Estas palabras a estas alturas

Víctor Casaus
23/10/2020

Para Fayad, hermano.

Sobre la niebla poderosa de mi país te escribo

a veinte mil pies sobre el nivel de tus pies

suspendido como un loco entre el cielo y la tierra,

ahora atravesando una tormenta tropical,

una bruma que envuelve por minutos al Iliushin.

Pero dejemos eso mejor para decirte

estas palabras a estas alturas, Fayad

aquí, al reverso de tus letras, en el fondo

de tu libro;

donde relinchan y cruzan las yeguas de tu infancia,

las miserias y las lágrimas de entonces

y desde donde ves los soles violentos

de la Revolución que compartimos y nos reparte

por esa superficie azulosa que se extiende

allá abajo,

por esos rectángulos que resultan ser granjas,

por esas líneas amarillas que vienen a ser

las carreteras del país

y por esas sombras, que no dudo sean las guásimas

que he visto en tus poemas.

Por sobre soles marchitos y sobre todo

sobre lágrimas   angustias   ruinas

de nuestro pasado peor.

Sobre mentiras y despojos

y sobre aquel tiempo del que no quiero

ni acordarme, Fayad.

Yo quería   quiero   querré siempre

levantar esta mano de hermano mayor

para saludar mientras pasan a tus sueños

más viejos

y a tus nuevas visiones

Yeguas   guásimas   candiles   güijes   calles

verjas   infancias   tierras   lámparas

canten y relinchen y alumbren

esta soledad de los veinte mil pies de altura

sobre la tierra azulosa que nos hizo crecer

y sobre la que fundamos un tiempo abierto y claro,

como ese que se acerca aquí y ahora,   iluminando

el avión y las nubes.

18 de julio, 1973, sobre Oriente.