La mujer en nuestra dramaturgia
No quiero que sigamos hablando del teatro cubano, y de la no profusa presencia de la mujer en él, sin promover acciones concretas que nos den el protagonismo y la real presencia en nuestra escena. No podemos establecer las discusiones pertinentes para posicionarnos como realmente merecemos, por haber estado en los primeros lugares en la lucha por la liberación y defensa de la patria y de los valores culturales más profundos y auténticos, sin una voluntad creadora de ir a las esencias de estas circunstancias.
Cada una de nuestras comunidades posee una vasta historia de lideresas que no hemos hecho visibles por una razón u otra, entre ellas la que da por sentado (quiero suponer) que somos el corazón de la nación, que no hay obra donde no participe y esté presente la obra nuestra. Entonces se da por sentado que todo el mundo la conoce y no se habla mucho de ello o como debería hacerse.
Estudio Teatral Macubá, desde su fundación en 1992, ha asumido en su poética la marcada intención de tener presente a la mujer cubana y caribeña, hablando de sus aspiraciones y anhelos, de sus necesidades y carencias y, sobre todo, de sus sueños. Mafifa, personaje central de la obra que lleva su nombre, Repique por Mafifa o La última campanera,es la mujer que hablará desde la muerte con la angustia de negarse a no existir, a no estar. Es la mujer hablando de ella misma, por sí misma; es el inicio del camino que recorrerá Estudio Teatral Macubá durante estos casi 30 años de incursionar en la escena. Repique… es el grito de combate.
Abrirá el camino a Ayé N’ Fumbi o Mundo de muertos (en un homenaje a la santiaguera y artista Celeste Mendoza, estrenada en el 2004), le seguirá Iniciación en blanco y negro para mujeres sin color, luego vendrán Caballas y La casa (un acercamiento a la obra de Lorca desde los elementos de la cultura santiaguera).
¿Qué nos ha faltado? A mi entender, falta el debate, aunque nuestros espectáculos siempre son sometidos al debate antes de ponerlos a consideración del público que asistirá a la sala teatral. Creemos que nos falta el gran debate, ese que se dará con las mujeres asociadas a la organización que nos representa, la FMC. Es necesario que tenga una mayor interacción con el movimiento de creación intelectual.
“Desde la institucionalidad se asumen y se discuten las problemáticas que afectan a las mujeres y, por ende, a la sociedad en general”.
Nuestra sociedad ha conseguido solucionar muchas de las problemáticas que hacían a nuestras mujeres objeto de abuso de distintas formas posibles. Aún tenemos cosas que resolver y otras que hay que hacerlas visibles, pues están semiocultas en nuestro entramado social. Existen temas tabúes de los cuales no se ha querido hablar o no se ha hablado lo suficiente, como la prostitución, el abuso doméstico y el racismo. Todos estos tópicos están tratados en las obras que antes mencioné; por eso el encuentro y la discusión son tan necesarios, nos daría la posibilidad de tratar a profundidad temas como estos y encontrar otros que, dada su importancia, se convertirían en motivos para nuevas obras. Serán problemáticas antiguas que tienen otro matiz en nuestra sociedad contemporánea.
Felizmente, los prejuicios para hablar de estos temas cada vez van siendo menos. Desde la institucionalidad se asumen y se discuten las problemáticas que afectan a las mujeres y, por ende, a la sociedad en general.
Agradezco a Mafifa y a todos los personajes de esas obras, que han sido un canto desde lo más profundo del alma, para darles voz a esas mujeres que estuvieron calladas e invisibles durante demasiado tiempo.