No hay nada más autóctono que la música tradicional cubana. Ahora suena “Mi capullito de Alelí” y hay más de uno que mueve el cuerpo. Así se hizo, al ritmo de bajo, guitarra, violín…, un ajiaco de sintonías nacionales.

Solo bastó el encuentro de agrupaciones como los Jóvenes Clásicos del Son, Siglo XX y la Orquesta Barbarito Diez para que “el ambiente se pusiera bueno”, esta vez en la Asociación Hermanos Saíz, como parte de las actividades de la 35 edición del Festival Jazz Plaza.

“Este espacio lo hemos montado por tres años consecutivos dentro del marco del Jazz Plaza, bajo el patrocinio de Artex. Independientemente que el Festival sea de jazz, también involucra a la música, y por supuesto, debe estar presente la cubanía. Es la impronta del son en el latin jazz, pues el jazz es eso: explosión, fusión con diversos géneros y músicas”, explicó Elizabeth Salas, productora general del encuentro.

Las distintas maneras de festejar un Festival como el Jazz Plaza, pueden ser perfectamente a través de un son, un bolero, un mambo o el chachachá porque, en definitiva, la combinación de estos géneros no es la misma si se fusionan con jazz.

“A pesar de ser un Festival de Jazz, se ha querido que se vea el vínculo de todas las manifestaciones de música con el jazz. Cada uno —el danzón, por ejemplo— tiene sus puntos en común con el jazz, por eso es que no hay un divorcio”, declaró Pablo Diez, director de la Orquesta Barbarito Diez.

Sin embargo, la cita también es propicia para celebrar las diversas maneras de hacer el son, para la confluencia de estilos y el encuentro de amigos que se sienten identificados con la música cubana.

Al decir de Ernesto Reyes Palma, director de los Jóvenes Clásicos del Son, algo del jazz siempre está presente. “En el caso de nuestra orquesta tiene características muy propias, pues toma elementos del jazz, del funk, del pop, de la música caribeña; es una mezcla y eso nos marca”, señaló.

Pero como cada cual le pone sello propio a la creación y a la interpretación, la agrupación Siglo XX también pone el suyo. “Mi orquesta es de música tradicional cubana, aunque lo que hemos tratado de hacer es que al danzón o al chachachá le agregamos elementos armónicos más contemporáneos, que se asemejen más a lo que es el jazz”, dijo el director de dicha agrupación, Damián Cambará Báez.

Y fuera de lo que es el encuentro, la música tradicional y su diversidad de estilos, “hay algo muy importante: todo el mundo quiere participar en Cuba, sobre todo por la experiencia de compartir con los músicos cubanos”, concluyó Reyes Palma. En eso hay mucho de razón.