El protector: otra fórmula de acción que agrada

El cine Riviera trae para sus espectadores esta semana del 6 al 9 de julio, el thriller de acción norteamericano El protector (The enforcer, 2023), una película que combina los disparos y la pirotecnia acostumbrados en este tipo de cine con el perdón de un antihéroe afligido.

El cine de acción siempre se ha valido de varias fórmulas que lo conforman, las cuales han ido evolucionando con el tiempo, pero no suelen cambiar del todo. Entre ellas está la utilización de un héroe con habilidades impresionantes que tiene que llevar a cabo una tarea casi imposible para salvar la vida de una persona que está en peligro. Dicha tarea solo la puede realizar este héroe mientras rescata a la persona en peligro que generalmente cae en este sin quererlo.

Reside en su simpleza la popularidad que tiene entre el gran público. Sucede que el cine de acción toma situaciones conflictivas básicas y las lleva a un extremo didáctico y entretenido repleto de pirotecnia, suspense y algún que otro beso furtivo para avivar la cinta un poco más.

El protector, al igual que el cine de acción, género al que pertenece, utiliza una serie de fórmulas y convenciones para crear emoción y entretenimiento.

El filme El protector, del director Richard Hughes, sigue este tipo de fórmula para crear su historia. Toma un héroe, interpretado por Antonio Banderas, y lo pone al límite en un largometraje lleno de acción, tiros y conversaciones subidas de tono.

Cuda (Banderas) es un sicario que se ha dedicado toda la vida a acumular hits, kills, o simplemente, victorias para su organización criminal; es el mejor en lo que hace y la jefa, Estelle (Kate Bosworth), lo sabe.

Esta femme fatale, sin embargo, descubre que Cuda está destruyendo poco a poco la organización que él mismo ayudó a construir y ella ha intentado mantener, debido al secuestro de la adolescente y protegida de Cuda, Billie (Zolee Griggs), para su venta en el mercado negro como parte del cibersexo, uno de los negocios de la organización criminal que sirve de trasfondo en el metraje.

Este universo se recrea en el supuesto bajo mundo de Miami, desarrollando una trama que no solo se empeña en mostrar los colores tropicales de la zona por el día; también es utilizado para desenmascarar las sombras de un territorio lleno de asesinatos y negocios turbios, de demonios y aparentes ángeles.

El protector conduce su argumento alrededor del acto de redención personal que lleva a cabo Cuda. Convierte su odisea en una búsqueda por el perdón de sus víctimas y por los daños que ha causado con sus acciones, las que fueron parte de las misiones que realizaba para la organización que lo traicionó.

La película muestra un conflicto dado a la reflexión y a la rectificación de errores desde la perspectiva de un sujeto que ha infligido dolor toda su vida a los otros, lo que lo ha condenado hasta el punto de sentirse víctima.

A su vez, el filme logra entrelazar su trama con el dinamismo de sus aspectos técnicos. Los movimientos de cámara y los efectos especiales empleados captan una vez más la esencia de este tipo de filmes, y se subordinan a los diferentes giros dramáticos que conforman la historia.

El protector, a pesar de ser una cinta que el espectador ha visionado en diversas ocasiones con otras películas de similar confección, alcanza un diálogo entre el universo que muestra y el mundo interior de sus personajes. Dilucida el sacrificio que tiene que realizar su protagonista para alcanzar la redención que ansía. Toma, entre tantos clichés y estereotipos mal logrados, elevar un concepto que se transparenta con la imagen y se empatiza con la comprensión del público.

El filme, al igual que el cine de acción, género al que pertenece, utiliza una serie de fórmulas y convenciones para crear emoción y entretenimiento en su público. Desarrolla una historia atractiva que mantiene la tensión en cada momento así sea predecible.