En manos de María Elena Llana el Premio Nacional de Literatura 2023
De las manos de Alpidio Alonso Grau, ministro de Cultura, y de Juan Rodríguez Cabrera, presidente del Instituto Cubano del Libro, la periodista y narradora María Elena Llana recibió este viernes el Premio Nacional de Literatura 2023 que se otorga en diciembre y se entrega, tradicionalmente, en el marco de la Feria Internacional del Libro de La Habana.
“Llana con Casas del Vedado se ganó el favor de especialistas y lectores que, aún transcurridos muchos años, buscan en él las claves de una literatura inusual, totalmente original”.
Según el acta del jurado —integrado por los escritores Nancy Morejón (presidenta), Olga Marta Pérez, Marilyn Bobes, Rafael Acosta de Arriba y Jesús Lozada Guevara— la autora de Casas del Vedado (Premio Nacional de la Crítica en 1984) posee una “precursora originalidad de su escritura que se ha destacado por el cultivo de temas más que peculiares”. Además, destacó el tribunal, junto a una indiscutible destreza estilística mediante la cual rompe ciertos mitos urbanos, sus personajes echan una mirada inédita al entorno social capitalino.
“Su voz ha contribuido a la formación de creadores posteriores cuyo centro se instala en la más refinada tradición de una vocación literaria al servicio de causas nobles y en favor de la imaginación, así como del buen hacer”, refirió el acta del jurado.
En las palabras de elogio, escritas por Marilyn Bobes y leídas en la Sala Nicolás Guillén del Complejo Histórico Morro Cabaña por Olga Marta Pérez, se destacó que Llana con Casas del Vedado se ganó el favor de especialistas y lectores que, aún transcurridos muchos años desde su primera publicación, buscan en él las claves de una literatura inusual, totalmente original, que convierten a su autora en el más alto referente de la llamada literatura fantástica en Cuba.
“Conocí a María Elena Llana en las oficinas de Prensa Latina en la década de los 80’ del siglo pasado. Entonces yo era una periodista y poeta principiante y ella una experimentada profesional, escritora por demás. Sin conocerla, sentía hacia su persona una justificada admiración que, con el transcurso del tiempo, no haría más que crecer, gracias a un conocimiento más profundo de su obra y al crecimiento de la misma hasta niveles que la convierten en una de las más notables (sino la más, a secas) narradoras cubanas de hoy”, alegó la escritora en sus líneas para la Premio Nacional.
“Como jefa de la Redacción Cultural, en la que yo laboraba, rememoró Bobes, nos exigía precisión y exactitud en el lenguaje, características que ella misma despliega con pulcritud asombrosa en sus libros cargados de humor, ironía, imaginación y un oficio que no parece aprendido, sino sacado de ese plus que diferencia al escritor correcto del maestro capaz de sorprendernos con esa alquimia de forma y contenido propia de la buena literatura.
“Desde 1965 cuando publicara en Ediciones Revolución su excelente libro La Reja, María Elena Llana mostraba su vocación por entender la realidad, no desde el macrocosmo, sino a través de sus reflejos y repercusiones en el individuo que la vive, atenta al devenir familiar y a las no predecibles circunstancias que actúan sobre las personas.
“A veces nos cuesta trabajo reconocer que a nuestro alrededor contamos con escritores que sobrepasan a otros ampliamente promocionados por los grandes medios de difusión y las míticas editoriales que nos imponen con su capacidad propagandística a quiénes debemos venerar desde nuestras aldeas. Ese es el caso, en mi opinión, de la autora a la que entregamos hoy un demorado pero muy merecido Premio Nacional de Literatura”, razonó Marilyn Bobes en el agasajo.
Por su parte, María Elena Llana agradeció el premio y las ocasiones anteriores en la que la nominaron. Concluyó sus palabras confesando la emoción que siente cuando los más jóvenes leen su obra.