Encontrar diversidad de decires, de búsquedas estéticas, de recursos expresivos y lingüísticos en torno a la canción, son algunos de los presupuestos que asume el evento de mujeres cantoras “Ella y yo”, que organizan las trovadoras Heidi Igualada y Marta Campos, y es auspiciado por el Centro Nacional de Música Popular junto al Ministerio de Cultura y el Instituto Cubano de la Música.

Foto: Tomada de Suenacubano
 

Llega a su cuarta edición, entre los días 24 y 28 de junio, este evento que nació dada la urgencia de reunir a cantautoras e intérpretes de la canción contemporánea, especialmente la trova. Hoy es una feliz realidad, que aun cuando se enmarca en la capital, propicia que hacia ella converjan representantes de todo el país y de naciones americanas que, satisfechas, acuden al llamado.

En momentos difíciles para la canción porque no siempre resulta jerarquizada a nivel mediático, este evento ha llegado a cubrir un espacio necesario, y en ese sentido asegura Marta Campos: “El evento es la respuesta al clamor de todas las trovadoras de la Isla por tener un espacio donde interactuar, intercambiar y mostrar modos de asumir la canción. En la medida en que esto se ha ido ponderando, el encuentro ha logrado afirmar el amplio potencial de la mujer creadora dentro de la música, porque si bien el centro de interés del evento es la canción trovadoresca, este ha ido ampliando su espectro dada la versatilidad de nuestras artistas, no solo del patio, es importante señalar.

“En el evento también participan hombres, ellos son los encargados del concierto de bienvenida; por ahí han pasado Héctor Luis de Posada, Yoan Zamora, y queremos que este año nos acompañe Eduardo Sosa. Ellos comparten un discurso que, desde la perspectiva de la mujer, aborda los más disímiles temas, desde el más universal de todos, que es el amor, hasta los que se vinculan a la esfera social.

“Es curioso ver —continúa Campos— cómo desde el exterior muchas trovadoras siguen contactando con nosotras, o sea, poco a poco nos hemos ido posicionando sobre todo en América, y ya contamos con participantes provenientes de Chile, Argentina y Paraguay; justo de esa nación en esta oportunidad tenemos confirmada la presencia de Mariví Vargas, que repite, pues nos acompañó en la primera edición. Esto también es muy reconfortante: saber que como ella hay otras féminas que quieren regresar al evento.

“Ojalá para la quinta edición podamos trasladarnos hacia otras provincias, al menos las más cercanas. Por lo pronto, una vez más agradecemos a la Sala Villena de la Uneac, porque además de los conciertos, nuestras invitadas ofrecen conversatorios acerca de su trabajo, así como aspectos distintivos de la cultura de sus respectivas naciones. Muchas de ellas son poetas, además, y eso sirve para involucrar dentro del conversatorio el hilo musical que une a la trova y la poesía.

¿Significa entonces que el evento “Ella y yo” está cumpliendo sus expectativas iniciales?

Siempre hay más por hacer, pero el encuentro se va acercando muy rápido a lo que necesitamos. Realmente la mujer trovadora siempre ha estado insertada en el ámbito cultural junto al hombre, aunque no siempre ha sido visibilizada, y de eso se trata, de que sean reconocidas en su justo valor, ni más ni menos. Creo que el decir trovadoresco de las mujeres tiene valores distintivos, por expresar los sentimientos de otra manera, tal vez con una poesía más elaborada en ocasiones, aunque no deje de ser enérgica cuando tiene que serlo.

Tomando en cuenta este propósito de que sean reconocidas en su justo valor, nos satisface grandemente lo que está sucediendo con la guantanamera Azucena. Apareció un día ella solita, la invitamos y ya está haciendo con acierto su propio camino, donde defiende el changüí y lo mezcla con pop o algún componente folclórico del terruño. Así te encuentras en Pinar del Río con una obra sólida como la de Yamira Díaz; en Villa Clara, Yaíma Orozco y Yeni Turiño andan solas por escenarios diversos; llegas a Las Tunas y está Iraida Williams, y en Santiago, Ariana hace jazz fusionado, de maravilla. Y es que entre todas estamos asumiendo la canción cubana de todos los tiempos con respeto, entrega, y por ahí vamos marcando un decir para estos tiempos.