“Ustedes son un ejército de luces”, así calificó a los educadores cubanos el Primer Secretario del Partido y Presidente de la República de Cuba Miguel Díaz-Canel, durante un encuentro con una representación de ellos a propósito del Día del educador. Y, sin lugar a dudas, Esther María La O Ochoa, que fue invitada al encuentro, ha sido, a lo largo de sesenta años, una de las luces más resplandecientes de ese ejército.

“El 31 de diciembre de 1989 Fidel inauguró la escuela especial Solidaridad con Panamá. Ese mismo día y con el abrazo de bienvenida de nuestro inolvidable Comandante en Jefe, comencé mis funciones como directora de esta institución, primera de su tipo en el país”.

“Ustedes son un ejército de luces”, así calificó a los educadores cubanos el Presidente de la República de Cuba Miguel Díaz-Canel. Imagen: Tomada de Estudios Revolución

Con la descripción de aquel momento histórico, narrado con la misma emoción que experimentó ese día, dio inicio nuestra conversación con Esther María La O Ochoa; Teté, como la llaman todos.

“Una vez concluida la campaña de Alfabetización, quienes estábamos interesados en continuar en el magisterio tuvimos la oportunidad de estudiar en la Escuela Formadora de Maestros, radicada entonces en Minas del Frío, en plena Sierra Maestra.

“Después de un año, en medio de lomeríos, recibimos nuestro título de maestro primario. A partir de ese momento me dediqué a la enseñanza especial y Solidaridad con Panamá es la quinta escuela que dirijo con estas características.

“Su propósito es contribuir a la rehabilitación física de niños y jóvenes con discapacidad físico motora. Lo cual no significa que no hayamos matriculado a algún que otro niño portador de síndrome de Down o con discapacidad intelectual limitada en aras de ayudarlos a ellos y también a sus padres. Este centro, junto al de las provincias de Villa Clara y Santiago de Cuba, es una muestra de las grandes acciones de la Revolución que, como otras que suman miles, no pueden ser opacadas por muchas que sean las carencias y las dificultades actuales”.

¿Cuánto ha cambiado la escuela desde su fundación hasta la fecha?

“Desde el punto de vista constructivo se mantiene tal y como la ideó Fidel: amplia, espaciosa, acogedora y hasta majestuosa, añadiría yo. Pero a medida que han transcurrido los años, gracias al empeño del Ministerio de Educación, al cual pertenecemos, y en general de nuestro gobierno revolucionario y también, por qué no, a importantes donaciones que hemos recibido, nuestro centro cuenta hoy con flamantes instalaciones, como una sala de computación, gimnasio, áreas deportivas, enfermería…

Sanar y formar a los estudiantes es el propósito del colectivo de trabajadores de la escuela Solidaridad con Panamá. Imagen: Tomada de Cubadebate

“Pero más allá de ese confort, Solidaridad con Panamá es ejemplo para todo el país y varias naciones del mundo. Entre otras razones por el gran sentido de pertenencia de sus profesores, trabajadores y estudiantes, a quienes inculcamos desde su llegada la necesidad del cuidado y la limpieza de este que es su hogar.

“Cuando asumimos la responsabilidad de dirigir esta escuela, al no existir antecedentes de este tipo de enseñanza en Cuba, dimos mil tropiezos, cometimos cientos de errores, hasta que finalmente aprendimos y logramos hacer de ella nuestra casa, y de los niños y jóvenes matriculados nuestros hijos.

“Por aquí, sin incluir la matrícula actual, han transitado más de cinco mil estudiantes. Hoy contamos con médicos, deportistas, abogados. Asimismo, algunos son graduados de la Universidad de Ciencias Informativas; otros son estudiantes de tecnológicos y escuelas de oficio. A los que, lamentablemente su discapacidad es intelectual y física los preparamos para vivir en familia y que no representen una carga para ella”.

Más de cinco mil estudiantes han pasado por la escuela desde su fundación el 31 de diciembre de 1989. Imagen: Tomada del Mined

¿Qué es para Teté un educador?

