Al intervenir sobre edificios ya existentes, considerados verdaderos monumentos habaneros, la renovación arquitectónica del Museo Nacional de Bellas Artes representa un acontecimiento urbano sin precedentes en la ciudad. Tras delimitarse que el antiguo cuartel de milicias funcione como base logística del nuevo conjunto, al primigenio Palacio de Bellas Artes (Sede del Arte Cubano) se suma el majestuoso edificio del otrora Centro Asturiano que acoge las colecciones de Arte Universal.

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