La donación, organizada
5/2/2019
La Habana, municipio Diez de Octubre, alrededores de la iglesia de Jesús del Monte, una de las zonas más afectadas por el tornado. Aquí un grupo de jóvenes, sobre todo de la Sociedad Cubana de Botánica y de la Universidad de La Habana, se han organizado de forma espontánea para hacer llegar las donaciones a la población. Alejandro Palmarola, funcionario del Jardín Botánico que está al frente de esta iniciativa, conversa con La Jiribilla acerca de sus experiencias en la misma.
Palmarola, ¿cómo es que la gente tiene que donar de manera organizada?
Deben entregarnos las donaciones a nosotros en el punto de recogida habilitado en la esquina de calzada de Diez de Octubre y Quiroga, para clasificarlas y a su vez hacerlas llegar a los damnificados. Pero te voy a ser sincero. Si me siguen trayendo todo lo que me han traído hoy, nada más que por mi publicación de Facebook, ya no lo podré manejar. Tuve que pedir un camión de Fábrica (Fábrica de Arte Cubano, FAC) para que se lo llevara y lo clasificara, porque aquí yo no puedo clasificar las cosas para poder repartirlas.
FAC me trajo hoy cien módulos de comida y de ropa ya clasificados, y los repartimos en dos horas. Ahora estamos clasificando todo lo que nos ha llegado en el transcurso de la mañana. Llevamos dos horas y no hemos podido salir ni con un módulo todavía. Nos llegaron cien comidas del restaurante Jama y ya las empezamos a repartir. El Jardín Botánico nos mandó cien comidas y están por llegar cien más. No estamos repartiendo a lo loco. Estamos entrando mochila al hombro, buscamos un derrumbe y preguntamos: “¿Cuántos niños hay aquí, cuatro? Ahí tienes cuatro comidas”, y así vamos llegando a los más necesitados, sobre todo niños, ancianos, embarazadas, lactantes, porque si no se forma el caos.
¿Llevan algún tipo de contabilidad o control sobre las ayudas que entregan?
Sí, estamos llevándola hasta donde se puede. Casi todo está firmado como constancia de que está llegando a la gente, aunque hay muchas ayudas que se entregan y se olvida pedir la firma, y yo no puedo regañar a los muchachos porque se les haya olvidado pedir la firma. Eso es lo de menos.
Una cosa muy importante es que estamos trabajando junto a las autoridades. Aquí está el Gobierno, el Partido, todo el mundo ayudando para que lo podamos hacer. Por ejemplo, la presidenta del Gobierno, Barbarita, me llama al móvil y me dice: “En el policlínico tal tengo tantos damnificados”, y para allí vamos con la ayuda. Cuando no hay nada que repartir, que es poco tiempo al día, salimos a ver casos que no hayamos detectado para tenerlos en cuenta cuando vengan donaciones.
Palmarola me acerca a una de las voluntarias, Diana Rodríguez Cala, quien trabaja en el Instituto de Ecología y Sistemática, del CITMA, y está aquí representando a la Sociedad Cubana de Botánica. En pleno ajetreo, accede a dedicar unos minutos a La Jiribilla.
Diana, ¿cómo lo están haciendo para que la ayuda llegue a la gente?
Lo que hicimos fue organizarnos los voluntarios, sobre todo de la facultad de Biología de la Universidad de La Habana, y comenzar a levantar información sobre los casos más críticos en esta parte de Jesús del Monte, derrumbes totales, familias numerosas, etc., y a partir de esa información se empezó la distribución de las donaciones. Aprovechando esa entrega seguíamos casa por casa recabando información sobre la situación de los vecinos. La misma gente te ayuda e indica los casos más necesitados. Básicamente lo que hacemos es distribuir a partir de la información que nos aportan los voluntarios.
¿Quiénes son los voluntarios que trabajan con ustedes?
Aquí hay de todo, desde vecinos hasta gente que nació aquí pero ya no vive aquí, artistas, estudiantes de la universidad…
¿Qué es lo que más necesitan que la gente done? ¿Qué es lo que está cubierto?
Ropa ya tenemos suficiente. Lo que necesitamos es comida, mucha agua, comida para niños, papillas, y todo el enlatado proteico que se pueda. Si es leche, tratar de que venga líquida porque hay mucha gente que no tiene agua y no puede preparar la leche en polvo. También necesitamos pañales para niños y productos sanitarios para la mujer.
¿Cómo accedieron a este local donde trabajan?
Este local lo prestó la dueña, y el de al lado también el dueño lo facilitó. Todo es voluntario, es obra de las personas que se quieren ayudar entre ellas.
Y uniéndonos a esta iniciativa nos fuimos, donación en mano, a la calle Colina…
Gracias a todos los voluntarios. Seguimos sus pasos y nuestra ayuda también será permanente. En especial a Alejandro Palmarola por encabezar esta tarea…