El Triángulo, un proyecto cimentado en el deseo de hacer por los demás
Dos talentosos y emprendedores jóvenes residentes en el reparto La Güinera del municipio Arroyo Naranjo, aúnan esfuerzos y voluntades para contribuir al desarrollo artístico-cultural de su comunidad, con la ejecución de un proyecto denominado El Triángulo. Se nombran Libán Molina y Elvis Lobato.
El primero fue hasta hace muy poco tiempo el promotor cultural de La Güinera. Actualmente realiza las mismas funciones, pero en la filial del Fondo Cubano de Bienes Culturales, radicada en el aeropuerto internacional José Martí.
Mientras que el segundo, aunque se desempeña como activista cultural de la localidad, es un experimentado DJ que a pesar de su excelente quehacer como integrante de la Compañía Audiovisual Todo Mezclado, su mayor aspiración es tener su propia empresa para posibilitar la recreación de los jóvenes de su comunidad.
“El Triángulo es un proyecto cultural con marcado carácter inclusivo y humanista”.
“Tenemos nuestros respectivos trabajos, es muy cierto. Pero ello no significa que lo más importante para nosotros sea la atención a nuestro barrio. Somos deudores de este sitio que nos vio nacer y todo cuanto hagamos por cambiar, por mejorar su imagen, será siempre poco”, subraya Libán.
Cimentado en el deseo de estos jóvenes de hacer por los demás y en la firme convicción de ambos de nunca ser un problema, sino parte de las soluciones, el proyecto El Triángulo debe su nombre, explica Molina, “a la forma constructiva que tiene el edificio donde se pondrá en práctica, que justo representa esa figura geométrica”.
Seguidamente añade que “se trata de una sólida instalación que se construyó en La Güinera hace muchos años, para que fungiera como un Círculo Social. Abarca una extensa área y entre sus múltiples fines recreativos acogía la celebración de bodas y cumpleaños colectivos. Además de diversas presentaciones artísticas tanto de consagradas agrupaciones y solistas como de aficionados.
“Lamentablemente en estos momentos su estado constructivo es deplorable. Y nuestra propuesta es, así lo consignamos en el proyecto, restaurar esa edificación y convertirla en un espacio multifuncional que permita desarrollar un fuerte y amplio movimiento artístico y cultural. Es decir, lograr un mayor acercamiento de la cultura a los vecinos de este barrio, prestando la mayor atención, por supuesto, a los niños y jóvenes”.
El Triángulo, que es un proyecto cultural con marcado carácter inclusivo y humanista, propone dieciocho acciones que incluyen desde la siembra de árboles con vistas al embellecimiento de la zona, hasta la creación de espacios para el aprendizaje de las distintas manifestaciones del arte; un amplio y lucido escenario dedicado a las presentaciones artísticas de aficionados y profesionales y un área destinada a la realización de talleres y conferencias, cuyos protagonistas se prevé sean cultores del arte de diversas especialidades.
“Históricamente esta comunidad, refiere Elvis, ha sido considerada, desde el punto de cultural, como un barrio negativo, opaco, incapaz de hacer algo útil y hermoso. Sin embargo, es incalculable el talento artístico con que contamos. Entre sus residentes hay ceramistas, escultores, músicos, pintores y artesanos, con tremenda disposición para ofrecer sus conocimientos. Pero sus deseos no pueden materializarse por la carencia de un espacio.
“En nuestra comunidad hay también muchos niños y jóvenes que poseen habilidades innatas y talento para la práctica de determinadas manifestaciones artísticas.
“Es incalculable el talento artístico con que contamos”.
“La Güinera no cuenta con una Casa de Cultura, existe una casa comunitaria que no recibe la mejor atención por parte de los especialistas de la Dirección Municipal de Cultura, radicada en Arroyo Naranjo. Entonces, todo ese potencial artístico de aficionados lo estamos perdiendo por falta de asesoramiento y espacios. A partir de esos conocimientos argumentamos la importancia y necesidad de la ejecución de nuestro proyecto”.
