La claridad

Nancy Morejón
9/6/2020

A la manera de un poeta romántico… Para Roberto  Fernández Retamar

Cántame, pájaro que vuelas

sobre el espacio austral

que desconozco. Húndete

en mi sed de persona

y pósate en los dedos

que conforman mi mano.

Iremos a la floresta,

después que la lluvia

haya posado su cansancio

en la tarde. Después

que el sol haya alzado

su cabeza dorada

a través de las sonantes

hojas verdes.

La tarde es una sola,

en Greenwood o Almendares.

La puerta blanca de mi alcoba

se entreabre ya.

Rayos solos de luz

se cuelan desde allí,

alcanzando mis pies en reposo.

¡Qué humedad la que deja el chubasco

en el verano!

Este mediodía, que ya deja de ser

por el canto de un pájaro,

se esfuma con el tiempo.

Naces y mueres, claridad.

Nacemos y morimos

en esta isla de la borrasca.

Ven hacia mí,

ay, cántame, pájaro de Cuba,

en la frescura de la patria.

(De Octubre imprescindible, 1982)