Feria del Libro, evento que contagia

Odalis Acosta Góngora
23/3/2018

Evento contagioso el que cada año invade el país, plagando las capitales provinciales de atractivas propuestas culturales y recreativas pero, sobre todo, de una diversa literatura que nos motiva, en medio de esta era digital, donde a veces pareciera que los textos impresos están fuera de moda.
Todo lo contrario diría un buen observador, a juzgar por la amplia movilidad que se mantuvo en Artemisa, durante los cinco días que duró la Feria del Libro 2018, donde los lectores adquirieron decenas de valiosos títulos, algunos bajo el sello de la editora provincial Unicornio, así como otros de editoriales nacionales como Letras Cubanas, Unión y Ciencias Sociales.

Una calle en Artemisa, estuvo dedicada a la literatura de China, como país invitado a la Feria del Libro.
Fotos de la autora

 

Epifanía de la mulatez: historia y poesía, de Fernando Ortiz; Cienbotellas en una pared, de la autoría de Ena Lucía Portela; Catalina, de Mario Coyula; Con el alma en el terreno, a cargo de Leonardo Padura y Raúl Arce; Historia de mujeres grandes y chiquitas, de Sonia Rivera Valdés; Pedro Luis Lazo: el rascacielos de Cuba, de Juan A. Martínez de Osaba, estuvieron entre de las propuestas.

Más de 230 nuevos títulos y unos 250 GB de literatura digital, se pusieron a disposición de los artemiseños, además de una selección acabadita de estrenar por Unicornio, por ejemplo, los dedicados al público infantil: Cuentos de la campiña del Quiensabe, de Reinaldo Duret; Los objetos que no obedecían a su dueño, de Jesús Sama Pacheco; y Mis cuentos favoritos, de Luisvel Díaz.

También del terruño son: América lontana, una novela de Cecilia Valdés Sagué; Carrusel de palabras para Lucy, de Milca Cancio; El olor de las intenciones, de Mireisi García; Quien llega a los andenes, poemario de Gilda Guimeras; y Solemnidades de la Risa, teatro para adultos de Juan José Jordán.

Danilo Felipe Díaz, en intercambio estrecho con el público lector, habló de su obra Una nota olvidada sobre un buró, según cuenta, es una serie de cuentos inspirados en  situaciones muy serias, a pesar de lograrlos con un lenguaje popular, que sólo persigue el propósito de hacer reflexionar a los lectores acerca de realidades de la vida diaria.

Otros conversatorios estuvieron dedicados al aniversario 130 del fin de la esclavitud en Cuba, la vida y obra del escritor Alberto Rodríguez Tosca, la literatura llevada al cine, la obra poética de Lina de Feria, al doctor Eusebio Leal Spengler, a quien se dedica el evento, y a la República Popular China, de quien se profundizó en aspectos como la cultura culinaria.

La vigesimoséptima Feria del Libro en Artemisa coincidió con la Jornada por el Día de la Prensa Cubana. No es de extrañar entonces que figuras como Marta Rojas, destacada periodista y narradora; y Ciro Bianchi Ross, Premio Nacional de Periodismo José Martí, intercambiaran con colegas del territorio y con estudiantes de la carrera de Comunicación Social.

 La destacada periodista Marta Rojas, presentó su libro El equipaje amarillo, e intercambió con periodistas
artemiseños en el contexto de la Jornada por el Día de la Prensa.

 

Ciro habló de los retos actuales del periodismo en nuestro país, de su experiencia como cronista y sagaz investigador de la historia de la Cuba republicana entre 1902 y 1958, en tanto Marta  no pudo despojarse de sus pasajes y recuerdos que conserva del asalto al Cuartel Moncada, de las circunstancias  en las que conoció al moncadista artemiseño Ciro Redondo, y de sus anécdotas con Fidel Castro, tanto en el juicio como después del triunfo de la Revolución.

La Feria del Libro en la joven provincia crece en cuanto al nivel de aceptación por parte de los diversos públicos. Esto obedece quizás a los elevados estándares de organización que va adquiriendo y al gusto estético que cada año es superior por parte del Comité Organizador.

Zonas aledañas al Parque Libertad y a la Biblioteca provincial CiroRedondo García, se colman de quioscos de un perfecto acabado, que facilitan la venta de libros y de productos gastronómicos.

Los principales pabellones, entre ellos el infantil La llave de los sueños, continúan con sus marcados objetivos de presentar nuevas publicaciones y propiciar un espacio para que los lectores intercambien con los autores de determinados textos, sin embargo, las facilidades se extienden a otras áreas, que en tiempo de feria, amplían su horizonte, por ejemplo, el Coppelia, donde se habilitó, además, una sala de navegación Internet.

El acontecimiento cultural impregna sus raíces en Artemisa y sus pobladores esperan cada año esta fiesta que los llena de conocimientos y alegrías.

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