Hacia la luz: dónde va el espíritu

Indira Hernández Alonso
17/12/2019

Parece estar en la capacidad de fascinación de la pintura de Rafael Soriano, espiritual, mística, lejana y a la vez cercana al país que lo vio nacer y del que emigró, el origen de todo, del documental Hacia la luz, cuya premier tuvo lugar recientemente en el teatro del Museo Nacional de Bellas Artes de Cuba.

Cartel del documental Hacia la luz, de David Schuler. Foto: Internet

Más que un resumen de la vida y obra del artista cubano Rafael Soriano, fue una evocación, a sus creaciones, intenciones, desciframientos, incógnitas, magia espiritual, a su familia, al hombre que se fue a ese más allá que parecía representar con su pincel en vida.

Hacia la luz es una producción bilingüe que celebra también el centenario de su natalicio en el 2020. Dirigido por el realizador norteamericano David Schulercompositor, cineasta y productor dos veces nominado al Grammy— y producido por su esposa, Beverly Jacobson-Schuler, entreteje una historia humana, de un artista.

Se muestra su evolución artística, sus añoranzas por una Isla donde irrumpió en la Vanguardia y de donde partió, pero que nunca perdió; su presencia en la muestra permanente del Museo Nacional de Bellas Artes lo enraíza e inmortaliza en esta tierra.

En el Long Beach Museum of Art, en California en 2017, David Schuler vio la exposición El artista como místico, de Soriano, y se enamoró de ella. En Cuba, entrevistó a estudiantes de Soriano; se encontró también con Juan Roberto Diago, nieto del pintor Diago y gran amigo del artista, y con Agustin Drake, escultor matancero discípulo suyo. Por otro lado, en Estados Unidos entrevista al director del Long Beach Museum of Art y a Jordana Pomeroy, directora del Frost Art Museum.

Este relato documental se narra desde las imágenes que evocan al Malecón, pero también desde las calles de su natal Matanzas, símbolos de la lejanía que lo embargan. Su esposa lo recuerda, relata cómo ese hombre de “frente gallarda” la flechó y, hasta en la inconsciencia de los últimos días de vida, la amó, tanto como a sus obras que encontraron sus títulos en la complicidad.

La muestra deviene homenaje que documenta el legado artístico del pintor, el escultor Rafael Soriano, matancero, cubano y emigrante, fundador y director de la Escuela Provincial de Artes Plásticas de Matanzas. Colores, iluminaciones y alusiones a apariciones se dibujan sobre el lienzo del documental, así como rasgos surrealistas y metafísicos que representan los objetos y la figura humana con gran economía de recursos. Desconcierto, sensación de angustia y paz, tormento y calma, espiritualidad.

Rafael creó obras de gran formato con un personal sentido de la composición y el balance. Los pigmentos los aplicaba con minuciosidad, por capas, sin tratar de imitar modelos ni formas naturales, como en su pieza abstracta Composición, de la colección del Museo Nacional de Bellas Artes.

En los últimos años se han llevado a cabo importantes exposiciones como homenaje, algunas de ellas son Rafael Soriano: Los otros mundos dentro de sí, para el Lowe Art Museum, de la Universidad de Miami, y Rafael Soriano, el artista como místico, curada por Elizabeth Thomson Goizueta para el McMullen Museum de Boston, que después fue presentada en otras instituciones de California y Florida.

Recientemente se exhibió, en el Museo de las Américas, la muestra Rafael Soriano: Cabezas, curada por el profesor Alejandro Anreus. Estos proyectos han contado con una imprescindible artífice y promotora entusiasta: Hortensia Soriano, presidenta de la Fundación Rafael Soriano y, más que eso: su hija.

“Su sueño fue siempre que sus amigos, su familia y el pueblo en general pudieran ver la obra que creó fuera de su Isla. Esta es una película hermosa que tiene que ver con la evolución de mi padre, no solo de los años de Cuba, sino también de los de Miami. Tiene la obra que en Cuba nadie ha visto”, sentencia Hortensia.

El documental Hacia la luz también ha sido estrenado en el Art Museum of the Americas (AMA), en Washington DC, como parte de la exhibición Rafael Soriano: Cabezas.

Así se nos devela Hacia la luz, como un juego de sombras, figuras, cosas, rostros que accionan un sentimiento puede que sobrenatural, y no son para entender, sí para sentir, para ir al más allá, para una vivencia personal, síquica, mística, madura, tras la superación de las formas geométricas iniciales y revestida de un misterio que se repitió sin un evidente patrón durante gran parte de su vida: el triunfo final del espíritu humano.

Angustia del olvido, una de las protagonistas del documental, pintada en 1996, se hace eco de ello. Maquina evocaciones en su obra. “Él nunca habló de ellas ni de sus motivaciones, o si hacía referencia a algo o alguien, pero cuando las observas, y precisamente Angustia del olvido, después que lo diagnosticaron con demencia, no hace falta que te aclaren, porque lo ves a él”, afirmó Hortensia. “Y si mi padre todavía estuviera aquí, si viera este documental dijera, como siempre repitió y no se cansó de decir: estoy encantado de la vida”, concluyó.

Así, el espíritu va hacia la luz, la que irradia el documental sobre el artista, el hombre, el cubano Rafael Soriano.