El Festival de las Artes y sus miradas a la comunidad
Con el lema “Arte en la comunidad” se desarrolló, entre el 25 y el 29 de mayo, el XII Festival de las Artes, fruto de las alianzas estratégicas entre la Universidad de las Artes (ISA) y la Dirección de Cultura de Plaza de la Revolución.
En su condición de centros recreativos educativos culturales, las escuelas ubicadas en las comunidades en desarrollo de los barrios El Fanguito, La Timba, La Dionisia y Lindero 14-Aldecoa fueron las sedes donde los estudiantes recibieron talleres de dibujo y pintura, introducción al audiovisual, actuación, apreciación musical, animación artesanal y claymotion, entre otros.
Gran afluencia de público tuvo el taller metodológico para instructores de arte El arte de enseñar: una diversidad de saberes, que tuvo por escenario el piano-bar Convergencia del Centro Cultural La Plaza de 31 y 2.
El taller estuvo presidido por Emilio Toledo Mirabal, presidente de la Brigada de Instructores de Arte José Martí (BJM), y contó con la presencia de dos creadores con experiencia en el trabajo social: Helmo Hernández, profesor graduado de Historia del Arte, ensayista e investigador y la actriz Corina Mestre, Premio Nacional de Enseñanza Artística.
El también crítico y curador dijo que la profesión del instructor de arte es una de las más nobles que existe y su génesis se remonta a la década de los 50 de la posguerra. Agregó que el pensamiento de izquierda francesa tuvo gran influencia en los intelectuales cubanos en los primeros años luego del triunfo de la Revolución.
En su opinión, la gran revolución cultural realizada en Cuba comenzó con la Campaña de Alfabetización y la fundación de la primera Escuela para Instructores de Arte, en el año 1961, al frente de la cual se encontraban los intelectuales más importantes de la época, entre ellos Alejo Carpentier y Sergio Corrieri.
Helmo conminó a los integrantes de la BJM a entender la cultura desde otra dimensión, no solo artística y literaria, sino como una forma de vida y de pensamiento donde no pueden faltar las expresiones de la cultura inmaterial, las tradiciones y la historia local.
Durante el encuentro se resaltó el papel trascendental de los instructores de arte en la salvaguarda de los valores como arma imprescindible de la Revolución cubana.
En otro momento de su intervención calificó a los instructores como intelectuales muy serios que deben estar capacitados para entender los procesos culturales presentes en las comunidades. Por ello, no se puede reducir esta profesión a la tarea de crear un grupo de teatro, un coro o una agrupación musical, señaló.
El profesor resaltó el papel trascendental de un instructor de arte en la salvaguarda de los valores como arma imprescindible de la Revolución cubana.
Por su parte, la Premio Nacional de Enseñanza Artística reflexionó sobre el nuevo plan de estudios de la carrera de instructor de arte, donde ahora los alumnos deben cursar talleres de todas las especialidades. En aras de lograr la integralidad de los futuros profesores se han incluido asignaturas como Historia del arte, Historia de la literatura y Metodología de la investigación, encaminadas a la realización de diagnósticos participativos en las comunidades.
Corina remarcó la importancia de impartir en las escuelas la literatura nacional e incluir en los textos docentes a autores cubanos como Dora Alonso, así como la significación del rescate de los símbolos para levantar el orgullo y la identidad nacionales.
Invitó a los presentes a leer textos como Ese sol del mundo moral, de Cintio Vitier; El ingenio, de Manuel Moreno Fraginals; Indagación al choteo, de Jorge Mañach;Contrapunteo cubano del tabaco y el azúcar, de Fernando Ortiz, entre otras obras del pensamiento cubano del siglo XIX.
Además, en el encuentro se debatió sobre el sistema salarial, el horario y el contenido de trabajo de los instructores ubicados en las escuelas, así como sobre la necesidad de rescatar a los instructores graduados de literatura.
Corina recordó a su profesor, Humberto Rodríguez, Premio Nacional de Cultura Comunitaria e instructor de la Casa de Cultura de Plaza al frente del emblemático grupo de teatro Olga Alonso, quien la enseñó a tener sentido de pertenencia con el país y la comunidad.
El Festival de las Artes culminó con una gran feria, un pasacalle, acciones deportivas y venta de productos en las inmediaciones del Centro Cultural La Plaza de 31 y 2, donde se presentaron los resultados de los talleres impartidos en las comunidades en desarrollo del territorio que, poco a poco, devienen comunidades creativas, gracias a la Estrategia Plaza Distrito Cultural.