Girón: páginas de una heroica gesta

Fernando Rodríguez Sosa
19/4/2021

Un pueblo, antes de ser llamado a guerra,
tiene que saber tras de qué va,
y adónde va,
y qué le ha de venir después.

José Martí.
Nueva York, 9 de octubre de 1885

No es difícil encontrar creaciones literarias que, inspiradas en determinados acontecimientos históricos, lleguen a convertirse con el paso del tiempo, más allá incluso de sus valores estéticos, en verdaderas referencias, en auténticos símbolos del hecho que les dio origen. “Elegía de los zapaticos blancos”, poema de Jesús Orta Ruiz (Indio Naborí), es uno de esos textos que varias generaciones reconocen como el testimonio humano, estremecedor, lacerante, de un hecho que, a la vez, conmovió y alertó al mundo de la segunda mitad del siglo XX.

Los zapatos blancos de Nemesia, “esa niña carbonera a quien la metralla enemiga
le arrebató su familia y sus sueños”. Imagen: Juventud Rebelde

Porque, indudablemente, la invasión mercenaria por Playa Girón, en abril de 1961, no solo develó la inescrupulosa agresividad estadounidense para mancillar la soberanía de Cuba, sino también confirmó la primera gran y estrepitosa derrota del imperialismo en tierras americanas.

La historia contada por el poeta en su recordada elegía —la de Nemesia, esa niña carbonera a quien la metralla enemiga le arrebató su familia y sus sueños—, no es, sin embargo, el único poema inspirado en la heroica gesta que ha quedado también reflejada en otros emblemáticos versos.

Es la poesía —estoy convencido— el género literario que con mayor alcance y trascendencia se ha encargado de cantar el heroísmo, la valentía, el arrojo, de quienes defendieron, en aquellos años iniciales del proceso revolucionario, la libertad y soberanía de la patria amada frente a la agresión del imperio.

En “La sangre numerosa”, el Poeta Nacional Nicolás Guillén rinde tributo a uno de los héroes caídos, al miliciano Eduardo García Delgado, quien antes de morir abatido por las balas de la aviación mercenaria, en abril de 1961, escribía con su propia sangre “Fidel”.

Ya en las páginas de su poemario Odas mambisas (1961), Manuel Navarro Luna incluye algunos aguerridos textos que, desde la épica, exaltan consignas y victorias de aquellas jornadas que decidieron el destino no solo de la Isla, sino también el de los pueblos oprimidos del continente americano.

Fayad Jamís firma otro de esos poemas antológicos, “Por esta libertad”, perteneciente a su libro homónimo, Premio Casa de las Américas 1962, en que categóricamente afirma que “por esta libertad de estar estrechamente atados / a la firme y dulce entraña del pueblo / habrá que darlo todo”. Como escribe Roberto Fernández Retamar, en “Epitafio en Girón”, “Defendimos con nuestros pechos trabajadores / No solo este territorio mitad tierra mitad agua, / Sino la Isla toda, y más allá de sus costas / El inmenso mundo que confiaba en nosotros”. Es Nancy Morejón quien, en su poema “Abril”, entrega toda una declaración de principios: “Oh pueblo en que nací, / así te miro fiero, junto al mar; / este polvo que piso / será el huerto magnífico de todos. / Y si caemos otra vez / se alzarán los huesos en la arena”. Playa Girón —asegura Mirta Aguirre a los niños— “es decisión de batalla, / es el lugar sin regreso / del odio y de la traición” y Dora Alonso les cuenta a los pequeños que “En un caracol rosado / de la playa de Girón / sobre el nácar hay grabado: /‘¡Cada cubano un soldado; / cada soldado un león!’”. Dora Alonso es la autora, por cierto, de El año 61 (1981), libro en que agrupa una colección de reportajes y crónicas, originalmente publicados en la revista Bohemia, referidos a hechos que marcaron el segundo año de Revolución: la Campaña de Alfabetización y la victoria de Playa Girón.

Otro testimonio imprescindible sobre las acciones combativas de abril de 1961 es Girón en la memoria (1970), en que Víctor Casaus, en interesante montaje cinematográfico, reconstruye mediante entrevistas, discursos, comunicados y fotografías aquellos gloriosos días. El libro —en opinión de Raúl Roa, uno de los miembros del jurado que le otorgó primera mención en el Premio Casa a esta obra— “es evidentemente un libro excelente, es una evocación vívida, plástica, muy lograda del episodio de Girón y, a la vez, desde el punto de vista técnico, constituye algo ejemplar”.

La narrativa de ficción es otro de los géneros literarios que se preocupa —y ocupa— de recoger historias relacionadas, de una u otra manera, con las acciones combativas que tuvieron como escenario las arenas de Playa Girón, ese territorio matancero ubicado al sur de la Isla.

El exponente más significativo es, incuestionablemente, La guerra tuvo seis nombres (1968), de Eduardo Heras León cuaderno de cuentos galardonado con el Premio David 1968, que resulta un aporte singular a la narrativa cubana de la segunda mitad de la pasada centuria. A ello se refiere, precisamente, el narrador y crítico Francisco López Sacha cuando afirma que “estamos, así, ante otra imagen de la épica, inédita en las letras cubanas, sin antecedentes reconocidos ni en el estilo de narrar ni en la exposición de los conflictos”.

Sustentado en una amplia investigación, y a través de un tono novelado, Juan Carlos Rodríguez presenta en Girón: la batalla inevitable. La más colosal operación de la CIA contra Fidel Castro (2005) la génesis y el desarrollo de la invasión yanqui derrotada en 72 horas por el pueblo bajo la guía de Fidel.

Quien se interese en las interioridades del ataque enemigo y en sus consecuencias, puede revisar las páginas de Playa Girón, victoria de pueblos (2011), una selección preparada por el investigador Luis Toledo Sande basada en los cuatro tomos de Playa Girón: derrota del imperialismo (1961-1962).

Un tema poco abordado se estudia en Girón, la operación naval (2011), en que Augusto César García del Pino Chen y Héctor Mario Almira Heredia analizan las agresivas acciones marítimas emprendidas por el enemigo y la rápida respuesta dada por las fuerzas revolucionarias.

Mediante fuentes documentales y testimoniales, Elvin Fontaine Ortiz, miembro de las escoltas de Fidel y el Che, escribió Fidel desde el Punto Uno a Playa Girón (2014), un libro —según Eduardo Heras León— apasionante, que “se puede llamar Girón por dentro porque nos muestra datos y detalles inéditos”.

Imposible revisar toda la bibliografía que, en las últimas seis décadas, ha contado la epopeya de Girón, aquellos tristes y luminosos días que confirmaron la decisión inquebrantable de defender lo conquistado y definieron el tiempo futuro de la nación.

Los invito a leer, o releer, estos poemas, estos testimonios, estas narraciones, estas investigaciones, con la convicción —como afirmaba José Martí, el más universal de los cubanos— de que “los libros sirven para cerrar las heridas que las armas abren”.

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