En el marco de la 33 Feria Internacional del Libro de La Habana se entregaron los Premios Alejo Carpentier y Nicolás Guillén, a través de los cuales se reconoció a cuatro obras literarias que sobresalieron por su excelencia en los géneros de ensayo, cuento, novela y poesía.
Integrados por figuras destacadas de las letras cubanas, los jurados otorgaron los galardones por decisión unánime y subrayaron la vitalidad de la creación literaria en la Mayor de las Antillas.
El jurado del Premio Alejo Carpentier de Ensayo, compuesto por Enrique Ubieta, Jorge Ángel Hernández Pérez y Jaime Gómez Triana, concedió una mención a Las minas secretas de la poesía, de Yanet Llovet González, y elogió su análisis meticuloso de la obra de Cleva Solís, figura que reclama mayor visibilidad en la historia literaria.

El premio en este género recayó en El archipiélago Lezama de Virgilio López Lemus, que sobresale por su profundidad investigativa y su capacidad para iluminar la trayectoria intelectual del autor de Paradiso. El texto, según el acta, “revela artistas clave y facilita el acercamiento a un pilar esencial de la cultura cubana”.
El tribunal del Alejo Carpentier de Cuento —integrado por Marilyn Bobes, Enmanuel Tornés y Lourdes González Herrero— premiaron “Mis noches con Julia Roberts”, de Jorge Ángel Hernández Pérez. La obra fue celebrada por su estructura narrativa cohesionada, el uso ingenioso del lenguaje y la tensión entre los deseos de los personajes y sus realidades. “Los relatos trascienden lo anecdótico, invitando a una reflexión más allá del tiempo narrado”, señaló el jurado.

En novela, los intelectuales Dazra Novak, Alberto Guerra Naranjo y Antonio Rodríguez otorgaron el lauro a Todo se desvanece, de Martha Acosta Álvarez, texto que cautivó al jurado por su audacia al emplear la segunda persona, creando un distanciamiento que intensifica los detalles dramáticos. La trama, que aborda temas incómodos como la pedofilia y las relaciones familiares, fue aplaudida por su “dialogismo constante y filosofía de lo cotidiano”, logrando una narrativa “tan compleja como conmovedora”.
Finalmente, el comité encargado del Premio Nicolás Guillén de Poesía —Basilia Papastamatiu, Virgilio López Lemus y Reinaldo García— reconoció con una mención a los textos El viento y las sibilas (Óscar G. Otazo) y Jaula de buceo (José Luís Serrano).

Asimismo, el máximo galardón fue para Central Patria de Ronel González Sánchez. El jurado destacó su fusión de prosa poética y verso libre, así como su capacidad para trascender el localismo: “Su cubanía no es cerrada; alcanza lo universal mediante un lirismo narrativo y conmovedor”.
En nombre de los premiados, Virgilio López Lemus agradeció los reconocimientos a través de palabras que mezclaron humor y solemnidad. Al compartir el podio con autores más jóvenes, bromeó: “Me ha tocado a mí seguramente por una razón de nada…”. Recordó al fallecido Francisco López Sacha, ganador en 2023, y elogió a los colegas: “Martha Acosta nos conmoverá con Todo se desvanece; Jorge Ángel Hernández nos divertirá con sus noches…”. Sobre Central Patria, confesó: “Saltó como un libro excepcional, un recuento de la época de los centrales azucareros”. Finalizó deseando la pronta publicación de todas las obras.