Estados Unidos y Cuba ahora están participando en muchas más áreas que lo que se ha visto en más de medio siglo

Granma / Foto: Juvenal Balán
22/3/2016

(Versiones Taquigráficas-Consejo de Estado)

Buenas tardes, presidente Castro; a usted, al gobierno de Cuba y al pueblo de Cuba, gracias por la bienvenida que me ha extendido así como a mi familia y a mi delegación.

Por más de medio siglo ver a un presidente de Estados Unidos aquí en Cuba era algo impensable, pero esto es un nuevo día: es un nuevo día entre nuestros dos países.  Con su venia, señor Presidente, me voy a salir un poquito del tema, porque durante este fin de semana recibí la noticia de que uno de nuestros in­fantes de la marina, de Temecula, de California, falleció en el norte de Iraq y fue un soldado honorable. Noso­tros ayudamos al gobierno de Iraq en el problema del grupo terrorista… , y quiero enviar mis pensamientos, mis oraciones a todos los lesionados también. Esto es algo que sucedía a medida que embarcábamos en este viaje tan histórico, tan emblemático, tuvimos efectivos de nuestras fuerzas armadas que sacrificaron sus vidas en aras de avanzar en nuestras libertades.

Mi esposa, Michelle, y nuestras niñas vinieron. Mis niñas no quieren venir siempre con nosotros, son adolescentes, pero querían venir a Cuba a pesar de dejar atrás a los amigos y adolescentes, porque sabían que nosotros queríamos enseñarles la belleza de Cuba y de los cubanos.

En realidad nos emocionamos al ver a los cubanos que nos recibieron ayer sonriendo, saludando, cuando ve­nía­mos del aeropuerto. Agradecemos la oportunidad de también poder co­nocer la vieja Habana y también co­mer la excelente comida cubana. La visita a la Catedral nos recordó los valores compartidos: la profunda fe que sostiene a tantos cubanos y es­tadounidenses, y me dio también la oportunidad de expresarle mi agradecimiento al cardenal Ortega, quien conjuntamente con su San­tidad el Papa Francisco, hicieron tanto para apoyar que hubiera mejores relaciones entre nuestros gobiernos. Y esta mañana tuve el honor de rendirle homenaje a José Martí, no solamente por su papel en la independencia cubana sino también por esas palabras tan profundas que expresó apoyando la libertad en todas partes.

Traigo conmigo los saludos y la amistad de los estadounidenses.  En este viaje tengo conmigo 40 miembros del Congreso, demócratas y re­publicanos, es la delegación más grande que ha habido en mi presidencia, y eso indica la emoción y el interés de Estados Unidos con respecto al proceso que estamos realizando. Estos miembros del Con­greso reconocen que nuestra nueva relación con el pueblo cubano es de interés para ambas naciones. Tam­bién se suman al grupo líderes em­presariales, emprendedores, que es­ta­mos básicamente buscando nuevas oportunidades comerciales que generarán trabajo y oportunidades para cubanos y estadounidenses.

También me complace que tenemos en el viaje a muchos cubano-americanos; para ellos y para los más de dos millones de orgullosos cubano-americanos este es un momento que está lleno de emoción.  Desde que facilitamos los viajes entre nuestros países más cubano-americanos están viniendo a casa, y para muchos este es un momento de nueva esperanza para el futuro.

Así que, presidente Castro, le quiero dar las gracias por la cortesía y este espíritu de apertura que ha demostrado durante nuestras conversaciones. En nuestra reunión de Panamá, el año pasado, usted dijo que íbamos a hablar de todo, con su comprensión quizás hablaré un po­quito más largo de lo que lo hago normalmente. El presidente Castro siempre hace chistes conmigo, bromea sobre cuánto tiempo pueden durar los discursos de los hermanos Castro, pero yo me voy a extender un poquito, voy a hablar quizás un poquito más que usted con su comprensión.

