva y de justicia social pero se trata de reconocer la sinergia que supone la dinámica de ambos procesos. La relación dialéctica y complementaria entre vivienda y espacio urbano ofrece más grados de libertad a ls intentos de construir un habitat inclusivo y sostenible. Con todos y para el bien de todos.
No dejar caer esta propuesta, hacerla de dominio público, incorporarla de manera seria en las politicas públicas, y leyes y transformarla en planes y proyectos que necesariamente incluyan decisiones de asignación de recursos y esquemas de sostenibilidad es algo que nos merecemos y con lo que estamos comprometidos. Que esta intención se extienda a todas nuestras ciudades y barrios y que sea patrimonio de la comunidad es la mejor forma de hacerla sostenible.
Este tipo de documentos debe haber generado acciones específicas en la Asamblea Nacional por ejemplo que deberán ser de dominio público y sobre las que se rinda cuenta a partir de indicadores y compromisos concretos. No tengo detalles pero sería bienvenida la articulación de acciones en este sentido. Las recientes intervenciones en la televisión nacional sobre estos temas son parte de esas acciones y en la medida que tengan más retroalimentación de terreno y debate público, mejor impacto podrán tener. Empoderar a los ciudadanos y fortalecer los mecanismos de participación para que estas ideas se transformen en realidad es parte también del esfuerzo por que las ciudades, la arquitectura y el patrimonio sean objetos de lucha colectiva y del mejoramiento impostergable de nuestra sociedad.
Artículo interesante y hace un llamado a la reflexión. Sin embargo considero que se debe tener cuidado con ciertos planteamientos, por ejemplo en el artículo aparece los siguiente y cito: “Deberán buscarse soluciones para el hábitat construido y las ciudades cubanas, articulando intenciones con acciones. Vale recordar que “el hombre piensa como vive y vive como piensa” (…) Ciertamente desde el punto de vista filosófico el hombre piensa como vive, pero NO VIVE COMO PIENSA. Resulta necesario revisar aseveraciones que constituyen un error, pues le resta seriedad al documento.