“En mi opinión, si el maestro se encierra en un aula no educa y, por consiguiente, no es educador. El verdadero educador es aquel que se preocupa y ayuda a resolver los problemas existentes en su comunidad, en su casa, en su familia. Es igualmente aquel que conoce dónde y cómo vive cada uno de sus alumnos. Ese es precisamente el maestro que necesitamos en estos momentos y en todos los tiempos.

“En realidad, no veo ningún mérito en el trabajo que he desarrollado en Solidaridad con Panamá, solo he estado pagando con creces lo que la Revolución hizo por mí. Así deben pensar y actuar todos los maestros cubanos. Actuar siempre como educadores por el beneficio y el porvenir de su sociedad y no simplemente como maestros dedicados únicamente a trasmitir conocimientos”.

Recientemente, como parte de la jornada de celebraciones por el aniversario 35 de la fundación de este centro estudiantil, realmente hermoso más que por sus condiciones materiales por la labor que realizan sus educadores, usted anunció oficialmente su jubilación ante el Líder de la Revolución y General de Ejército Raúl Castro y el Primer Secretario del Partido y Presidente de la República de Cuba Miguel Díaz-Canel, presentes en la actividad cultural que protagonizaron los propios estudiantes de Solidaridad con Panamá. Al propio tiempo le aseguró a Raúl, que tanto como él, continuará con el pie en el estribo. ¿Cuán definitiva es esa jubilación?

“La visita de Raúl y Díaz-Canel a nuestro centro hace unos días, fue un gran privilegio. Y en efecto continuaré viniendo a la Escuela. Considero que todavía me faltan por aprobar dos asignaturas que tengo pendientes.

“La primera es concluir la construcción de las viviendas que aún faltan por entregar a mis trabajadores. La segunda, lograr el restablecimiento de la entrega de la merienda a mis alumnos que sin previo aviso y sin explicación alguna se la quitaron.

“Raúl me entregó un diploma que recibí con una emoción indescriptible y creo que después de eso puedo morir tranquila”, dijo Teté. Imagen: Tomada de Estudios Revolución

“Y te adelanto que ambas las voy a aprobar, porque por mis trabajadores y por estos niños, nadie se imagina, sin perder nunca la ética, por supuesto, lo que soy capaz de hacer.

“Yo amo mi profesión y si algo lamento es no ser más joven y tener un poco más de vida y tiempo para dedicárselo a mis muchachos, a mi escuela y a esta, también mía, Revolución. Y sobre todo a esa palabra tan inmensamente grande que es Patria.

“Por otro lado, resulta tremendamente difícil para cualquier persona abandonar su hogar, su familia y, lo que es peor, a sus hijos. Todos y cada uno de los estudiantes que han transitado por Solidaridad con Panamá, dondequiera que se encuentren, serán siempre mis niños, mis hijos. Con ellos compartimos risas, lágrimas, alegrías, tristezas, esperanzas, fracasos… y estos que forman parte de la matrícula de este curso, no son excepción. De manera que nunca podré desprenderme definitivamente de ellos.

“Durante la actividad que organizamos por el aniversario 35 de la inauguración de la Escuela, Raúl me entregó un diploma que recibí con una emoción indescriptible y creo que después de eso puedo morir tranquila. En una de sus partes, que leyó, dice: ‘Tu casa es tu institución, tu Patria son tus infantes, tu historia va de gigante rendido ante tu acción. Gracias por tanta pasión, entrega, heroísmo, fe. El mundo se haya de pie diciendo con voz bendita, el planeta necesita multiplicar a Teté’”.

Y más aún que cada paso dado en su accionar sean iguales a los de esta Teté con la que tuvimos el privilegio de conversar, quien ha sido capaz de sentir siempre como propios los problemas de sus miles de hijos e, incluso, hasta de llorar por la rotura accidental de uno de los mil ocho cristales que tiene su escuela.