Considerada el evento cultural más importante del país, la Feria Internacional del Libro deviene cada año oportunidad para concretar la máxima de José Martí cuando afirmó que leer es creer, pues se trata de un contexto donde el máximo ganador es el interés por la lectura en la población para cultivar el espíritu a través de las letras.

Aun cuando la agitada modernidad propone novedosos formatos digitales, estos no desplazan el exquisito placer de hojear un texto, página a página, para adentrarse en la multiplicidad de universos que cada libro ofrece.

Durante cinco días, la edición 28 de la cita se apoderó de varios espacios de la medio milenaria urbe colonial de Camagüey, incluso otros abrieron sus puertas por vez primera para la ocasión.

El legendario Casino Campestre, mayor parque urbano del país, devino otra vez principal escenario de la edición lugareña de la fiesta de las letras, sitio que acogió, entre otros, el Pabellón Infantil Tesoro de Papel, un oasis para el desarrollo de diversas actividades dirigidas a los niños.

Ahí, además de la lectura, fueron los magos y payasos, los narradores orales y los encargados de los proyectos socioculturales comunitarios, quienes amenizaron cada jornada con la participación de cientos de pioneros de numerosas escuelas de la ciudad, arropados en la refrescante floresta del citado gran parque camagüeyano.

Por vez primera, la Gran Librería, antes en el Centro Cultural Recreativo Casino, se trasladó al recién inaugurado Recinto Ferial, lo cual, sin dudas, le dio una mayor movilidad y visualidad al evento, aunque también se activaron puntos de ventas en la Biblioteca Provincial Julio Antonio Mella y en varias librerías de la urbe.

Etapas de lujo

Otro de los momentos más importantes fueron los encuentros sostenidos por el periodista español Ignacio Ramonet con escritores, jóvenes creadores y profesionales del territorio, contexto en el que intercambió sobre política internacional, medios de comunicación, y realizó una presentación especial de su obra Cien horas con Fidel.

Además, recibió aquí el Gran Premio del Lector 2018 por ese título, el cual resultó la obra más vendida y de más rápida circulación comercial en el año precedente. Según declaró a la prensa local, la Feria es un fenómeno cultural único de referencia internacional, y una forma de democratizar la cultura.

Presencia del arte joven

Alrededor de 300 títulos de 13 editoriales se comercializaron, mientras en la Carpa de la Reina, sede de las actividades de la filial camagüeyana de la Asociación Hermanos Saíz, la música, la poesía y el arte joven, junto a descargas de trova, y varios encuentros entre los lectores y su público, fueron de las propuestas con más acogida.

En el lugar, de constante afluencia, se debatió acerca del quehacer cultural y los retos de la actual creación joven en el país, y entre los libros propuestos a su público destacó Fidel y la AHS, compilación de Elier Ramírez que aglutina intervenciones inéditas del Comandante en Jefe durante dos encuentros que sostuvo con jóvenes artistas e intelectuales en los años 1988 y 2001.

Oficialmente, ese material se presentó en octubre último durante el III Congreso de la AHS, estudio que manifiesta la visión antropológica de Fidel en temas relacionados con la sociedad, y el protagonismo de los artistas en el proceso revolucionario cubano.

El hecho de que se extienda a las demás provincias, comentó, me parece muy justo para equilibrar este tipo de acciones entre la capital y el resto de los territorios, es una manera de promover el intercambio de los escritores locales con su público en cada región.

Sin embargo, no todo culmina, pues hasta comunidades rurales y varios municipios se extendieron las acciones literarias con el objetivo de promover el hábito de leer, lo cual convierte la cita en un foro de pueblo y de todas las instituciones, sin dudas, una de las fortalezas del territorio.