Evocación a Miguel Hernández. Pablo G. Lleonart
Miguel Hernández
Sentado sobre los muertos
Sentado sobre los muertos
que se han callado en dos meses,
beso zapatos vacíos
y empuño rabiosamente
la mano del corazón
y el alma que lo mantiene.
Que mi voz suba a los montes
y baje a la tierra y truene,
eso pide mi garganta
desde ahora y desde siempre.
Pablo G. Lleonart
Apuesta
Al hipódromo se va a algo más que correr caballos/ se gana o se pierde dinero en dependencia de las variables meteorológicas/ y de cómo le asiente el inverno a tu caballo preferido/ los caballos no son buenos para correr en tiempos de frío/ en cambio sí son buenos para vivir en ellos/ yo una vez fui un caballo en pleno enero/ y nadie quiso vivir en mí
En esta vida hay que ser caballo me dijo mi padre/ cuando el hombre se agota solo queda la opción del animal imprescindible/ recuerdo que en mayo una vez fui caballo arrojado al río/ veintiún grados latitud norte del Ecuador/ en donde sobraban todas las cosas menos el hombre
El caballo se yergue a la altura de cualquier situación histórica/ quién no recuerda a Bucéfalo, Marengo o Palomo/ en el hipódromo a pesar del clima o la coyuntura del momento/ mi padre me enseñó apostar todo por Baconao/ no importa que sea solo el caballo de una carrera/ en esta vida, dice mi padre, hay que ser agradecido/ hecha, desde entonces, mi apuesta está