Tenemos que ponernos al día con medio siglo de trabajo. Nuestra apreciación creciente en Cuba se rige por un papel principal que es avanzar en los intereses mutuos de los dos países incluyendo y mejorando las vidas de nuestras personas, cubanos y estadounidenses, y por eso estoy aquí. Como siempre digo, después de más de cinco décadas de muy difíciles relaciones entre nuestros gobiernos, no se van a transformar de la noche a la mañana; seguimos —como lo indicó el presidente Castro—, tenemos diferencias muy serias, incluyendo de­mocracia y derechos humanos. El presidente Castro y yo tuvimos unas conversaciones francas y honestas sobre estos temas.

Estados Unidos reconoce el progreso que Cuba ha tenido como nación, incluyendo logros extraordinarios en Educación y en Salud, y quizás lo más importante, afirmo, que el destino de Cuba no va a ser decidido ni por Estados Unidos ni por otra nación, el futuro de Cuba —es soberana y tiene todo el derecho de tener el orgullo que tiene— será decidido por los cubanos y por nadie más.

Al mismo tiempo —lo que hacemos cuando viajamos por el mundo entero—, quedó claro que Estados Unidos seguirá hablando, defendiendo la democracia, incluyendo el derecho que tiene el pueblo cubano de decidir su propio futuro. También lo haremos a favor de los derechos humanos universales, el derecho de expresión y culto, y mañana hablaremos con líderes de la sociedad civil en Cuba.

El presidente Castro también abordó lo que él vio, cuáles son las limitaciones que puede haber en Esta­dos Unidos sobre las necesidades básicas para el pueblo, inequidad, las relaciones raciales, y nosotros acogemos con beneplácito cual­quier diálogo que sea constructivo, puesto que nosotros pensamos que cuando com­partimos nuestras ideas y nuestras creencias más profundas con una actitud de respeto mutuo, podemos entonces trabajar bien y mejorar la vida de nuestros pueblos. Y parte de la normalización de las relaciones quiere decir que vamos a hablar so­bre esas diferencias de manera di­recta.

Me complace que acordamos que nuestro próximo diálogo de Dere­chos Humanos Estados Unidos-Cu­ba será aquí en La Habana, en este año, y nuestros países recibirán visitas de expertos independientes en Naciones Unidas, a medida que com­batimos la trata de personas, que acordamos que es una violación flagrante de los derechos hu­manos.

A pesar de hablar sobre estas diferencias, nosotros pensamos que podemos progresar en las áreas que tenemos en común.

Presidente, usted dijo en Panamá que quizás podemos estar en de­sacuerdo en algo hoy, pero quizás en lo mismo estaremos de acuerdo mañana, y eso ciertamente ha sido el caso en los últimos 15 meses y en los días que precedieron a esta visita. Y hoy puedo informarles que se­guimos avanzando cuando estamos verdaderamente normalizando las relaciones.

También estamos facilitando que haya más oportunidades para los estadounidenses viajar a Cuba e in­teractuar con los cubanos, un nú­mero creciente de estadounidenses ha aumentado este año, y entonces esta semana dimos aprobación para individuos estadounidenses que puedan venir para viajes educativos.

Aerolíneas americanas empezarán vuelos comerciales directos este año. Y con el anuncio de Seguridad Portuaria de la semana pasada, verdaderamente removimos un obs­táculo mayor para resumir todo lo que son cruceros y servicios de fe­rries. Eso quiere decir que podremos tener más americanos que podrán apreciar la increíble historia del pueblo cubano.

Estamos avanzando con más co­mercio. Con solamente 90 millas que nos separan, somos socios co­merciales naturales.

La semana pasada tomamos otros pasos, permitiendo que el dó­lar es­tadounidense se pueda usar más ampliamente en Cuba, dándoles a los cubanos más acceso al dólar en transacciones internacionales y permitiendo que los cubanos en Esta­dos Unidos puedan devengar salarios. Eso va a generar más oportunidades para el comercio y empresas conjuntas.

Acogemos con beneplácito el im­portante anuncio de Cuba que piensa poner fin al gravamen del 10% del dólar, que dará lugar a mayor comercio y a viajes. Y estos son pa­sos que, en realidad, muestran más apertura.

Con esta visita también acordamos nuestra cooperación en la agricultura para apoyar a nuestros agricultores y ganaderos.

Esta tarde hablaré sobre los nuevos acuerdos comerciales que están haciendo nuevas empresas americanas, cuando sigo pidiendo al Con­greso que levante el embargo co­mercial.

