FAMCA se impone con fuerza

Joel del Río
25/1/2019

Para comprender el inusitado homenaje del ICAIC a la Facultad de Artes de los Medios de Comunicación Audiovisual (FAMCA) es preciso comenzar reconociendo cierta subestimación, bastante generalizada, que esta escuela ha padecido. La desestimación proviene, entre otros factores, del cotejo con la Escuela Internacional de Cine y TV (EICTV), de San Antonio de los Baños, y la comparación termina siendo, como se decía en otra época, una pelea de león para mono, con este último bien amarrado e indefenso.

Foto: Muestra Joven
 

Con una infraestructura, recursos, salarios y un plantel de profesores incomparablemente más pequeño que su coetánea de San Antonio de los Baños, FAMCA sigue siendo la única facultad cubana, de nivel académico universitario —en tanto hace parte del Instituto Superior de Arte—, que se especializa en la formación de profesionales capacitados (realizadores, editores, sonidistas, productores, fotógrafos) para trabajar en el cine, la televisión y la radio de Cuba. Y la preeminencia que debiera tener la escuela de Primera y Catorce se relaciona con esta exclusividad en la formación de estudiantes cubanos, pues aunque la EICTV incluye a compatriotas en estas y otras especialidades (como guion), la mayor parte de su matrícula, en un curso regular de solo tres años, está constituida por latinoamericanos y europeos.

La buena nueva de hoy mismo consiste en que, paulatinamente, y luego de sucesivas olas de talentosos graduados, sobre todo después del año 2000, FAMCA está comenzando a ser vista con mejores ojos por todos y todas, incluido el sistema institucional de la cultura. O quizás debamos decir que simplemente está comenzando a ver vista, y apreciada. Por ejemplo, una señal promisoria, del interés de las instituciones cubanas por estimular y localizar el relevo, puede ser la muestra de significativas obras producidas por esa escuela que programa la sala 3 del Multicine Infanta, a propósito precisamente del imperativo de ratificar y celebrar un convenio recientemente firmado entre el ICAIC y esa Facultad, para fortalecer el intercambio y las relaciones mutuamente ventajosas. Debe reconocerse también, para ser justos, que la muestra-retrospectiva en un cine importante de la capital llega después de una larga lista de premios para egresados, o estudiantes, de la Facultad en la Muestra Joven, y también se impone señalar la sistemática programación de cortos de un minuto, o de tres, por la pequeña pantalla, en espacios como Una calle y mil caminos, y otros varios.

Tal vez al espectador, cinéfilo normal, le interesen más los filmes importantes generados en FAMCA que los convenios y los vericuetos de las relaciones institucionales, de modo que trataremos de recomendar algunos de los más notables incluidos en esta muestra del cine Infanta. Toda historia del audiovisual cubano que se respete debiera contener, al menos, tres títulos producidos por egresados de FAMCA y devenidos clásicos recientes: Video de familia, que puso sobre el tapete la necesidad de resolver todas las diferencias, de cualquier tipo, al interior del núcleo familiar; deMOLER, que dilucida el impacto emocional de los trabajadores azucareros en plena crisis de esa industria; y Buscándote Havana, dedicada a razonar, críticamente, sobre la emigración a La Habana desde las provincias orientales. Realizadas entre los años 2001 y 2006 por Humberto Padrón, Alejandro Ramírez y Alina Rodríguez, respectivamente, estas tres obras han sido menos vistas de lo que se debiera, de modo que la muestra del cine Infanta puede ser la oportunidad para encontrar este tipo de audiovisual juvenil, crítico, inconforme, preocupado por el presente, el pasado y el futuro de Cuba.

