Como un destello, un deslumbramiento, hace 25 años un suceso cambió el mapa literario nacional. Desde entonces, ha sido como un golpe constante de iluminación, una luz visible, tirante y distinta que se impone, desde el espacio, al unánime miedo a la sombra.

Era el inicio de un nuevo milenio que anunciaba certezas, pero también incertidumbres. Un hombre tecnológico estaba naciendo en el mundo. En la Isla, en cambio, se buscaban alternativas en la industria del libro. Existía la necesidad de ampliar el acceso a la publicación y dar a conocer nuevos autores en diferentes sitios del país, letras frescas al panorama literario cubano. Así fue tomando cuerpo la aventura de lanzarse hacia otros retos.

Especialistas de Ediciones La Luz durante la presentación de la campaña “Un golpe de luz”.

Las impresoras risográficas (Risograph) —con antecedentes en una empresa de mimeográfos en Japón llamada Riso Kagaku Corporation— fueron la solución al deprimido sistema editorial, que en tiradas no tan masivas como las capaces de lograr la poligrafía, garantizó que muchos autores, fuera de las principales editoriales, tuvieran su libro en las manos. Ya en otros países también se había empleado la experiencia de hacer libros en estas máquinas. Solo bastaba una computadora, impresora, presilladora eléctrica, la guillotina, los módulos de máster, papel y tinta para que en cada provincia, editores, correctores, diseñadores y diagramadores crearan nuevos volúmenes: surgió así, en el año 2000, el Sistema de Ediciones Territoriales (SET). Puede decirse que entonces un hombre risográfico estaba naciendo en Cuba con todas y las múltiples resonancias que conllevó en el ámbito cultural. Fue como si miles de hijos le nacieran en letra impresa a la Isla.

“Un espacio de color se abrió ante un lente multifocal que pretendía apresar lo mejor de la literatura cubana en sus expresiones y géneros”.

Primero fueron monocromáticos y de cortas tiradas; después llegó la policromía para aportar más belleza a la composición del libro. CMYK: cyan, magenta, amarillo y negro pasaron a ser los colores-pigmentos utilizados sobre el papel impreso. Un espacio de color se abrió ante un lente multifocal que pretendía apresar lo mejor de la literatura cubana en sus expresiones y géneros. El hombre risográfico ya tenía visión multidireccional de futuro.

En medio de este panorama, Ediciones La Luz, que había surgido en 1997 y daba pasos importantes en pos de la joven literatura cubana, persistió en sus aspiraciones y en el año 2003 se sumó a este Sistema, afianzando su propósito y destacando, más tarde, como uno de los sellos más importantes del país, por la calidad de las propuestas que en los últimos años ha propiciado la diversificación de temas, géneros, formatos, sugerentes diseños, la cuidada edición y la belleza en toda y la más amplia expresión de sus libros y demás apuestas por la literatura.

El joven equipo de la editorial, que mantiene vivo el legado.

Así lo ratifica el trabajo sostenido, los premios de la crítica, de edición y la Puerta de Papel. Muchos escritores que exhiben sus títulos —multipremiados y reconocidos en el panorama literario nacional, junto a jóvenes que aspiran a publicar sus primeros libros— deben ese empeño pertinaz a los planes de la Riso.

Aunque insisten en la permanencia del libro impreso y en lograr el sueño tangible de muchos, La Luz prefigura otros mundos posibles en las redes sociales y las plataformas digitales, aprovechando, además, las múltiples posibilidades que ofrecen las nuevas tecnologías, en momentos donde es necesario replantearse el sistema editorial e implementar nuevos paradigmas.

Por ello, el equipo creativo de Ediciones La Luz ha querido hacer un homenaje a los 25 años del SET, que es también la celebración de muchas personas en función del libro como obra de arte: editores, correctores, diseñadores, diagramadores, escritores, técnicos, quienes persisten en el talento y la creatividad, en tiempos donde el panorama del libro se presenta complejo. Con diseño de Robert Ráez, la campaña pretende proyectarse como “un golpe de luz” durante todo el año, un golpe esperanzador, de frente, en la cara, que te haga cerrar los ojos, para luego abrirlos a la vida, que nos indique “que el provenir es tan irrevocable como el rígido ayer”, pues “en algún recodo de tu encierro puede haber una luz”.

* Palabras de presentación de “Un golpe de luz”, campaña de promoción del libro y la literatura 2025 de Ediciones La Luz, realizada el 27 de noviembre en la Biblioteca Provincial Alex Urquiola de Holguín.