También hablé con el presidente Castro los pasos que instamos a Cuba que puedan permitir que haya más empresas conjuntas y que también las empresas extranjeras puedan contratar directamente a los cubanos.

Estamos avanzando en los esfuerzos para poder conectar a más cubanos a la Internet en la economía mundial. Bajo el presidente Castro, el objetivo de Cuba es llevar al mundo al cubano en línea.

Esta tarde hablaré sobre los pasos adicionales para ayudar a los cubanos a aprender, innovar y poder hacer negocios de línea, porque en el siglo XXI ningún país puede tener éxito si no tienen los ciudadanos acceso a Internet.

Estamos avanzando con más in­tercambios educativos. Gracias al apoyo generoso de la comunidad cubano-americana puedo anunciar que mi iniciativa one hundred thousand… va a ofrecer nuevas oportunidades para los estudiantes universitarios que estudien en el exterior. También tendremos más estadounidenses en instituciones educativas cu­banas y, viceversa, cubanos en Es­tados Unidos. También tendremos dis­ponibles para los estudiantes cu­banos más becas y más rotaciones, y también en alianza con el gobierno cubano tendremos más clases de in­glés para los maestros cubanos, tanto en línea como en Cuba.

Hoy mismo, cuando los cubanos se preparan para la llegada de los Rolling Stones, nosotros seguimos con más eventos e intercambios que conjugarán a los cubanos y a los es­tadounidenses.
Estamos verdaderamente entusiasmados con el juego de pelota de mañana entre el Tampa Bay y el Equipo Nacional de Cuba.

También estamos avanzando con acciones en salud, ciencias y medio ambiente.

Igual que los equipos americano y cubano trabajaron conjuntamente en Haití contra el cólera y en África contra el Ébola, y quiero felicitar a los médicos cubanos que aceptaron y tomaron esta tarea tan difícil para salvar vidas en África Occidental con nosotros y otras naciones, y agradecemos su ta­rea, nuestros profesionales americanos también cooperarán en nuevas áreas, previniendo la diseminación de virus como el Zika y también encabezando nuevas investigaciones en va­cunas de cáncer.

Nuestros gobiernos también trabajarán de la mano para proteger los hermosos océanos de esta región que compartimos. Como países ame­na­zados por el cambio climático, pienso que podemos trabajar de la mano para proteger las comunidades en las zonas costeras bajas, y estoy in­vitando a Cuba a sumarse a noso­tros y a nuestros socios en el Caribe y Centroamérica para que vengan a la Cumbre Regional de Energía esta primavera en Washington.

También quiero hablar sobre ma­yor cooperación en seguridad nacional. Estamos trabajando para profundizar nuestra coordinación en el orden público, particularmente contra narcotraficantes que amenazan a ambas naciones.

Quiero agradecer al presidente Cas­tro por facilitar todas las conversaciones de paz entre Colombia y las FARC, y somos optimistas de que los colombianos puedan lograr una paz justa y duradera.

También hablamos de Venezuela. Yo pienso que toda la región tiene in­terés en un país que arrastra sus re­tos comerciales, que responde a las aspiraciones de su pueblo y que es fuente de estabilidad en la región. Ese es el interés que yo pienso todos debemos compartir.

Nuevamente, presidente Castro, quiero darle las gracias por recibirme aquí. Y es justo decir que Estados Uni­dos y Cuba ahora están participando en muchas más áreas que lo que se ha visto en más de medio siglo. A medida que pasan los días más estadounidenses están viniendo a Cuba, más em­presas, escuelas, grupos religiosos es­tán trabajando aquí para forjar más alianza con los cubanos y más cubanos se están beneficiando de las oportunidades que va aportar este viaje en el comercio.

Entonces, básicamente no tenemos que nadar en medio de los tiburones para poder lograr los objetivos que hemos planteado y, como dicen aquí en Cuba, echar p’alante. A pe­sar de las dificultades seguiremos avanzando. Nos centramos en el fu­turo y tengo plena confianza de que si mantenemos este camino podremos brindar un futuro que sea me­jor y más brillante para los cubanos y los estadounidenses.
Muchísimas gracias.

(Versión de la traducción simultánea)