Cuando hay cubanas como Ana Cristina Varona Bandera, que con sus 84 años continúa llevando el arte músico-danzario a barrios y comunidades, entonces no queda duda del gran asidero de la cultura comunitaria en Cuba. Esta camagüeyana, rellolla de pura cepa y amante del canto y el baile desde niña, es uno de los Premios Nacionales de Cultura Comunitaria que se entregaron recientemente de forma oficial en la provincia de Cienfuegos, en presencia de Víctor Gaute, miembro del secretariado del Comité Central del Partido Comunista de Cuba, y de Lidia Esther Brunet Nodarse, integrante del Comité Central y su primera secretaria en Cienfuegos.

Ana Cristina está al frente de su Conga Caribe, pero siempre ha dirigido a esas agrupaciones, al punto de que mantuvo esa labor por los barrios camagüeyanos durante los duros años del Periodo Especial, para llevar a los jóvenes la alegría del carnaval.

Ella ha bailado como solista a Eleguá y a Oyá, conduce a los integrantes de su conga, y ahora trabaja el arte de la comparsa con los estudiantes de las secundarias agramontinas.

Una la mira con esa sonrisa, la alegría de vivir, el deseo de trabajar por su gente y piensa que esta octogenaria es el termómetro que mide cuanto acontece en los rincones de Cuba, y es además un medidor de la labor que han hecho durante años sus colegas, laureados en la gala cultural efectuada en la Asamblea del Poder Popular de Cienfuegos.

José Feliciano Escobedo Batista (Cianito) fue reconocido con el Premio Nacional de Cultura Comunitaria
por su destacada labor como gestor cultural. Foto: Internet
 

Al igual que Ana Cristina, fue premiado en la categoría de Personalidad José Feliciano Escobedo Batista, o Cianito, como todos le conocen en Jiguaní, de la provincia de Granma, por su incansable labor desde 1995 como gestor del concurso de artes plásticas infantil De donde crece la palma, con el cual estimula que niños y adolescentes se vinculen a José Martí.

En la categoría institución/agrupación obtuvo el galardón el Conjunto Artístico XX Aniversario de Ciego de Ávila, integrado por jóvenes aficionados que recrean la música y los bailes campesinos del municipio de Majagua y las fiestas de los bandos como tradición cultural. Este grupo ha recibido reconocimientos nacionales e internacionales por la transmisión de saberes durante más de 50 años con probada calidad.

El proyecto sociocultural Voluntad, de la provincia de Holguín, también mereció el premio porque ha logrado la transformación de un asentamiento poblacional de difícil acceso en las montañas de ese territorio oriental. Allí intervienen en procesos sociales de gran envergadura vinculados con los valores éticos, el sentido de pertenencia y las tradiciones.

Asimismo, Kenelma Carvajal Pérez, viceministra de Cultura, hizo entrega de la Distinción por la Cultura Nacional a Enrique Alemán Gutiérrez, profesor y escritor; a Eugenia Azcuy Rodríguez, profesora del Instituto Superior de Diseño y directora de la revista Raíces; a Margarita Mejuto Fornos, vicepresidenta del Consejo Nacional de Casas de Cultura; y a Alberto Morfa, promotor cultural e instructor de arte de Cienfuegos.

También recibieron ese lauro los grupos portadores Tambor Yuka, de Guayabo, en Pinar del Río; La Cinta, de Ciego de Ávila; Caidije, de Camagüey, y Nengón Kiribá, de Guantánamo.

Los agasajados intercambiaron durante dos jornadas con la cultura comunitaria de Cienfuegos —en especial en el municipio montañoso de Cumanayagua, en la localidad El Jobero, donde radica la sede del Grupo Teatro Los Elementos—, y recorrieron el centro urbano de Cienfuegos, declarado desde 2005 Patrimonio Cultural de la Humanidad.