Estrena La carpetica de yarey Guiñol Polichinela

Vasily M. P.
23/4/2018

Entro al teatro Abdala con mucha expectativa. El guiñol Polichinela estrena una obra de Lázaro Rodríguez Paz, en una puesta en escena pensada para jóvenes y adultos, concebida por Yosvany Abril Figueroa. Salgo del teatro Abdala, en esta noche de sábado 20 de abril de 2018, agradecido y feliz.

La obra del dramaturgo Lázaro Rodríguez Paz es redonda en su argumento y estructura, capaz de ser devorada por el más exigente de los teatristas, teatrólogos, amante de las artes, directores, realizadores, y cuanto seguidor de las artes dramáticas quiera presenciarla. Pareciera sencilla, a primera vista. Pero su complejidad surge cuando se empieza a comprender la magnitud del drama que nos cuenta. Y lo simbólico que resulta todo lo que nos representa. Y es, a mi juicio, la cubanidad defendida a ultranza y sacada a relucir desde lo profundo de la convicción animal.


Yosvany Abril Figueroa, Director General del Guiñol Polichinela.
Foto: Radio Surco
 

La historia es bien sencilla. En una escuela de animales del bosque, la Lechuza, que es la profesora guía del grupo, propone elegir a un Presidente Honorario para que los defienda del maltrato animal que sufren por adultos y niños. Los animales comienzan a cuestionar el proceso al no creerlo necesario. Solo tres de los animales presentes sí lo comprenden y se autoproponen para el cargo: el Faisán, el Flamenco y el Pavo Real. Este proceso de elecciones desata lo ya sabido en la naturaleza del cubano, argumentos saturados de malas intenciones, envidia imperante, ambición y egolatría, ceguera social, entre otros disturbios.

La obra marcha entonces por un camino bien interesante y es a partir de que los otros animales, un Perro, una Culebra, y un Carey, proponen a la Jutía para Presidente Honorario por sus cualidades superlativas y ser la mejor alumna del aula. Esto desata la inconformidad de los tres autopostulados. Así se inicia una batalla campal contra la Jutía, pues ellos consideran que la misma no tiene “ni donde caerse muerta” y, por lo mismo, nada que ofrecer a los otros. Y ellas sí, pues las tres tienen parientes lejanos en otros países. Lo que le sigue es la defensa más bella que he visto de la cubanidad, de la humildad, de los valores más humanos de todo aquel que se sienta digno y sea honorable.

La Jutía es un animal autóctono de Cuba. Lo único que posee, es una carpetica de yarey. Con ella es capaz de maravillar a todo el mundo. Aquí se refuerzan los símbolos de cubanía, de respeto por la humildad y la exaltación de los valores humanos más legítimos: la honradez, la humanidad. Y todo con un nivel de limpieza dramatúrgica que permite al espectador de cualquier nivel cultural, enfrentarse a sus propios pensamientos y prejuicios, y tomar conciencia de la importancia de valorar lo bello y lo humano por encima de cualquier propiedad.

Aplaudo la actuación de Rafael González en el rol de la Lechuza. Se conjugan en su personalidad movimientos corporales muy naturales, con sonido y proyección vocal envidiables. Los hombros se mueven con el ritmo y cadencia propios de las lechuzas. Sus manos no hacen nada más allá de personificar lo que intentan las palabras duras o las palabras de miel. Y su mirada, a pesar de la máscara que tiene puesta y unos espejuelos gigantes, dice un tanto más allá de que lo que le toca decir en cada parlamento. Y es que Rafael González pareciera estar imbuido en una cuerda actoral bien concentrada en querer comunicar con cada centímetro de su cuerpo. Y cada parte de su ser le responde con armonía, vivacidad y maestría. Siento orgullo al conocer a este joven actor y saber, o creer que lo sé, que estoy ante uno de sus mejores papeles como actor. Con el tiempo se verá si llevo o no razón. Hay muchas más cosas que pudiera acotar, pero mi muro es solo un muro en el Facebook de este mundo. Por lo pronto, me voy feliz, agradecido, pleno, porque el Guiñol Polichinela de Ciego de Ávila ha estrenado una obra que dará mucho de qué hablar en el panorama teatral de esta ciudad de los portales a la cual me siento orgulloso de pertenecer.