Y para que el lector comprenda que el reconocimiento a las obras generadas en FAMCA dista de ser un capricho de última hora de este redactor, recurro a un fragmento de una crítica escrita por Rufo Caballero en la revista Revolución y Cultura, de un año tan distante como el 2002. Aseguraba el riguroso crítico que Video de familia tiene como principal virtud “que una videocarta aporta el retrato más visceral de la familia y la sociedad cubana que el universo audiovisual de este país ha conocido desde que no está Titón. Cierto que su película es muy manipuladora: todo en esta vida lo es; la suerte de las cosas depende entonces de la inteligencia y la sutileza cultural con que la manipulación se urda. Y precisamente la destreza en la movilización de los sentimientos, la argucia en la forma de enfundar la emoción en la idea, son las razones que explican el impacto afectivo que recupera el audiovisual cubano con Video de familia, luego de muchas películas menores o peores, pero casi siempre prescindibles”.

Respecto a deMOLER, Carmen Lorenzetti asegura en el artículo “Postutopía en la Isla de la utopía”, que este documental “retoma de un modo nostálgico y romántico el parecer de diversos operarios a propósito del desmantelamiento de las fábricas de azúcar donde laboraban. Los primeros planos de estos hombres se contraponen a la visión de las cercanas y majestuosas máquinas, que adquieren visualmente el valor heroico de los titanes vencidos, pues serán transformadas en polvo, y lo único que permanece entre todo será el operario, el hombre, pequeño y vulnerable. Hay un mundo que desaparece, el de las antiguas fábricas y el trabajo en los cañaverales, y todo ello se muestra cual metáfora del fin de una era, de una utopía, e incluso de un sistema de valores que incumplen las exigencias de una era globalizada, hipertecnológica y mediática”.

En deMOLER “Los primeros planos de estos hombres se contraponen a la visión de las cercanas y
majestuosas máquinas, que adquieren visualmente el valor heroico de los titanes vencidos, (…) y lo único que
permanece entre todo será el operario, el hombre, pequeño y vulnerable”. Foto: Alejandro Ramírez Anderson

 

Buscándote Havana retoma el tema del agravamiento de la precariedad habitacional desde finales de los años 90, y se concentra en las adversidades que sufren centenares de capitalinos con muy escasos recursos, sin vivienda, o incapacitados para restaurarlas. El documental corrobora la complejidad del paisaje social capitalino, retratado también por numerosos documentalistas extranjeros y por infinidad de videos musicales, los cuales operaron, con una frecuencia que merecería estudio aparte, en una suerte de idealización de las ruinas o embellecimiento de la pobreza. De todas formas, Buscándote Havana fue una de las obras que permitió hablar de la reanimación del documental sobre la base de profundizar en la realidad nacional a partir de búsquedas críticas o reveladoras de lo inmediato y lo distante, lo contingente y lo evasivo, con la sana intención de favorecer la perturbación y el debate.

Pudiéramos encontrar muchas otras obras generadas en FAMCA y elogiadas por los críticos y especialistas. Pero volvamos a los egresados más recientes y a la muestra del cine Infanta. También se esbozan inquietudes relacionadas con eventos del pretérito, para atrevernos a pensar el presente y hasta el futuro, en Días de diciembre, tesis de graduación de la realizadora Carla Valdés, que ganó el premio al mejor documental en la Muestra Joven. Días de diciembre examina el legado cubano de la guerra en Angola, desde el punto de vista de los familiares, los veteranos, los sobrevivientes, a través de sus reflexiones y testimonios, y representa una de las pocas reescrituras documentales sobre el tema del internacionalismo cubano en África.

En una clave más lúdica, sin apartarse de cierta seriedad reflexiva, aparece Molotov, un collage de músicas e imágenes que dirigió Irán Hernández cuando todavía era estudiante. El documental prescinde de convenciones como la voz en off o las entrevistas, para edificarse sobre los principios del fotomontaje y la animación, y así reflexionar sobre la rebeldía juvenil en la segunda mitad del siglo XX, y el imperativo de conservar el espíritu de inconformidad y cuestionamiento.

Sería demasiado extensa la lista de obras que se proyectan en el Infanta para celebrar la existencia de FAMCA, que sigue siendo, insisto, la única institución cubana de estudios audiovisuales superiores vinculados a nuestro sistema educacional, una escuela que continúa aportando, año tras año, una indispensable cuota de renovación al panorama audiovisual y cultural cubano.