En Holguín se respira Danza
5/10/2018
La denominada ciudad cubana de los parques, ubicada en la región oriental del país, se distingue por su activa vida cultural. En ella suceden anualmente eventos de carácter nacional e internacional, en los cuales confluyen las diferentes manifestaciones artísticas.
En el corazón de este pedazo de tierra se erige el teatro Eddy Suñol, que atrapa la atención, por su estilo arquitectónico, de quienes visitan Holguín. Durante el noveno mes del año este espacio se convierte en el escenario principal del mayor encuentro danzario de la zona, el Concurso de Danza del Atlántico Norte Codanza y Grand Prix Vladimir Malakhov.
Obra Sentidos, coreografía de Patricio Torres, interpretada por Diana Ortigoza, perteneciente a la
compañía Avances Internacional, de Paraguay. Fotos: Juan Pablo Carreras
Cerca de 100 bailarines cubanos y extranjeros, directores, coreógrafos e investigadores arribaron a finales de septiembre para participar en la quinta edición del concurso y la tercera entrega del Grand Prix.
Más que un espacio de competencia, el Vladimir Malakhov constituye una oportunidad de intercambio, creación y conocimiento. Artistas de Paraguay, México, Francia, Japón, España, Estados Unidos, Ecuador, Italia y Argentina, junto a compañías cubanas como Danza Espiral, Médula, Retazos, Danza del Alma y Danza Libre, prestigiaron cada jornada del encuentro.
La bailarina y coreógrafa mexicana Úrsula Verduzco, invitada a la cita, dejó un mensaje especial con su obra A flor de piel, acerca de la necesaria unidad más allá de gobiernos, fronteras y religiones.
En esta ocasión el conjunto Retazos, dirigido por la maestra Isabel Bustos, fue el invitado de honor. Su especialista en Relaciones Públicas, Daylén Ortega, expresó a la Agencia Cubana de Noticias (ACN) que para ellos era un privilegio estar en territorio holguinero.
“Los bailarines cubanos son maravillosos. Me llevo un recuerdo grato”, confesó a la ACN Diana Ortigoza, de la compañía paraguaya Avances Internacional.
Durante cinco noches sesionaron las rondas de competencia en el tabloncillo del Eddy Suñol, donde el exigente público apreció y aplaudió cada pieza. Pasos limpios, fuerza en los movimientos, escenografías sobrias y creativas, música atinada y luces que apoyaban la dramaturgia caracterizaron las obras finalistas, de las cuales el jurado escogió acertadamente las merecedoras de los diferentes galardones.
A flor de piel, puesta de Úrsula Verduzco, interpretada por la compañía Danza Libre, de la provincia de Guantánamo
Fue entonces cuando Thais Suárez, bailarina de La Habana, recibió el Grand Prix en interpretación por su entrega en Isla, escena del crimen, del coreógrafo Norge Cedeño. “Tras diez años de carrera un premio como este siempre es grato”, aseguró a la ACN la artista, mientras el público, en medio de una sala completamente llena, también se complacía con el reconocimiento.
En tanto el jurado otorgaba los galardones, la audiencia confirió el premio del auditorio a Candelaria Antelo, bailarina argentina radicada en España, quien junto a Arthur Bernard interpretó la pieza Je t’aime.
Por decisión de los evaluadores, encabezados por la estrella del ballet Vladimir Malakhov, los Grand Prix de coreografía y puesta en escena quedaron desiertos.
Cada septiembre, desde 2014 hasta el presente, en Holguín se respiran aires de juventud y creación. La novedad radica en que la próxima cita será en el 2020 y el concurso comenzará a tener un carácter bienal. Paul Seaquist, empresario y miembro del jurado, explicó que es importante no apurar los procesos creativos, pues necesitan tiempo de maduración y desarrollo.
En relación con ediciones anteriores, esta vez se pudo apreciar mayor madurez, solidez y seguridad en los movimientos, calidad en las obras, variedad temática y creatividad.
En el jardín de Aranjuez, coreografía de Inés María Preval, interpretada por Carlos Carbonell y la propia
coreógrafa, miembros de la compañía holguinera Codanza
Pasadas las noches de competencias el telón del teatro Eddy Suñol se desplazó, y bailarines de diversas partes de Cuba y el mundo retornaron a sus ciudades con el pecho inundado por los días de intenso bregar ante un jurado conocedor y una audiencia que sabe apreciar la buena danza.