Holguín, la denominada Ciudad cubana de los parques, volvió como cada año, desde el 2009, al reencuentro de artistas de varias provincias del país, como autores principales del amplio programa del Festival Nacional de Teatro Joven, desarrollado entre el 13 y el 17 del mes en curso.

El evento, auspiciado por la Asociación Hermanos Saíz (AHS) y el Consejo Provincial de las Artes Escénicas, fue un espacio distintivo de socialización e intercambio de experiencias.

Por esos días en la capital holguinera se respiraron aires renovadores con la presencia de grupos teatrales de La Habana, Villa Clara, Matanzas, Mayabeque, Pinar del Río, Granma, Santiago de Cuba y Las Tunas, como muestra de la joven creación artística del país.

Yunior García, organizador de la cita, comentó que resulta meritorio el desarrollo de encuentros como este dentro del festival para el ejercicio de la crítica, en pos de fundamentar opiniones respecto a las obras expuestas.

El también actor, dramaturgo y director de Trébol Teatro, de Holguín, destacó la importancia de no reducir tal intercambio a las puestas en escena y el disfrute del público, sino ir más allá para pensar acerca del futuro de este género en Cuba, sus características y desafíos.

Los holguineros disfrutaron, entre otras presentaciones, de la tercera temporada de CCPC La República Light, por El Portazo, de Matanzas, un work in progress que representa un ejemplo de cómo marcha el panorama teatral cubano encabezado por las nuevas generaciones.

El teatro Eddy Suñol, ubicado frente al céntrico parque Calixto García, de la oriental urbe, fue uno de los ámbitos principales, junto al complejo cultural Plaza de la Marqueta, y en sus tabloncillos se presentaron propuestas como Selfie, protagonizado por Carlos Alberto Méndez y Aydana Febles, del Teatro del Caballero, de La Habana. La obra, matizada por la melodía del Son oscuro, de Noel Nicola y el guión concebido por Carlos Sarmiento, propone una mirada a la Cuba contemporánea, a partir de una historia de amor que transcurre en la intimidad de un cuarto.

Un aspecto distintivo en la presentación implicó el desempeño de Sarmiento como una especie de autor-personaje, que favorece la dramaturgia de la puesta, pues expone un pasaje autobiográfico, entremezclado con rasgos propios de su personalidad real.

Selfie convoca, por su contenido, a “pintar de colores y regalos la tristeza”. Daniel y Fanny, personajes protagónicos, rememoran vivencias que crean un ambiente emocional profundo; todo conjugado en una acertada escenografía.

Otra función dentro del Festival fue Antonieta o El Suicidio, interpretada por Hanny Gómez Cunill, del grupo Estro de Montecallado, de la provincia de Mayabeque.

José Miguel Díaz, director general del conjunto, expresó que el texto escrito por Salvador Lemis tiene una sólida dramaturgia, la cual permite a la actriz demostrar sus habilidades en el trabajo con los giros, los matices, dominio de otros idiomas, proyección escénica y voz. La puesta exterioriza los delirios de una mujer desesperada; se entrelazan realidad y ficción con la interpretación de voces de reconocidas féminas de la historia universal, como la mexicana Antonieta Rivas, la bailarina Isadora Duncan y la actriz francesa Sarah Bernhardt, entre otras.

Durante cinco días actores, directores, dramaturgos, críticos y periodistas especializados confluyeron en Holguín para apreciar el trabajo de grupos como Teatro Tuyo, Teatro Sobre el Camino, Alas de Cuba, El Portazo, Teatro del Caballero y Estro de Montecallado, distinguidos exponentes de la teatrología contemporánea fomentada por los jóvenes.

El programa del evento incluyó, además, un panel teórico dedicado a la formación artística de esta especialidad, un taller itinerante de la crítica y presentaciones de libros publicados por Ediciones La luz, con el objetivo de consolidar el futuro del arte de las tablas en Cuba.