Frei Betto y la educación popular desde el séptimo arte
Frei Betto es un entrañable amigo de Cuba. Le profesa un inquebrantable afecto a la Mayor de las Antillas, fruto de su espíritu de lucha en defensa de las causas justas y de su amistad con Fidel Castro, forjada desde una profunda admiración. Eventos de pedagogía, literatura, ciencias, de política, han contado con su sapiencia para contribuir al entendimiento de los pueblos. Ahora, llega hasta el evento cinematográfico más importante del país: el Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano.
El documental La cabeza piensa donde pisan los pies: Frei Betto y la educación popular se presentó este viernes en las pantallas de La Habana. Dirigido por Evanize Sydow, el audiovisual brasileño ofrece una mirada a un pilar esencial de la obra de Betto, la educación popular, y especialmente a su aplicación de la metodología de Paulo Freire.
En 65 minutos se muestra el papel vital que el teólogo desempeñó en la aplicación de la educación popular en Brasil, y se recorre la trayectoria de toda una generación de militantes sociales hasta desembocar en el Movimiento de los Trabajadores Rurales Sin Tierra.
Sydow, destacada cronista brasileña, conjuga elementos de ficción y documental que deviene también homenaje a los 80 años del intelectual, autor de reconocidos títulos como Fidel Castro y la Religión: Conversaciones con Frei Betto.
La cabeza piensa donde pisan los pies: Frei Betto y la educación popular forma parte de una serie de cuatro largometrajes que incluyen tres documentales y otro de ficción sobre el escritor, teólogo y activista brasileño, todos dirigidos por sus biógrafos Sydow y Américo Freire.
Según explicaron a la prensa sus realizadores, el audiovisual recorre la carrera activa del fraile dominico y su proceso de diálogo con el método Paulo Freire, así como por hechos insólitos y sorprendentes, como su paso por el teatro como asistente de dirección de Zé Celso Martinez Corrêa, en la producción original de la obra El rey de las velas. También relata su experiencia en prisión con presos comunes, cuando aplica su tiempo de teatro con ellos, utilizando técnicas y montando obras.
En materia de formación, se presenta su llegada a Vitória, la vida en la favela y el trabajo de sensibilización social. El regreso a São Paulo y las articulaciones con los trabajadores y los movimientos sociales, siempre desde la perspectiva de la educación popular como instrumento de autonomía.
Para Betto fue una sorpresa hacer este trabajo, porque durante muchos años negó colocar su imagen en película o material alguno de cine o televisión, confesó a la prensa. “Rechacé por décadas a presentar mi cara en los medios audiovisuales, quizás porque es como un síndrome de los escritores de estar solamente por detrás de la palabra escrita”.
Aunque renunció a muchas invitaciones, con la revolución digital cambió de posición y aceptó el proyecto al que calificó de interesante.
“Me hicieron millones de preguntas y entonces decidieron publicar un libro con prólogo de Fidel. Finalmente, los realizadores tuvieron la idea de transformar parte del libro en un documental y aquel audiovisual se multiplicó por cuatro documentales y una película de ficción”.
El resultado de este audiovisual bien podría definir la labor de Betto como educador, progresista y defensor de la cultura y los pueblos. Precisamente, confirma una frase que ha repetido en varias entrevistas: “No hay política progresista sin un trabajo de educación popular”.