El danzón es de todos

La ribera del San Juan y el Parque de la Libertad, de Matanzas, se legitimaron como escenarios propicios para que niños, jóvenes y adultos festejaran los 140 años del estreno de la emblemática obra Las alturas de Simpson, durante el IV Encuentro Internacional Miguel Faílde in Memoriam, que sesionó desde el día 4 al 7 del mes en curso.

Todavía el buen sabor, provocado por el talento de Omara Portuondo, el Septeto Santiaguero y la Orquesta Faílde, en la Plaza de la Vigía, se percibe en la población anfitriona durante la cita internacional que arremetió, además, contra el olvido, al favorecer el reestreno de temas de Miguel Faílde y Aniceto Díaz, no escuchados hacía más de 80 años.

“Actualmente, se conoce muy poco de las creaciones de Faílde y Aniceto; nos interesa mucho trabajar con el patrimonio musical de Matanzas, que es muy rico y de buena calidad, para que la gente conozca más la historia que respalda a la Atenas de Cuba”, aseveró Ethiel Faílde, presidente del evento.

La jornada se destacó por las clases magistrales, presentaciones de libros y discos, conferencias, bailables y conciertos; la necesidad del trabajo unido para rescatar creaciones que deben volver a escucharse en este siglo, y definir qué elementos deben recontextualizarse para lograr mayor conexión con las nuevas generaciones.

“Nos reconocimos como nación en el danzón, hoy es nuestro baile nacional por legado, herencia, dignidad, pero tuvo que transformarse, evolucionó por necesidad, porque lo que no se transforma perece”, opinó la profesora María Victoria Oliver.

“Todavía hay que llevar al género elementos frescos, para que la juventud se reconozca en él y lo baile cada vez más”, añadió la investigadora, que mereció, al igual que la Orquesta Aragón, el Premio Honorífico Miguel Faílde en su edición de este 2019.

Propicia además resultó la cita para develar una tarja en tributo al danzonete Rompiendo la rutina, próximo a cumplir nueve décadas de estrenado en el otrora Casino Español, de la cabecera localidad yumurina, actual Biblioteca Gener y del Monte.

“Al romper la rutina, el 8 de junio de 1929, Aniceto Díaz mostró la capacidad del danzón para contaminarse sabrosamente con lo mejor del panorama sonoro y seguir cumpliendo las necesidades de los bailadores. Celebramos también el cercano aniversario 90 de ese danzonete pionero”, afirmó Ethiel.

Desde la llamada segunda patria del danzón, México, llegaron músicos y bailadores para reafirmar lazos de hermandad cultural entre Cuba y ese país.

Miguel Nieto, director del Salón Los Ángeles, consagrado a la promoción del danzón en México, manifestó su satisfacción por visitar Matanzas y participar en los festejos por los 140 años de Las alturas de Simpson.

Toda una fiesta de identidad constituyó el encuentro, en el cual participaron disímiles agrupaciones y artistas, entre ellos Alejandro Falcón, Rodrigo Sosa, Atenas Brass Ensemble, y el Piquete Típico Cubano. El festejo cerró su programa a ritmo de la Aragón, defensora indiscutible del patrimonio sonoro.

Afirma el tataranieto de Miguel Faílde que “el danzón es de todos, porque quien lo baile, lo ejecute, lo piense o lo estudie debe sentirse heredero y continuador de una historia que supera a los individuos y al mismo tiempo los une y enorgullece”.

Las cuatro jornadas del Encuentro Internacional Miguel Faílde in Memoriam, para exponer la riqueza de un género de 140 años, expresión de madurez de lo nacional cubano en la música, invitaron a confirmarlo con fuerza en pasos, manos, ojos, oídos y alma, siempre.