Joss Stone vibró en La Habana
24/1/2019
Cuando apareció en el escenario, sus menudos pies, descalzos, fueron marcando los pasos. Estoy seguro de que deseó sentir la vibración del suelo cubano, de un país sobre el cual escuchó y que quiso conocer.
Suma también, tal vez sin saberlo, su propia vibración, por la expectativa que ella genera para el público que ha colmado los tres niveles de la sala Avellaneda del Teatro Nacional. Por supuesto, ella misma debe traer sus expectativas, que la hicieron desviar e incluir en su gira mundial, un breve, pero intenso paso por Cuba.
Cuesta trabajo creerlo, pero Joss Stone está en el proscenio. La esbelta inglesita de cabellera plateada, casi salida de un cuento de hadas, se dirige hacia el micrófono, ataviada con un hermoso vestido negro de lentejuelas que le realza su bella figura. Los aplausos se agolpan y en ese inglés señorial, autóctono, dirige el saludo a los asistentes y comenta: “No puedo creerlo… estoy en La Habana”.
La joven artista de 31 años quiso darse el gusto de abrazar este país en cuerpo y alma, brindarle su aquilatado arte. Había dicho en conferencia de prensa que venía para saber por ella misma de esta tierra, alejando toda la propaganda adversa que existe sobre Cuba. Y lo hizo sin previo guion, dejando fluir sus emociones, resarcidas por el público que la aclamó intensamente.
Para ello apeló a sus más efectivas “armas”: una excepcional interpretación, conjugada con dominio casi perfecto de su voz mezzosoprano y de amplio registro e intensidad, provista de impresionantes modulaciones y eficaz intensión y dramaturgia, que convergen en un especial y desgarrado sentimiento. En ella todo se resume.
En cierto momento, se retira del escenario y va en busca de alguien, se crea una expectativa. De uno de los laterales del tablado vemos salir a Omara Portuondo, acompañada de Roberto Fonseca. Lo imaginamos, pero no deja de impresionar. Arranca la canción, nada menos que “20 años”, de María Teresa Vera, y la Stone encara el reto y canta a dúo con la Novia del feeling. ¡Se viene abajo el teatro! ¡Es locura lo que viven los presentes!
Joss Stone es, ahora mismo, un referente en su país del soul y el rhythm and blues, géneros lejanos a su entorno y de los cuales ella ha sabido apropiarse. Combina también el jazz, el funk y el reggae. Todos se hicieron presentes en su actuación.
Agradecemos al Festival por habernos dado la oportunidad de conocerla, y auguramos a la vez su pronto regreso, porque ya hay un público aquí que la estima.