En la segunda jornada del onceno Festival Internacional Itinerante de Cine Comunitario, el director Jorge Molina impartió un taller a los participantes del evento sobre las maneras de producir cine con pocos recursos.
Molina, quien ha desarrollado en paralelo su trabajo como director y como profesor, compartió sus experiencias para la realización de filmes con jóvenes realizadores y estudiantes de distintas especialidades.
En su quehacer como profesor de la Facultad de Arte de los Medios de Comunicación Audiovisual (Famca) y la Escuela Internacional de Cine y Televisión (EICTV), Molina ha desplegado la capacidad para mostrar en estos talleres sus propias maneras de producir audiovisual con bajo presupuesto.
Al inicio del primer encuentro, se proyectó el cortometraje La última pelea, a partir del cual comentó la manera de trabajar en los procesos de preproducción, como principal vía para lograr una obra, la forma de organización del rodaje y la selección de las locaciones.

Sobre el cortometraje refirió que es “un estado de ánimo, una película de emociones, donde me estoy expresando a mí mismo”.
Según mencionó Molina, a partir de la información que le brindas al espectador para la construcción de la historia y que cada cual se hace su propia idea, su visión puede ampliar las lecturas y enriquecer la amplitud de perspectivas.
La actuación de Roberto Perdomo es fundamental en el cortometraje, pues sus potencialidades como actor son explotadas en la historia, lo que confirma la relevancia del casting como uno de los momentos de mayor importancia en el diseño de la producción.
“Todo tiene que ver con el trabajo de la preproducción, desde las mesas de trabajo con el director de fotografía, de arte y con los actores, para hablar un mismo lenguaje”, mencionó el director.
Un actor te va a garantizar un grupo de elementos en la historia, te puede aportar criterios, modificar escenas en función del personaje y todo ello es útil para la producción y la escena.
“Todo tiene que ver con el trabajo de la preproducción, desde las mesas de trabajo con el director de fotografía, de arte y con los actores, para hablar un mismo lenguaje”.
“El director debe ser como el director de orquesta”, señaló, porque cada instrumento ofrece una nota y expresa la idea del conjunto. Además de organizar los procesos, el director ha de tener dominio de todos los elementos visuales y de composición para la imagen.
Por su parte, Jesús Antonio Urrutia, director de fotografía de La última pelea, expresó que “la fotografía define el lenguaje de la película”.
También mencionó la obra de Julio García Espinosa Por un cine imperfecto, manifiesto que estableció algunos planteamientos sobre la realización desde la visión de este reconocido cineasta e intelectual.
Para el fotógrafo, es relevante utilizar sencillez técnica que permita alto contraste, que la propuesta se desarrolle sobre la base de una estética menos trabajada, con mayor naturalidad. Todo ello se logra con planos fijos y mejores encuadres.
Otro planteamiento que refiere Urrutia es que las formas prevalezcan sobre las figuras, como expresión estética de la idea. También aseguró que en muchos casos “las limitaciones económicas de la producción pueden favorecer la creatividad”.
Los talleres impartidos por cineastas y productores han sido parte de las jornadas de esta oncena edición de un evento que trasciende la ciudad de Bayamo y llega hasta comunidades de la provincia de Granma.