Fiebre (re)colonizadora
En un exceso de fiebre colonialista, en el libelo floridano donde cualquier cosa se publica si contra Cuba y el socialismo apunta, espeta su pregunta quien, se nos dice al final, es el jefe de Opinión del diario El Español: “¿Podría el eje Florida-Madrid acorralar a la dictadura cubana en 2028?”.
Sólo quien desconozca lo que ha llovido de independentismo y dignidad sobre este archipiélago irredento, desde que en 1959 emprendimos el tránsito hacia el “reino de la justicia”, podría aventurarse a lanzarla.
Y no merecería, ni un minuto de nuestra atención, si no fuera otro indicio de la concertación multipartidista que desde la exmetrópoli se articula contra los procesos emancipatorios en Nuestra América. De un elitismo humillante que comparten el colonialismo y fascismo. Si no fueran nuevas manifestaciones de esa añeja arrogancia colonialista que le espetó a Chávez aquel “¿Por qué no te callas?”, cuando se denunciaba el neoliberalismo y el intervencionismo de Aznar, en la 17 Cumbre Iberoamericana.
Si en tal interrogante no tuviera su guarida la posibilidad de regresarnos a tiempos de la colonia, de que otra vez en Madrid se decida el destino de los cubanos, qué se piensa y cómo se respira, quiénes, selectos de sangre azul, presentándose como “liberales”, aplasten el cuello de una mayoría excluida, asfixiada en la ignorancia. Aunque, reconoce, en “la Madrid americana” se les disputa ese rol de neocolonia a “la Florida española” (como Madrid a Miami la centralidad de la contrarrevolución). Por estrangular nuestros cuellos, por ahora y para todos los tiempos.
Desde una y otra “M” calenturienta, apuestan a que la disyunción martiana de “O Yara o Madrid”, termine suplantada por el “sueño americano” de la anexión, con un “O Bayamo o Miami”, o por la resignación colonialista del “O Madrid o La Florida”. Invierten dinero y retórica para que en ese eje-yugo vean los cubanos “de vientre” la “salvación” de Cuba. Subestiman a los cubanos “de ala”. Subvaloran nuestra secular elección de ser “homagnos”, con la estrella que “ilumina y mata”, y fi(d)eles defensores de cuánto se ha sembrado desde que nos cortamos las cadenas con la luz de la enseñanza; con ese: “Yo no les digo cree, sino lee”.
“(…) Invierten dinero y retórica para que en ese eje-yugo vean los cubanos “de vientre” la “salvación” de Cuba. Subestiman a los cubanos “de ala” (…)”.
Se hace evidente, el panfletero redactor, además de tomar de partido por la Ayuso, en su “tiradera” contra el presidente español y hasta con Casado, pretende vendérnosla como un ejemplo de política. Por ello, riega sobre el tapete sus “resultados” en la comunidad de Madrid. Habría que preguntarle al millón de pobres de Madrid si para ellos la región es una “excepción positiva” o “la ciudad con mejor calidad de vida del planeta”. ¿Se atrevería a decírselo a los de San Cristóbal?
En el Madrid made in USA de Isabel Ayuso, con una población de 6,7 millones, el 15% de la población vive bajo el umbral de riesgo de pobreza. Para Luis Ayala, catedrático de Economía en la UNED, “Madrid es un ejemplo de profundización de desigualdad”. El 20% más rico de la población gana 6,5 veces más que el 20% más pobre. La media nacional es de 5,9. Además, tiene los datos más negativos de toda España en segregación escolar, y en Europa “solo los supera Hungría”, según Luis Moreno, profesor de Investigación (Ad Honorem) del CSIC.
Por demás, la sube en el podio de los liberales y demócratas. Cuando es tan demócrata como Donald Trump, su ídolo, condición que también la iguala a su “clon” Ron De Santis. Cuando se sabe que si el liberalismo de los autonomistas del siglo XIX llegaba hasta la puerta del barracón, el de los neoliberales madrileños se encierra en los límites de sus propias pieles de distinción. No hay límites a su anticomunismo, ni libertad de expresión contra sus mentiras y manipulaciones. Por eso, la “Marine Le Pen española” y los medios que la promueven, recién llamaron “radicales” y “totalitarios” a los estudiantes de la Universidad Complutense de Madrid que “recibieron” con “¡Fuera los golpistas de Miami!” a los golpistas y anexionistas Leopoldo López y Yunior García.
Se entiende que a los nostálgicos del General Franco les resulte muy atractiva la campaña de De Santis para “pintar” al comunismo como un régimen más cruel y sanguinario que el fascismo, y “adoctrinar” a los niños con tales relatos en las escuelas de su Estado. Pero de ahí a pretender demostrar alguna superioridad de la Ayuso y De Santis por las estrategias “propias” frente a la epidemia, con respeto a la gestión del gobierno cubano, eso sí que lo pinta como un periodista muy desinformado, o un empedernido imitador de Joseph Goebbels.
Apunta el propagandista que “Isabel Díaz Ayuso es el mayor fenómeno pop de la política española”. Y al hacerlo, deja al desnudo la fe que apuntala su respuesta: “Hay razones para pensar que sí”. Más que un especulador es un devoto de las potencialidades colonizadoras del matrimonio entre la “espectacularización de la política” y la “politización del espectáculo” que han tenido en Miami el principal escenario. Simbolizado en el abrazo de la Ayuso y Yotuel en la sede de la Comunidad de Madrid.
El abrazo del cálculo con la inconsecuencia, del águila y el leopardo. Ella, muerde la mano de Casado, quien la promovió cuando tan solo gestionaba el perfil de Twitter de Pecas, el perro de Esperanza Aguirre. El de los pronombres, la del “hijo de la Malinche” y la de sus ascendientes “condenados de la tierra”, al celebrar la “Hispanidad” en la capital española, el mismo 12 de Octubre; semanas después de la gira de Ayuso en Estados Unidos, para reivindicar el “legado español” en América y calificar al activismo indígena como “el nuevo comunismo”. Y cuando escenifica, en la alfombra roja del MGM Grand Garden Arena de Las Vegas, el colmo de un colonizado que es anhelar parecerse al dominador, portar una capa como quienes coronaron la invasión y el genocidio en nuestra “Madre América”.
Cree el “pancho”, como los patrioteros que toma de referencia, que un hit recalentado puede borrar un himno redondeado sobre la montura de un caballo. Que en la tierra de Maceo los mangos de Baraguá andan bajitos y que se extraviaron los sentidos de “Libertad o Muerte” y de “Morir por la Patria es Vivir”.
“Cree el “pancho”, como los patrioteros que toma de referencia, que un hit recalentado puede borrar un himno redondeado sobre la montura de un caballo (…)”.
Su compatriota Manu Pineda, que recién estuvo por acá, le podría alertar qué tanto se equivoca.