A Virgilio López Lemus se le dedica la 33 Feria Internacional del Libro de La Habana, y no es un hecho fortuito. El literato cubano, con su impronta en la crítica, la polémica que caracteriza sus trabajos, su acertada ensayística y la reflexión a la que convoca al lector —incluso en la poesía—, consolida una obra que deviene elogio a la cultura: Virgilio López Lemus ha dedicado su vida a entregar el arte de la literatura a manos llenas. Varios intelectuales y escritores se reunieron este sábado en la Sala Nicolás Guillén del Complejo Histórico Morro-Cabaña para agasajar al homenajeado.
El periodista, crítico literario y promotor cultural Fernando Rodríguez Sosa, abordó la trayectoria de López Lemus destacando sus inicios y su evolución como ensayista. Reveló que, según el propio Virgilio, fue la profesora Francisca Tamayo quien lo “incitó a escribir” en su etapa escolar, aunque él entonces “no tenía la menor idea de qué cosa era administrar” ideas literarias. Añadió que el primer ensayo el homenajeado lo escribió a los veinticuatro años, durante sus estudios de Literatura en la Universidad de La Habana, como parte de un trabajo académico centrado en otro poeta, proyecto que marcaría su rumbo intelectual.
Virgilio López Lemus es reconocido como “uno de los más serios y documentados estudiosos” de la poesía en el ámbito hispánico, combinando su labor investigativa con una “actuación personal” como poeta.
Rodríguez Sosa enfatizó la relevancia de textos de Virgilio como Invariancia de escala y Especulaciones sobre poesía, título que se erige como “una fuente preferencial para los estudiosos” del género, tanto en Cuba como internacionalmente. Los volúmenes, aunque independientes, comparten una raíz común: el análisis riguroso y la reflexión crítica.
El periodista y crítico literario subrayó que López Lemus es reconocido como “uno de los más serios y documentados estudiosos” de la poesía en el ámbito hispánico, combinando su labor investigativa con una “actuación personal” como poeta. Rodríguez Sosa resaltó en su intervención cómo la obra del homenajeado trasciende lo académico para convertirse en un referente cultural, sustentado en un “profundo conocimiento” que vincula teoría y práctica literaria.
Por su parte, el investigador, profesor universitario, ensayista y crítico literario Emmanuel Tornés Reyes destacó la figura de Virgilio López Lemus como un pilar esencial de la literatura y cultura cubanas. Lo describió mediante una metáfora simbólica: “Virgilio y la abeja”, imagen que refleja su incansable laboriosidad y dedicación. Con admiración, Tornés Reyes se preguntó: “¿De dónde saca el tiempo?”, aludiendo a su asombrosa productividad, pues, según relató, el escritor tenía, en una ocasión, “siete libros en editoriales y tres a punto de salir”.
Tornés Reyes resaltó que López Lemus es el más prolijo y fecundo de los escritores cubanos; en este sentido, subrayó su capacidad para combinar creación literaria con gestión cultural. Mencionó la colaboración de López Lemus en eventos académicos, como los congresos en el Instituto de Literatura y Lingüística o los homenajes a José Lezama Lima, donde su aporte fue clave. Además, evocó su labor conectando a artistas internacionales con la escena local.
Tornés Reyes recordó su primer acercamiento a Virgilio en los años ochenta, a través de su libro sobre Gabriel García Márquez y su trabajo junto a Alberto Acosta en el Gran Teatro de La Habana. Destacó su perfil multifacético: investigador, ensayista y animador cultural, cuyo legado trasciende generaciones.

Finalmente, el investigador enfatizó que López Lemus encarna un símbolo para quienes valoran el compromiso intelectual, definido por una obra que abarca desde lo local hasta lo universal.
El poeta Derbys H. Domínguez Fragela destacó en el elogio la figura de Virgilio López Lemus, cuyo nombre evoca a Virgilio —autor de La Eneida— y a Virgilio Piñera. Resaltó su labor como profesor y ensayista, enfocado en revalorizar la décima cubana, especialmente la obra del Indio Naborí, liberándola de visiones elitistas que subestimaban su valor como símbolo nacional. “En Cuatro copas llenas 2016-2022, antología que reúne cuatro poemarios inéditos, entre ellos ‘Tristeza de las cosas que no fueron‛, sobresale el poema ‘La belleza‛, definido como ‘el musgo del alma‛ que ‘ilumina‛ lo efímero y trascendente”, recordó.
Domínguez subrayó que la poesía de López Lemus se distingue por su diálogo con lo clásico, resistiéndose a la “deformación lírica” contemporánea. Citó su enfoque en la métrica y el ritmo como puentes entre el paisaje interior y la naturaleza, donde “la vitalidad del cuerpo humano se erotiza en el acto creativo”. Añadió que, para el autor, el verso no busca teorías, sino “renaturalizar” el lenguaje, priorizando palabras que “regresen a sus orígenes epistemológicos” con claridad y transparencia.
El crítico enfatizó que López Lemus aborda la escritura desde un “pensamiento filológico”, explorando la ambigüedad de las palabras como “azogue o espejismo”. Mencionó que su obra se aleja de lo híbrido, optando por formas tradicionales que desafían el “ruido posmoderno”. Destacó su método: tras cumplir obligaciones académicas, el poeta se sumerge en la intimidad creativa, seleccionando términos que, inútiles para el ensayo, se transforman en versos que “vuelven tangible lo inasible”.
Domínguez no solo se limitó al López Lemus como literato, sino que resaltó su labor como estudioso de José Lezama Lima, a quien analizó desentrañando el “hermetismo” de su prosa y revelando coherencia en obras fragmentarias. “Las manos de Virgilio, Piñera y Woolf lo guían”, concluyó, aludiendo a cómo su poesía, arraigada en tradición y rebeldía, ilumina desde La Habana el diálogo entre ayer y hoy.
“Su capacidad para conciliar la creación literaria con la investigación y la divulgación lo define como un intelectual multifacético y prolífico”.
Virgilio López Lemus es un destacado escritor, poeta, ensayista e investigador literario, reconocido como una figura esencial en la cultura cubana e hispanoamericana. Formado en la Universidad de La Habana, donde estudió Lengua y Literatura Hispánica, su trayectoria intelectual se forjó tempranamente.
Como ensayista y crítico, su obra se caracteriza por un riguroso análisis de la poesía, abordando tanto autores cubanos como figuras universales, entre ellas Gabriel García Márquez. Su enfoque combina profundidad teórica con una mirada vinculada a la práctica poética, ya que él mismo es autor de versos.
Además de su labor creativa, López Lemus ha sido un gestor cultural incansable. Participó en la organización de congresos en el Instituto de Literatura y Lingüística de Cuba, promovió diálogos internacionales y colaboró en eventos como la Feria del Libro de La Habana. Su capacidad para conciliar la creación literaria con la investigación y la divulgación lo define como un intelectual multifacético y prolífico.
Su legado trasciende lo académico: es un puente entre generaciones y un referente ético para quienes valoran el compromiso con la palabra. Con una obra que explora desde la identidad cubana hasta reflexiones universales, López Lemus encarna la fusión entre erudición y pasión por la cultura.