Hay obras que iluminan de manera particular un evento, incluso una época. En el contexto de la celebración del 40 aniversario de la Bienal de La Habana se erige en la apacible Plaza de Armas una monumental escultura de acero de 15 metros de alto que deslumbra por sus colosales dimensiones a los transeúntes sorprendidos ante tan inesperada presencia.

Su autor es el relevante artista francés Daniel Hourdé, quien ha practicado distintas disciplinas, pero fundamentalmente se ha dedicado a la escultura. “El árbol de las mil voces”, que se instaló recientemente en un puente que cruza el río Sena, fue la propuesta del artista para participar en la 15 Bienal de La Habana y de hecho se ha convertido en un gran acontecimiento artístico.

“El árbol de las mil voces” es una obra profundamente humanista, que constituye un símbolo de los mejores valores del arte universal.

Gracias a la galería mexicana Picci Fine Arts, fundada hace 60 años por Poncho Aguilar ─una leyenda del mundo artístico de México─ fue posible trasladar esta colosal estructura a través del Atlántico hasta su destino transitorio, pero sumamente significativo, en La Habana. Tarea titánica para trasladar una armazón de 10 toneladas de peso en la que se involucraron todos los miembros de la galería mexicana, desde su entusiasta actual director Arturo Pichi Aguilar; Juan Carlos Aguilar, coordinador de la galería, hasta Carlos Calvet, perito de arte, que reside temporalmente en Cuba.

La galería Pichi Fine Arts tiene una proyección internacional y su propósito es acercar el arte de todo el mundo. Y con eso adquiere una relevancia universal.

“El arte contemporáneo europeo se fusiona, en un proceso enriquecedor, con lo mejor de nuestras narrativas artísticas actuales…”

“El árbol de las mil voces” es una obra profundamente humanista, que constituye un símbolo de los mejores valores del arte universal, entre ellos la preeminencia de las ideas y de la transformación. 

La obra está integrada por más de mil obras de autores de todo el mundo, incluido 30 escritores cubanos que participaron de la idea original, a los cuales se añadieron para su actual presentación en La Habana otras incorporaciones como Alejo Carpentier, José Lezama Lima y el autor vivo más reconocido internacionalmente, Leonardo Padura. Estos libros están grabados en aluminio pulido que se activan con el viento y con la luz, semejantes a espejos que vibran. Cada hoja evoca una íntima conexión entre la naturaleza y la sabiduría. Las hojas de libros que utiliza son como las ideas que se expanden a través del mundo.

El artista Daniel Hourdé junto al director de la galería mexicana Picci Fine Arts.

Algunas de las ideas de Daniel Hourdé son paradigmáticas para comprender su obra: “El árbol siempre ha encarnado fuerza y vida. Su representación totémica es la fertilidad. (…) Las raíces y el tronco poderosos están adornados con follaje efímero. (…) Es el único organismo vivo cuya belleza se afirma con el tiempo. (…) El árbol en su integralidad a través de sus deformaciones revela la capacidad de resistencia, adaptación y resiliencia. Se dobla, se retuerce, pero no se rompe, frente al viento de la intolerancia”.

Es una oportunidad extraordinaria para el público cubano poder disfrutar esta obra genial que constituye un hito significativo en el contexto de la 15 Bienal de La Habana. El arte contemporáneo europeo se fusiona, en un proceso enriquecedor, con lo mejor de nuestras narrativas artísticas actuales en un proceso de crecimiento espiritual.

“Los libros están grabados en aluminio pulido que se activan con el viento y con la luz, semejantes a espejos que vibran”.
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