Donde dije digo, digo Diego
26/5/2016
Trump cambia de bando: de “financiarse a sí mismo” a recurrir al fondo del jefe de campaña de Reagan
El equipo de campaña del candidato republicano envió en abril una carta al fondo Great America PAC advirtiendo a los responsables que no estaban autorizados para recaudar fondos en su nombre
F.J. CALERO – fj_calero – 22/05/2016 a las 04:21:20h. – Act. a las 21:38:14h.
«Debemos ayudar a Donald Trump para que consiga una victoria histórica y rotunda frente a la ‘liberal’ Hillary Clinton. Dona». El magnate estadounidense ha conseguido el apoyo de uno de los principales Super PAC -organización que recauda fondos y los destina a apoyar a un candidato- de la política estadounidense. Great America PAC, así se llama, pretende con estas palabras convencer a los conservadores, más allá de Estados Unidos, para ayudarle a financiar la campaña electoral.
No resultaría novedoso en cualquier otro candidato. Pero es Trump. El mismo que comenzó la campaña criticando la financiación externa: «Yo me lo financio todo. Soy independiente», proclamaba hasta hace muy poco.
La carrera por la Casa Blanca va camino de batir récords en la recaudación, sobre todo del lado de la ex secretaria de Estado (se calcula que conseguirá 96 millones de dólares de estas organizaciónes, según ABC News). Como informó Manuel Erice en ABC, Trump, el de los 10.000 millones de dólares, negocia ya el acceso a fondos mediante este sistema. Los tiempos han cambiado y él, al frente del Partido Republicano, busca centralizarse -como preveían los expertos- para derrotar a Hillary Clinton, la gran favorita y ‘de facto’ candidata demócrata. Pero el entorno del magnate así como los principales analistas políticos del país han alertado de las posibles estafas de los «recaudadores extraoficiales de Trump».
El veterano Ed Rollins, copresidente del Great America PAC -anteriormente llamado TrumpPAC y según «The Wall Street Journal» el más importante de los que apoyan al magnate- trata de sumar donantes recordando la figura de Reagan, el Felipe González de los Republicanos. Han invertido más de 1 millón de dólares en anuncios favorables al magnate estadounidense.
«El caso de Ronald Reagan marca una pauta y es el uso de la televisión. Conocía perfectamente las clases medias, conectaba muy bien con ellas», apuntó a ABC el experto en política norteamericana y profesor de Relaciones Internacionales de la Complutense, Rubén Herrero. Rollins ayudó a otros republicanos en el pasado: Jack Kemp, Mike Huckabee y Michele Bachmann. Cuando el veterano consultor apoyó a Reagan, uno de los rostros del comité contra actores y directores comunistas del macartismo, el líder republicano revalidó su victoria en 1984 ganando en 49 de los 50 estados al candidato demócrata, Walter Mondale. Tiñó de rojo el mapa electoral estadounidense. Insólito.
Super PACs, coladero de dinero
«Los medios piensan que no existes. Dile al mundo que apoyas a Donald Trump», puede leerse en la web oficial ‘secure.greatamericapac.com’. El futuro donante del magnate puede pagar desde 25 dólares hasta 5.000, sin contar el apartado de otras cifras.
En una entrevista reciente de la cadena MSNBC, Trump alabó a Rollins -«es extraordinario»- y dijo que iba a tomar una decisión sobre si se debe dar la bienvenida al apoyo de su superPAC. De hecho, una de las últimas cartas pidiendo donaciones la titula con este halago del candidato republicano.
Desde el equipo de campaña no han sido tan efusivos. Anteriormente, su entorno envió una carta al fondo Great America PAC advirtiendo a los responsables que no estaban autorizados para recaudar en su nombre. «En otras palabras, los partidarios del candidato podrían confundirse al hacer una donación a su organismo y pensar que en realidad están apoyando a Donald J. Trump para la campaña», recogió «The Washington Post». La multitud de superPACs proTrump ha confundido a muchos donantes principiantes y simpatizantes del magnate, que no estaban seguros de si era el mejor destino, o el más seguro, para su dinero, tras haber sido acusados de pozos de corrupción por él mismo.
Queda por tanto muy lejos aquel Trump que basó su rebeldía en el desprecio a los «superPACs», agujeros negros de grandes y opacas aportaciones individuales, y a los otros candidatos apoyados en la financiación externa. Parece haber cambiado de opinión. Necesita a esos organizadores de fondos que, recaudando en su nombre, podían en un principio dinamitar su campaña ‘antiestablishment’. Ahora parece que no.
«Ronald Reagan es el Frank Sinatra de los políticos republicanos: todos quieren ser como él, y los simpatizantes siguen esperando a alguien que recoja su testigo», describe el portal estadounidense FiveThirtyEight. Lo cierto es que hasta ahora Trump no ha puesto mucho empeño en parecerse al histórico presidente de los años ochenta. Más hizo Marco Rubio, aunque sin éxito. Como recuerda este portal especializado, la diferencia entre ambos es que Trump no ha liderado ningún sondeo serio. «Pese a la narrativa que se ha impuesto durante años por la que Reagan estuvo detrás de Carter hasta el último momento, lo cierto es que lideraba buena parte de los sondeos previos a las elecciones».
Jordi Rodríguez Virgili, profesor de Comunicación Política de la Universidad de Navarra y experto en política estadounidense, aseguró a ABC que los discursos del magnate se han ido moderando los últimos meses. Lo mismo aventuró Paul Manafort, presidente de la campaña de Trump, el mismo día que asumió el cargo en abril: «Puede cambiar su tono y su comportamiento. Ha estado proyectando una imagen que continúa evolucionando». Pese a que Rollins presuma de que Trump es el candidato con más votos de la historia de las primarias republicanas, para ‘FiveThirtyEight’, «debería ganar las elecciones a Clinton y aún así le faltaría mucho para poder compararse con el Reagan de los ochenta».
Como Reagan, Trump también pasó de apoyar al Partido Demócrata a liderar al Republicano. Para intentar emularle y representar a la América en la que cree, ahora necesita a esos organizadores de fondos que, recaudando en su nombre, podían en un principio dinamitar su campaña ‘antiestablishment’.