Hace ya algún tiempo, la literatura infantil en México no gozaba de ciertos privilegios. Todo cuanto se publicaba venía de la mano de autores foráneos.
“El escritor debe considerar al niño como un ser exigente, y debe respetarlo”.
Pero igual como en los cuentos, en donde siempre aparece un alma salvadora, apareció un hombre que ha revolucionado en México el arte de escribir para niños.
Francisco Hinojosa ha sido de los autores que más defiende la literatura infantil, no solo en el país azteca, también en América Latina.
Sin embargo, el escritor reconoce que es una labor totalmente apoyada por el Fondo de Cultura Económica: “fue de las primeras editoriales que publicó autores mexicanos para niños. Después, otras editoriales españolas y colombianas empezaron a publicar autores nuestros”.
Quien ha leído la obra de Hinojosa reconoce que no suele recurrir a los lugares comunes, en parte, porque se considera irreverente a las normas. También, porque percibe en los niños seres totalmente inteligentes. “El escritor debe considerar al niño como un ser exigente, y debe respetarlo. Es importante concebir la historia con un lenguaje sencillo, entendible, que sea un tema que los atrape y de la mano de una ilustración sugerente”.
“Yo nunca leí nada de niño, estoy escribiendo lo que me hubiera gustado leer de niño”.
“Mi principal ilustrador es Rafael Barajas, tiene esa vena de sensibilidad para llegarle a los niños. Los personajes se han vuelto icónicos, porque le gusta a los narradores orales, maestras y maestros.
“La literatura infantil en México está en un momento de esplendor, en el que ya se han multiplicado las Ferias del Libro. Tanto las escuelas públicas y privadas tienen sus propias Ferias. Ya los niños no hablan solamente de futbol, platican de libros.
“Yo nunca leí nada de niño, estoy escribiendo lo que me hubiera gustado leer de niño. Me la paso jugando. Hay elementos importantes como el juego y la risa que hacen que me conecte muy bien con los más pequeños”.
Dentro de la obra de Hinojosa La peor señora del mundo ocupa un lugar especial. En sus inicios de publicado fue un libro controversial, precisamente por romper con el esquema de lo tradicional y las historias de príncipes y princesas. Ahora se han vendido, según el propio autor, más de 600 mil ejemplares.
“Anécdotas hay muchas. La más reciente es que me contactaron por una red social y me dijeron que su hija todas las noches quería que le leyeran cuentos, pero que tenía que terminar con La peor señora del mundo. La niña pidió que me preguntaran si quería ser su abuelito. Dije que sí”, sonríe.