Varios críticos califican a El jockey (2024) como una película de sensaciones. Podría deberse a la trama o la excelente caracterización de los roles principales por los experimentados Nahuel Pérez Biscayart y Ursula Corberó.

El filme argentino, dirigido por Luis Ortega, coquetea con la comedia dramática; es por momentos surrealista, luego abandona la ficción y retrata una realidad que no le es ajena a un deportista profesional. Es poéticamente hermosa, con un grado de libertad que por momentos incomoda. La trama se centra en la historia de Remo Manfredini, un jockey legendario que, con su comportamiento autodestructivo, comienza a eclipsar su talento y amenaza la relación con su novia Abril.

Según la sinopsis de la película (que concursa en el apartado de largometraje en la 45 edición del Festival Internacional del Nuevo Cine Latinoamericano), el día de la carrera más importante de su vida, que lo liberará de sus deudas con su jefe mafioso Sirena, Manfredini sufre un grave accidente, desaparece del hospital y deambula por las calles de Buenos Aires. Libre de su identidad, comienza a descubrir quién está destinado a ser en realidad. Pero Sirena quiere encontrarlo, vivo o muerto.

“La línea argumental mantiene el estilo muy personal de Ortega de construir sus historias desde el guion, la realización y el montaje”.

El filme, que representará a Argentina en el rubro mejor película internacional en los Oscar 2025, se adentra en el arte de transmutarse, atreverse a renacer, olvidar la identidad y lanzarse a la deriva. Explora un drama humano sobre los sacrificios por el éxito y la salud mental. La línea argumental mantiene el estilo muy personal de Ortega de construir sus historias desde el guion, la realización y el montaje. Ha repetido esta fórmula de éxito en sus películas anteriores Caja negra (2002), Monobloque (2005), Lulú (2014) y El ángel (2018), todas aclamadas por la crítica, lo que lo ha convertido en una de las voces más originales de la dirección argentina.

Ortega Sumerge al espectador en un universo delineado por las obsesiones y preocupaciones intrínsecas de Remo Manfredini.

La autoexploración es el leitmotiv del protagonista. Ortega, en su doble rol de director y guionista, ofrece la historia de un protagonista de “carne y hueso”, con conflictos y preocupaciones, por momentos absurdo, casi rayando al ridículo. Sumerge al espectador en un universo delineado por las obsesiones y preocupaciones intrínsecas de Remo Manfredini.

“Manfredini sufre un grave accidente, desaparece del hospital y deambula por las calles de Buenos Aires”.

El derroche de imaginación, creatividad y riesgo se conjugan con la fotografía, el vestuario, la banda sonora y la puesta en escena hasta conseguir un propio lenguaje lo suficientemente atractivo para que el público siga la historia de esta coproducción de Argentina, México, España, Dinamarca y Estados Unidos.

El jockey (2024) se alzó con el Premio Horizontes a la mejor película latinoamericana en el Festival de San Sebastián (2024) y estuvo nominada al León de Oro en el Festival de Cine de Venecia”.

“El choque entre el mundo interior y el exterior es el campo de batalla donde se desarrolla la película. Cuanto más intenso sea el mundo interior del personaje, más violento será el choque con el exterior. Buscando la salvación, el jockey cambiará de identidad una y otra vez, intentando alcanzar la libertad con una u otra. Pero todas las identidades son atormentadas”, dijo el director cuando se estrenó el filme en Argentina.

“La autoexploración es el leitmotiv del protagonista”.

“Debemos matar a todos y cada uno de nuestros personajes para ser libres”, agregó, e incluso así, todo vuelve a empezar. “Una persona se siente única y especial, viviendo una aventura individual, pero en realidad es colectiva. Y hasta que la humanidad no sea libre en sí misma, siempre volveremos a la vida para ser parte de ese proceso. Habitados por fantasmas”.

Ese concepto bien podría definir la historia de Remo Manfredini. El jockey (2024) se alzó con el Premio Horizontes a la mejor película latinoamericana en el Festival de San Sebastián (2024) y estuvo nominada al León de Oro en el Festival de Cine de Venecia. Actualmente, ocupa el lugar 38 entre las mejores películas de 2024 a nivel internacional y el 89 en la lista de las mejores argentinas de todos los tiempos, según el Ranking F, Filmaffinity, el web número uno de cine y televisión en español a nivel mundial.