Buenos días.
Agradezco la presencia de las autoridades del Ministerio de Cultura y sus instituciones, de la Unión de Escritores y Artistas de Cuba, la Asociación Hermanos Saíz, el Sindicato Nacional de Trabajadores de la Cultura, representantes del cuerpo diplomático acreditado en el país, premios nacionales de Música y otras disciplinas; artistas fundadores de la Orquesta Sinfónica Nacional y, especialmente, al público que cada domingo asiste a esta Sala Covarrubias del Teatro Nacional.
Nos convoca hoy el acto oficial de nombramiento del Director Titular de la Orquesta Sinfónica Nacional, agrupación que, aprobada por la Resolución 590 del Comandante en Jefe Fidel Castro Ruz, quedó fundada desde el 7 de septiembre de 1959.
“Acudimos hoy al nombramiento de titularidad del director más joven que ha tenido esta Orquesta, lo que demuestra el compromiso de las jóvenes generaciones con la cultura cubana”.
Un breve y necesario recorrido por la historia obliga a mencionar algunos antecedentes:
El arte sinfónico del siglo XX en Cuba tuvo a maestros como Guillermo Tomás que, vinculado a nuestras gestas independentistas del siglo XIX, fundó la Banda Nacional de Conciertos y el Conservatorio Amadeo Roldán; en este centro estudió Igor Corcuera, quien años más tarde se desempeñara como director de la Banda Nacional.
Nombres imprescindibles como Gonzalo Roig, Ernesto Lecuona, César Pérez Sentenat, entre otros, fundan la Orquesta Sinfónica de La Habana. En años posteriores, alrededor de 1924, es creada la Orquesta Filarmónica de La Habana, bajo la égida de Amadeo Roldán, Pedro Sanjuán, entre otros. Dado su inmenso prestigio internacional a ella acudieron para su dirección importantes figuras como Igor Stravinski o Heitor Villa-Lobos. La Orquesta Filarmónica, activa hasta 1959, tuvo entre sus directores titulares al legendario Erick Kleiber.
Nombrada inicialmente como Orquesta Sinfónica Nacional del Teatro Nacional de Cuba, la Orquesta Sinfónica tuvo entre sus maestros fundadores a Enrique González Mántici como Titular y a Manuel Duchesne Cuzán como Adjunto; quien a la muerte de Mántici, en 1974, pasaría a Titular. Ambos se ocuparon de presentar la obra de los grandes clásicos del sinfonismo universal de Mozart, Beethoven, Brahms, pero también la creación orquestal de cubanos, la que fue representada en primer lugar por la obra de Roldán, Caturla y Ardévol, antecedentes generacionales de Mántici y Duchesne. Este último, que también se ocupó de la creación contemporánea, fundó el conjunto instrumental Nuestro Tiempo.
Sucesores de ese legado, Leo Brouwer, Iván del Prado y Enrique Pérez Mesa, consolidaron el prestigio y crecimiento de la Orquesta Sinfónica Nacional.

Heredero de esta tradición llega Igor Corcuera, quien asume la responsabilidad de representar con la Orquesta Sinfónica el más alto nivel artístico en el ámbito musical, como Escudo de la Nación. Preservar su verdadera dimensión nacional es deber de todos, artistas e instituciones, desde el diálogo permanente y la gestión oportuna.
Acudimos hoy al nombramiento de titularidad del director más joven que ha tenido esta Orquesta, lo que demuestra el compromiso de las jóvenes generaciones con la cultura cubana. Igor Corcuera se ha ganado con disciplina, entrega, exigencia y sensibilidad, el respeto de la Orquesta Sinfónica Nacional y de quienes celebramos, con orgullo, este día de júbilo para la música cubana.
*Palabras de Indira Fajardo, presidenta del Instituto Cubano de la Música, en el acto oficial de nombramiento del Maestro Igor Corcuera como Director Titular de la Orquesta Sinfónica Nacional. Sala Covarrubias del Teatro Nacional de Cuba, 30 de marzo del 2025.