Es a los jóvenes a quienes está dirigido básicamente este proyecto, que entre otros muchos aciertos, contribuirá además al rescate de tradiciones como las manualidades y los bailes populares y folclóricos, identitarios de esta región.
A juicio de Libán Molina y Elvis Lobato, de los que se asegura son pilares esenciales en la reanimación cultural que tiene lugar por estos días en el barrio, tarea que han asumido de forma gratuita y a la que le confieren pasión y entrega, “lo único que necesitamos los jóvenes de La Güinera son opciones y apoyo por parte de las autoridades competentes, porque deseos de trabajar, de cambiar la imagen de nuestra comunidad, sobran”.
Y precisamente es ese también el sentir de las más de nueve mil mujeres, vecinas de esta localidad, que en voz de Yaimira Díaz Sarría, secretaria general de la Federación de Mujeres Cubanas (FMC), en el municipio Arroyo Naranjo, expresan su decisión de brindar igualmente su apoyo para hacer de su “barrio uno de los más dignos de la memoria de Fidel, de su imperecedero legado”.
Por mediación de esta joven federada, que imprime a cada una de sus palabras fervor revolucionario, conocimos de la misma manera que la dirección de la FMC en la zona, centra su trabajo principalmente “en la atención a las mujeres jóvenes, sobre todo aquellas que no tienen ningún vínculo laboral o no se encuentran estudiando”.
Asimismo, se refiere al desarrollo de “un intenso trabajo social con las familias disfuncionales y con las mujeres que tienen más de tres hijos, a las cuales, desde hace ya un buen tiempo, se le han dado facilidades para la incorporación de sus hijos a los Círculos Infantiles y la entrega de una modesta pensión”.
En La Güinera, uno de los sesenta y dos barrios vulnerables de la capital, se ejecutan actualmente profundas transformaciones de carácter social y constructivo. A una buena parte de esas transformaciones las distingue la ternura y el amor que imprime en cada tarea cumplida la mujer cubana”. Trabajamos sin descanso para erradicar las indisciplinas sociales, que aunque nos entristece, reconocemos que todavía persisten por parte de algunas personas.
“Es a los jóvenes a quienes está dirigido básicamente este proyecto, que entre otros muchos aciertos, contribuirá además al rescate de tradiciones como las manualidades y los bailes populares y folclóricos, identitarios de esta región”.
“En ese sentido resulta loable el trabajo comunitario que lleva a cabo la Federación. Nuestra organización junto a la Unión de Jóvenes Comunistas y a las autoridades del gobierno, hemos implementado distintos programas y cursos de superación y adiestramiento dirigidos a jóvenes de ambos sexos que han sido objeto de alguna sanción. El mayor interés nuestro es incorporarlos a un centro laboral o estudiantil, a fin de conseguir su reinserción a la sociedad. Y con este propósito se han ampliado las capacidades de matrícula en centros de capacitación donde se forman como constructores, electricistas, carpinteros y hasta en el desempeño de actividades agrícolas”.
Con una mezcla de gratitud y orgullo, la presidenta de la FMC en el municipio Arroyo Naranjo, resalta la labor desplegada en la zona por quienes Fidel reconociera como los médicos del alma. “Incluso, y con más razón en estos tiempos de pandemia, los trabajadores sociales desarrollan una labor encomiable. Son mayoritariamente mujeres jóvenes que casi a diario se les ve en las calles apoyando a la activista sanitaria en la realización de pesquisas, así como también en la entrega de medicinas y alimentos a personas vulnerables, sobre todo a los ancianos y a las embarazadas.
“Es una realidad que la pandemia nos ha causado graves y severos daños, no solo individualmente a las familias, también a todo el país. Pero al propio tiempo ha permitido que salgan a la luz lo mejor que llevamos dentro las personas, como la cooperación y la solidaridad. Y particularmente en las mujeres su gran sensibilidad y espíritu maternal”.
Sin lugar a dudas Libán Molina, Elvis Lobato y Yaimira Díaz, representantes del altruismo de los jóvenes que residen en el reparto La Güinera y quienes dan vida a la continuidad de la Revolución, con su gran entusiasmo y empuje, echarán “pa’ lante el barrio”, como ellos, de manera decidida, afirman.