Historias paralelas que marchan simultáneas
La revista Orígenes ha sido considerada por la crítica especializada como una de las etapas cimeras de la creación artística y literaria en la historia cultural cubana y como la mejor de su tiempo en lengua española en el continente. Solo comparada en Hispanoamérica con otras como Sur, en Argentina; Contemporáneos, en México o Repertorio Americano, en Costa Rica que también nuclearon a un grupo relevante, no solo de narradores y poetas, sino también de artistas plásticos, músicos, compositores, dramaturgos y traductores que devinieron figuras imprescindibles para la cultura nacional en cada uno de sus países.
Pero la trascendencia de estas publicaciones se debe, por supuesto, a la estatura estética de la obra de los autores que incluye. Baste mencionar en el caso de Orígenes a: José Lezama Lima, José Rodríguez Feo, Eliseo Diego, Cintio Vitier, Fina García-Marruz, Virgilio Piñera, Octavio Smith, Lorenzo García Vega, Gastón Baquero, el padre Gaztelu o la cienfueguera Cleva Solís; los artistas plásticos René Portocarrero, Amelia Pelaez, Wilfredo Lam, Marcelo Pogolotti o los músicos y compositores Julián Orbón o José Ardevol, es decir, un prisma de artistas que, independientemente, de la suerte que el destino les deparó, continúan siendo artífices de la cultura cubana.
“(…) la trascendencia de estas publicaciones se debe, por supuesto, a la estatura estética de la obra de los autores que incluye (…)”.
La revista Orígenes arribó en 1994 a los primeros cincuenta años de su fundación. A propósito de este acontecimiento cultural se organizó en la Facultad de Artes y Letras de la Universidad de La Habana el postgrado “Cincuentenario de Orígenes”, con el objetivo de hacer un recorrido por la vida y la obra de miembros representativos del grupo y hacer un aparte para el análisis de la significación y trascendencia de la publicación, no solo en Cuba, sino también en Hispanoamérica.
Bajo el cuidado de Cintio Vitier y Fina García Marruz, conjuntamente con el apoyo de un grupo de profesores de la mencionada institución de altos estudios —cada viernes y durante cuatro meses— en el local de la Cátedra de Cultura Latinoamericana, varios especialistas ofrecieron conferencias y después el público asistente tenía la posibilidad de preguntar o hacer comentarios sobre el tema abordado. Y si fueron interesantes y agudas cada una de las intervenciones, era asimismo enriquecedor el debate que se generaba a continuación.
Más que debate, surgía un ameno diálogo entre los asistentes que casi siempre lo iniciaba Cintio Vitier o Fina García Marruz, siempre dispuestos a brindar múltiples testimonios, experiencias y vivencias de los años de trabajo en Orígenes, los vínculos familiares con casi todos sus integrantes y la evolución posterior de cada uno de ellos a partir del momento en que dejó de salir la revista.
Así, estos encuentros constituyeron un viaje cultural que comenzó con los antecedentes de la publicación, se detuvo en el periodo de su existencia (1944-56) y continuó posteriormente para concluir en la contemporaneidad.
Luego, la capacidad organizativa y de convocatoria de Cintio Vitier para eventos internacionales se puso de manifiesto en el Coloquio Internacional “Cincuentenario de Orígenes”, realizado en Casa de las Américas a finales de ese año (también auspiciado por la entonces Fundación Pablo Milanés) que reunió a especialistas de América, el Caribe y Europa. Entonces el diálogo sobre Orígenes, no solo continuó, sino que logró mayor dimensión al ser escuchadas las intervenciones y anécdotas colaterales de los asistentes foráneos.
Esa riqueza de información oral —que no siempre está recogida de forma impresa— es muy necesaria para entender el bregar incesante de los creadores, la recepción de sus obras o múltiples decisiones personales o profesionales. Y, por esa razón, los organizadores del Evento-Homenaje a Cintio Vitier por sus 80 cumpleaños, efectuado en el Centro de Estudios Martianos de La Habana en septiembre del 2001, dedicaron cada día —además de un sesión para las valoraciones y análisis sobre su obra— un segundo momento a escuchar a un grupo de especialistas, creadores, investigadores, conocedores de la vida de Cintio y de amigos que cabalgaron junto a él durante varias décadas de rica creatividad aportadora para la cultura nacional.
Estábamos seguros de que se brindarían numerosas aristas aún no conocidas ampliamente de quien fuera Presidente de Honor del Centro de Estudios Martianos. Y así fue. Cintio Vitier constituye una de las leyendas de la historia cultural cubana y esos testimonios resultaron una evocación a las diferentes etapas de su vida, como por ejemplo, sus años de trabajo en la Biblioteca Nacional —que compartió con Fina, Eliseo Diego, Cleva Solís y Octavio Smith, también origenistas de pura cepa—, sus colaboraciones con revistas y periódicos, la referencia obligada a Orígenes, sus incursiones en la música, su labor iniciadora del trabajo en la edición crítica de las Obras completas de José Martí, la experiencia de traducir sus obras a otros idiomas, por solo rememorar algunas de las aristas abordadas.
“(…) Cintio Vitier constituye una de las leyendas de la historia cultural cubana (…)”.
Esos momentos resultaron especialmente cálidos y afectuosos en ambos días del evento al que asistieron invitados de diferentes generaciones cuyas reflexiones enriquecieron este acercamiento y le aportaron diversidad temática, es decir, fue una mirada plural al universo de Cintio Vitier, a la poética de su obra y a la eticidad de su existencia. Por todas esas razones, la revista Honda, órgano de la Sociedad Cultural “José Martí”, brindó posteriormente a sus lectores, un número monográfico que reúne, además de las ponencias presentadas, estos materiales, a fin de que formen parte de las memorias del homenaje y, por supuesto, sirva de consulta para conocer numerosas de las historias paralelas que marchan siempre simultáneas a todo gran creador.